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18

Nuestra culpa

Recibió una invitación de parte de la emperatriz a su fiesta de té al llegar ya a los últimos meses del embarazo y era como una costumbre que se tenía entre todos.La emperatriz tenía que realizar una reunión de este estilo más o menos entre los siete y nueve meses del embarazo,como una manera de socializar y charlar un rato entre ellas.Era esta misma tarde,no traía algo del otro mundo.Un vestido sencillo color amarillo pastel,sabiendo que no quería atraer más atención de la que ya recibía normalmente.Ahora ya sea por su belleza angelical,como todos lo nombraban, o por ser la única y la consorte preferida de un emperador que consiguió deshacerse de sus más grandes rivales.Y deleznables rumores acechaban su puerta...

—¿Habéis oído este rumor?

—¿Cuál?

—Se dice que la señorita Danais y el duque Ergi mantienen una relación un tanto íntima porque antes eran amantes,quién sabe si traicionó al emperador.—chismeó la duquesa.

—Con razón,esa mujer corteja a un hombre como juguete y es una pena que vaya a por el emperador.Mi hija podría ser una mejor concubina que esa mujer que ni un hijo le ha dado aún.

—¡Cierto,cierto! La antigua concubina,Lady Rashta,por lo menos le dio una princesa pero ella ni eso le da.

Todas las mujeres de origen nobles,portando títulos como duquesa,vizcondesa,condesa,marquesa o simplemente siendo la hija de un distinguido noble ponían verde a Afrodita con la cabeza alta y sin detenerse enfrente de la misma emperatriz.Ella escuchaba atentamente los rumores,sin decir nada.Le disgustaba que la gente hablara de otra sin saber toda la historia,solo se acordaban de las partes que querían y se atrevían a mencionar ese nombre de aquella mujer.Menos de su mejor amiga,que no había sido más respetuosa hasta ahora pero algo que coincidía con todas ellas.Era que Afrodita era un poco bastante cercana al duque Ergi de Occidente,conocía que fueron amigos y habían rumores de algo más pero no se sabían mucho.Porque Afrodita pasó ese tiempo de vida en la segunda capital de este continente,en la capital occidental hasta regresar y años después reencontrarse con nuestro emperador.

—Ejem.—dejó su taza de té en la mesa,todas se callaron.—Les pido que no hablen así de la futura duquesa enfrente mío.

—Lo que usted desee su majestad,además todas concordamos que estamos ansiosas de saber si será una princesa o un principe.—dijo una condesa de nombre Caterina.

—Esperamos que sea un principe, eso sería lo ideal.—comentó.

—Mi deseo también es que este bebé que llevó en mi vientre sea un valiente principe aunque una princesa tampoco estaría tan mal.—sonrió.

En ese momento llegó Afrodita,con su simple vestido más que pasar desapercibido,lo que hizo fue destacar sobre las demás. Se reverenció ante la emperatriz y tomó lugar al lado izquierdo de la mesa,todas se callaron y empezaron a mirarla de manera extraña.Sabía que hablaban mal de ella de sobra porque le tenían envidia,parecían perros falderos que sin ella para causar revuelo no vivirían.

—¿Qué piensa hacer usando ese vestido tan informal?—se disgustó una de las invitadas.

—Cierto,solo busca atención.

—Bueno,¿porqué no retoman vuestra linda conversación condesa Julien?—era quién hablaba más de la cuenta.—Que no les moleste mi presencia,soy yo quién les da de hablar entre todas ustedes.No se preocupen por mí.

Con sus palabras acusó a una de las mujeres más influyentes en la alta sociedad,pero no más que ella que prácticamente actuaba y se comportaba como si fuera una duquesa. El título era suyo,nadie la contradecía.Surgió un inmenso poder de ella al ser una consorte imperial,que hacía obras caritativas y ayudaba a los más necesitados.Hasta tenía su propia fundación y la clase baja la amaba tanto como la emperatriz en sí.

—¿Quién es para acusarme de esa manera?—parecía un poco molesta por el insulto.

—¿Acusación? Espero que no se lo haya tomado así,no fue mi intención.—mentía y usaba el sarcasmo tan bien que daba miedo.—No se porqué les cuesta aceptarlo,¿no que debíamos decir la verdad siempre?

—Eres una insolente señorita Danais.

—Para ti,duquesa Danais,no eres quién para contrarrestarme.

—Ni siquiera has recibido e l título y te das todos esos aires,recuerda a quien tienes enfrente.

—Mejor llevemos la discusión a otra parte,recordemos que estamos en presencia de la emperatriz.—cómo le enfurecía pelear sin sentido,además se notaba que era lenta de mente.

—Gracias a alguien por recordar que estoy aquí pero esta fiesta terminó,muchas gracias a todas por venir y pasar la tarde juntas.—dijo mientras todas se levantaban y se retiraban.—Afrodita,ven conmigo.

—Si,su majestad.

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La siguió hasta sus aposentos,en el que pidió que las dejaran hablar a solas.A decir verdad el ambiente se notaba incómodo,no sabía que querría la emperatriz.Ella no era de las personas que llamaban a alguien a sus aposentos así porque sí,siempre tenía un motivo oculto.

—Su majestad,¿porqué me llamó a sus aposentos?—preguntó Afrodita.

—¿Qué tipo de relación tienes con el duque Ergi? Es decir,que tipo de relación mantienes con el por el momento.

—Somos amigos,nada más emperatriz.

Navier solo la miró fijamente,algo estaba mal en esta historia y por más que le pesase no pensaba que los rumores estaban en lo incorrecto.El problema de la emperatriz que le costaba bastante creer que uno de sus amigas más íntimas pudiera traicionar al emperador,a la familia imperial que siempre puso su confianza en ella.Pero ya lo hizo una vez cuando era pequeña.Además de un intento de impedir el amor entre Sovieshu y Afrodita de niños había un motivo mucho más macabeo escondido entre esas palabras del que se enteró recientemente.

Tenía más pruebas para hacer que todos se volvieran en su contra,¿pero enserio tenía el corazón tan oscuro como para hacerle eso a quien le ayudó como nadie pudo en un pasado?