24. Trato echo. (borrador).

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Ahí estaban los tres. Todos sentían la tensión en el aire, el que sus pulmones apenas y inhalaran el suficiente aire para mantenerlos vivos, incluso sentían que sus respiraciones eran demasiado ruidosas y procuraban hacerlo en silencio.

Pero algún día tendría que hablar. Y no tardaron en darse cuenta que ella lo haría en cuanto sus labios color cereza se abrieron de par en par y un sonrojo fue a caer en sus mejillas. Su cara estaba como un tomate, no podía siquiera formular bien las palabras pero no tenía intenciones de callarlas por más tiempo.

-Sigo insistiendo, estas completamente enfermo Ergy. Tu y el príncipe Heinley lo están. -la albina miró a ambos, con una furia desmedida pero estaba decidida a aceptar cualquier cosa que se le viniera encima.

Quiero aclarar que esta trama fue de acuerdo a los votos y es la historia oficial, pero igual haré la unión con Ergy en otro capítulo; ambas tramas serán muy diferentes, pero el romance oficial en esta historia es Heinley.
Se hará una vida alternativa con Ergy, por lo que se leerán dos historias en una.

-Por tu mirada parece que tu decisión no respecta a mi. -Ergy no pudo evitar extrañarse, pero en todo el discurso no había parado de mirar a Heinley, quien no parecía haberse percatado de esto.

-Efectivamente. -Se acercó lo más que se podía de manera prudente a Heinley, para sorpresa de ambos. El duque Ergy no pudo evitar sentirse incómodo en ese momento, pero no era para menos. Ninguno estaba mentalmente preparado para la decisión de Rashta. -Voy a seguir con Heinley.

Ambos enmudecieron, pero Heinley parecía estar más asqueado y preocupado.
Su cara se había puesto más pálida de lo que ya era de por si, su semblante era de un total horror como si de un fantasma se tratase y ella trataba inútilmente de verse fuerte frente a ambos sujetos.

-¡Jamás estaría con alguien como tú! Prefiero asesinarme.

-Pero no lo hará, príncipe Heinley. Tiene razón, no tiene obligaciones conmigo, por lo que es normal que no acepte. Pero repito, tengo un hijo que quiero que viva en excelentes condiciones.

-¡Por eso Ergy propuso ese estupido matrimonio! -Era extraño, incluso para Heinley y se sorprendió así mismo cuando se escuchó siendo grosero, pero no pudo evitarlo. Era algo que estaba fuera de su control. -No entiendo como crees que saldrás adelante, pero no aceptaré esto. Al fin y al cabo, no eres ni la primera ni la última mujer a quien una persona de clase alta no se hace cargo de un bastardo.

-Claro que lo sé. Pero eso no quitara el echo de lo que sucede con la emperatriz. Tal vez no aceptes, pero te aseguro que no permitiré que siquiera termines con ella a su lado. Si lo que quieres es que acepte la propuesta de Ergy, lo haré. Pero como su futura esposa, no permitiré que tu y ella estén juntos. Incluso haré lo que sea necesario para que ella sufra las mismas carencias que yo.

-Dudo mucho que Ergy acepte. -ambos jóvenes lo miraron, esperando una respuesta por parte del castaño.

El joven había tenido esa sonrisa característica de el, desaparecida desde ya un buen rato, pero se dio cuenta casi al instante y volvió esta en su perfecta cara, para después acercarse a Rashta y mirar a Heinley.

Heinley conocía esa cara. Era la burla de Ergy para las personas que decidieran desobedecer las órdenes que el había impuesto en ellos. Rashta sonreía cada vez más complacida, mientras la furia de Heinley crecía con cada parte de su ser.

La nueva Rashta (la emperatriz divorciada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora