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La realidad de
"Afrodita,la diosa de la belleza y manipulación"

Una cosa entendió fue que el objetivo con el que fue entrenada en el camino de la espada y en la que se le otorgó por dios misericordioso sus poderes fue para vengar la muerte de su madre y servir a su patria a quien nunca traicionaría

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Una cosa entendió fue que el objetivo con el que fue entrenada en el camino de la espada y en la que se le otorgó por dios misericordioso sus poderes fue para vengar la muerte de su madre y servir a su patria a quien nunca traicionaría.

Recordaba cada vez en la que le prohibían salir de la mansion del ducado y como su padre maltrataba a menudo a su madre tanto emocional y físicamente, entendió bien cuando su madre aceptó inmediatamente cuando el emperador Osis III le ofreció ser su concubina sin saber cuál sería el destino en aquel palacio.Aunque pretendió durante los últimos años de vida de su padre "quererlo" y encima aceptar la historia falsa que se acordó con la familia imperial,la ira de todos esos años no desapareció sino se convirtió en sed de venganza.Por la razón de que su padre fue quien mató a su madre realmente y no la asesinaron como hicieron ver,le dio un poco de un veneno lento y consumidor para la víctima.Y al final del todo,ni una tumba tuvo en la cual descansar su madre y en cambio su padre si lo hizo.

—No finjas ser el padre amoroso conmigo en privado,yo no puedo considerarte mi padre nunca jamás.—dijo molesta Afrodita.

—Eso es lo que dices,¿pero entonces porqué actúas como sí lo fuera en público?—pregunto.—¿Tanto miedo te da lo que la gente piense,hija?

—No es ese el problema,padre,sabe que es algo fuera de nuestro alcance.

Claro que estaba fuera de su alcance si quién decidía si vivía era el emperador de quién era súbdita y mejor amiga de la infancia,y también el primer amor que tuvo en su vida.Las decisiones que tomaba y cada maldito paso que daba era controlado estrictamente por esos hombres con "poder" sentados en la comidas de su palacio mientras que ella y los demás peones hacían el trabajo duro. Aquellos seres humanos no eran merecidos llamarles hombres,aunque claro lo único bueno que lucían era el poder y sus posesiones materiales.

Durante su estancia en Occidente,fue para un viaje un tanto personal tras dos años de la "muerte" de su adorada madre,a quien extrañaba infinitamente.Ahí fue cuando por primera vez lo conoció,a quien cambiaría su destino.

—¿Eres Afrodita,cierto? La mujer de Oriente conocida por tener la belleza de los dioses.

—Así es,¿quién es usted?

—Un placer señorita,soy el Duque Ergi de Bluhovan. Supongo que habrá venido a Occidente por alguna razón en concreto.

—He venido a hablar con su alteza.

Miró a hacia a los lados de las calles,como si se estuviera asegurando que nadie escuchaba su conversación o los veía.Y la arrastró a una de las casas que habían allí,cerró las cortinas y encendió las luces.

—¿Qué ha sido todo eso?

—Precauciones querida,habérmelo dicho que lo venías a ver.—le sonrió.—Está en el segundo piso,no te preocupes.

—Gracias.

Subió por las escaleras de madera chirriantes hacia el segundo piso donde habían tres habitaciones, supuso que a la que tenía que ir era la de la puerta con bordados dorados y un pomo de oro. "Que lujos se dan en Occidente" pensó mientras abría a la puerta,encontrando un estudio grande con un par de estanterías,un gran escritorio con su silla y un par de sillas y mesas más pequeñas.Habían varias velas iluminando el lugar y quien se sentaba en aquella silla estaba de espaldas. Cuando se volvió a girar,era un chico a lo mejor uno,dos años menor que ella y de cabello rubio,también de ojos púrpuras aunque los de él parecían ser mucho más especiales.

—Bienvenida,siéntate por favor.—hizo lo que dijo,tomando asiento en una de las sillas.—Bien,te preguntarás sobre la carta que te mandé,¿cierto?

—En efecto,su alteza,no creo que se haya explicado muy bien en la carta.Decía que quería destruir al imperio oriental,mi patria y quería que formara parte de ello.—suspiró.—No le entendió como puede pedirme algo así.

—Eso es lo que quiero,tampoco digamos que me creo que le tengas mucho añoro a la familia imperial,¿o me equivoco?

Hacía referencia a sus altercados con la familia imperial,de quienes se distanció con el paso del tiempo después de aquel incidente.¿Cómo podía saber de eso aquel muchacho? Rodó los ojos,tenía que admitir que odiaba al imperio y quien fuera que tuviera que ver con ellos pero no al punto de querer verlos caer aunque tal vez ni ella conocía ese lado de ella misma.

—Vamos,vamos ,afrodita no me digas que no quieres venganza por el asesinato de tu madre.

—¿Quien no lo haría?

—Yo tengo la propuesta ideal para ti,solo escúchame y verás que aceptarás ser parte de este perfecto y sofisticado plan de guerra.

|•••|

—Caballeros,me complace decir que hemos reclutado a la última miembro de nuestro gran equipo y podremos por fin poner algunas cosas en marcha.—dijo Heinley,quien en ese momento era el principe occidental.—Afrodita Danais...

—Será un placer colaborar con vosotros.

—Lo mismo digo Afrodita,la pasaremos bien.

Desde ese momento que se unió al escuadrón,en el cual estaba ella,Ergi,Heinley y Mckenna juntos en esto.

Empezó a entrenar más con la espada y en su estilo de combate porque lo necesitaría en el futuro,pasó buenos momentos con ellos planeando todo por el objetivo común que todos compartían "La caída definitiva de Oriente" .Un sueño de muchos,pero que ellos serían quienes lo convertirían en realidad de la forma más dolorosa posible para el imperio y su tan aprecias dinastía oriental.El problema era que ella entabló una relación más personal con quien osaba la mayoría de sus días juntos,el duque Ergi.

—Prométemelo que no se lo dirás a Heinley ni Mckenna ni nadie más.

—Lo mismo diría,esto será un secreto entres nosotros dos solo.

—Que rápido pasa el tiempo que solo quedan dos semanas ya,quisiera poder volver a verte.

—Lo harás querida mía,es una promesa.Te lo juro.—le besó la mano.

—Lo esperaré.

—Lo esperaré

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𝘼𝙁𝙍𝙊𝘿𝙄𝙏𝘼 𝘿𝘼𝙉𝘼𝙄𝙎  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora