Un grito agudo había salido de los labios de la albina, mientras un pequeño corte se abría paso entre su blanca piel volviéndola roja.
Ergy no comprendía lo que estaba sucediendo, al menos unos segundos después de que todos fueron en auxilio hacia la mujer de la cual salían algunas lagrimas y resbalaban lentamente por su mejilla.Unos muy pocos minutos antes, Rashta había posado sus labios en los de Heinley. Heinley abrió ligeramente la boca, sorprendido por el gesto tan extraño por parte de la albina, pero su sorpresa había sido tal que le fue incapaz quitar a la mujer de sus labios; por su parte, Rashta profundizó el beso aprovechando el ligero descuido del príncipe. El joven castaño no supo que hacer o como reaccionar en esos momentos.
Rashta no demoró mucho en soltarlo; ella podría catalogar ese beso como algo incómodo, principalmente porque el joven estaba sin poder recapacitar lo que pasaba. Habría esperado que incluso la lanzara lejos de él, pero fue todo lo contrario. Ni siquiera parpadeaba, ni se movía. No hacía absolutamente nada. Pero Ergy no pudo estar en trance, pues poco duró cuando la daga que el siempre tenía en su regazo en casos de emergencia, fue tomada y seguido de esto desenfundada por la pequeña mujer, quien soltó gritos para sorpresa de ambos.
La joven le entregó la daga y pudo ver como en ella un líquido totalmente rojo desprendía de este. El la miro, más específicamente en la parte de su brazo donde ella había echo un corte. No era lo suficiente profundo para que pudiera morir, pero si necesitaría algunas puntadas. Ella se había herido con su arma, por lo que la escondió en su ropa de forma rápida; escucho los pasos de los sirvientes que rondaban por la habitación, acto seguido de que las mujeres que aún seguían hablando con molestia, dejarán aquella platica y salieran corriendo de la habitación a observar que estaba sucediendo.
Evidentemente la respuesta fue inmediata al ver los tres jóvenes quienes estaban en shock por tal suceso inesperado.Rashta parecía estar llorando, sus lágrimas resbalaban mientras ella se tambaleaba y les pedía ayuda.
La duquesa Eliza fue la primera en ir a su rescate, mientras le gritaba a Laura que fuera por la emperatriz y llamaran al médico. Laura accedió, su piel estaba totalmente pálida.
Mientras, Ergy trató de cubrir la herida de Rashta con un pañuelo que poseía en uno de los bolsillos de su traje.Heinley miró hacia Rashta y su mueca fue de desprecio total. Aunque debía reconocer que estaba bastante confundido sobre el comportamiento de la pequeña mujer.
No dijo nada, pero trato de ayudar inútilmente a su herida y al pequeño pañuelo que poco a poco era llenado de sangre.
Nadie preguntó nada, el doctor llegó unos minutos más tarde y los mandaron inmediatamente a su habitación. Puso algunos medicamentos para evitar que le doliera demasiado sentir la aguja filosa picando su carne para coserla; ___ recordaba el miedo que le tenía a las agujas, por lo que evidentemente no funcionó el medicamento que el doctor le había recetado, pero no se dejaría ver de manera débil. No ante todas las personas presentes en ese lugar, de la gente que la había estado juzgando, de la gente que se burló de ella en sus narices, de la gente que la había manipulado desde el primer día de llegada al palacio y que le había echo creer que existía gente buena en ese mundo tan hostil.Mantuvo una cara serena hasta que el doctor terminó, pese a que cualquier cosa que hiciera en su cortada le dieran ganas de correr y golpearlos a todos en un intento inutil para calmar su dolor. El doctor puso un vendaje encima de la herida ahora cosida, le dio unas cuantas indicaciones y algunos medicamentos para evitar las infecciones y el dolor que algunas veces podría darle. Le hacia recordar un poco a cuando llego al palacio con una pierna completamente lastimada, en brazos del emperador. Le daba nostalgia recordar lo fácil que pensó que sería su vida una vez fuera de la esclavitud.
No podía creer lo estupida que debió verse.
Todos hicieron una reverencia antes de irse. Pero justo cuando el hombre alto de cabellos rubios estaba dispuesto a marcharse, Rashta tomó de su ropa de manera rápida. El joven se percató, pero en su rostro sólo había molestia, especialmente cuando bajaba la mirada hacia su mano y luego a su cara, en repetidas ocasiones.
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La nueva Rashta (la emperatriz divorciada).
FantasiTodos sabemos la historia de la emperatriz divorciada, pero ¿qué sucedería si la nueva protagonista está vez es Rashta? o más bien... ¿si tu fueras Rashta? Los personajes no son míos, pertenecen a la historia de la emperatriz divorciada.