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06

Secreto casi descubierto.

Sentí un alivio increíble al haber arreglado por lo menos un poco las cosas con la emperatriz,nunca quise ir en su contra pero pensaba que era por el bien del imperio y de la familia.Era mi única amiga,la única que me conocía desde pequeño y permaneció a mi lado después de tantos años.Tal vez nunca quise hacerle daño en realidad,solo buscaba a su antigua yo en Rashta.Y lo encontré pero no del todo,quería regresar al pasado donde no tenía tanto en mis manos y ser niño otra vez.

Pase por la habitación en la que ordene que acomodara a Afrodita con lo que necesitara,ya que por fin la recuperé no lo iba a dejar ir sin haberle dejado claro lo que es para mí.

—Guardias,pueden irse.—entró a la habitación haciendo el menor ruido posible.

Ahí estaba ella durmiendo plácidamente en la cama,del lado en el que el balcón le proporcionaba la luz lunar a su rostro de ángeles.

—Eres tan hermosa hasta cuando duermes.—dijo en voz baja.

Pasó un rato mirándola pero se le hizo algo raro ser así,parecían un acosador de todos modos y si ella se despertaba lo malinterpretaría pero también tenía muchísimo sueño.Fue de repente y se durmió junto a ella,esperando soñar con ella.

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Los rayos de sol que traspasaban el ventanal aterrizaban en mi rostro, como si quisieran que me despertara en ese instante.No tarde en hacerlo y recuperar la vista,vi que alguien estaba recostado a mi lado y pensé que serían secuelas de dormir en un lugar nuevo pero al rascarme un poco era verdad y encima era su majestad,el emperador.La noche anterior recordaba que él se suponía que cenaba con la emperatriz pero no sabía cómo había acabado en sus aposentos.Se sintió muy nerviosa de tenerlo tan de cerca,hacía tiempo que no era así y perdió la costumbre.

—Su majestad..—susurró ella para que este se despertara pero no lo hacía.

Estaba a punto de irse a llamar a alguien pero él abrió los ojos como si acabara de despertar tras un banquete o festín.Olía el olor de vino tinto y alcohol en el aire.

—¿Ya te vas Afrodita?—preguntó mientras se sentaba en la cama.—¿Cuál es el problema? Te noto muy nerviosa.

—No recordaba verlo aquí en la misma cama que yo y solamente me sorprendí.—dijo con cabeza agachada.

—Levanta tu cabeza.—hizo un gesto.—Vine a verte anoche tras la cena que tuve con la emperatriz y estabas dormida ya,así que como el sueño pudo conmigo dormí ahí.Lo siento por no avisar,Afrodita.

—N-no es nada su majestad pero tengo que prepararme y usted debería empezar con sus asuntos de estado.—estaba roja,algo inesperado había sucedido ante ella y no sabía cómo reaccionar del todo.

—Bueno,si tú me lo pides.—le besó la mano antes de irse.—Nos vemos luego mi Afrodita.

¿Qué había pasado?
No lo procesaba,claro que su objetivo era vivir felizmente junto con el emperador y habrían situaciones más "difíciles" por decir algo que estás.En algún momento llegarían al punto de la consumación,aunque odiaba ser comparada con una mujer de origen esclavo.Sabía que esa mujer solo ansiaba de poder para "protegerse" a sí misma y a la vez sentir cuál era lo que los separaban de la nobleza y realeza.Cuál era esa fina línea que los separaban a los dos gran grupos sociales del uno al otro.Para añadir más problema al asunto,ella sería liberada hoy.A saber qué tipo de venganza recurrirá con ella o con qué tipo de excusa se irá esta vez si le hacía algo a ella.Afrodita sabía que Rashta explotaría en algún momento porque ella no nació en estos suburbios y pensaría que el emperador la perdonaría todo porque es el emperador.

—Espero que haya madurado porque o sino seré la única que se divertirá en este juego.—se colocó un broche de rubíes que le regaló un amigo hacía tiempo que combinaba con su vestido color verde.

Tras mirarse un poco más su rostro y su aspecto en general en el espejó,agradeció de que su sonrojes por lo ocurrido antes se hubiera aclarado un poco.Iba a ir hacia la biblioteca,ya que uno de sus pasatiempos era leer libros por una simple razón.El conocimiento sobre diferentes áreas era su don,absorber el saber era su pan de cada día y por eso muchos hombres rendían ante su asombrosa inteligencia y la facilidad que había para mantener conversación con ella sea de lo que hablaran.

En el camino se encontró con el principe de Occidente y no pudo evitar recordar lo de ayer.

—Su alteza,es placer verle de nuevo.—saludó cortésmente ella.

—Es un honor para mí conocer de una vez por todas a la mujer más bella de la que todos hablaban,y los rumores no hacían frente a la realidad.

—Sus palabras son halagos para mí,recuerdo anoche haberle visto por los jardines a media noche.Se me hizo raro verlo tan tarde por los alrededores y pensé que eran imaginaciones mías,¿cierto?—miro el semblante que se fue de uno alegre a uno medio serio y nervioso.

—Que imaginación tiene señorita,si me disculpa debo irme y espero que nos volvamos a encontrar.

Notaba a kilómetros que él solo quiso terminar la conversación por miedo de que alguien hubiera descubierto su secreto bien guardado pero no fue así tampoco,ella nunca supo que él podía transformarse en pájaro.Afrodita pensaba que era un coincidencia,¿o no?

—Bueno,que bonito día y la primera persona que veo es a esta hermosa mujer.—era el duque Ergi de Occidente,buen amigo de su padre y ella.

—Duque Ergi,¿qué le trae por palacio?

—Quisiera decir que es por esta hermosa dama pero me temo que son asuntos internos del reino,tenía que ir a hablar con él principe que sí se encuentra en palacio por unos días.

—Acababa de irse,se le veía algo fuera de sí,si lo ve pregúntele por mí si está bien.

—Me encargare de transmitir sus palabras pero ¿a dónde va usted?

—A la biblioteca,me gusta ese lugar.

—Afrodita,espero que nos veamos otra vez