27. Tu y yo. (borrador).

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El camino en el carruaje había sido completamente silencioso.
Rashta aún no podía contener la rabia y la impotencia que estaba sintiendo en esos momentos.

Hacia apenas unos minutos que la ira de Rashta había arrasado con todo cuando vio en las terribles condiciones en que el señor Pix se encontraba. Algunas de sus heridas aún estaban sin curarse, muchas de ellas aún estaban al rojo vivo y las llagas que se le había formado en su cuerpo dejaban al descubierto que algunas ya tenían una gran infección.
Su cara estaba con cicatrices, algunas igual de graves. Cuando Rashta quería llevarlo cuanto antes, no se lo habían permitido. Ni siquiera Ergy de puso de su lado en cuanto el también había visto las terribles condiciones en que se encontraba el hombre.

-Es una persona sin importancia. El doctor curará sus heridas, pero no por eso puede dejar sus tareas pendientes.

De solo recordar el cinismo y la burla con la que el Lotessu se había referido al pobre anciano le daban ganas de querer descuartizarlo. Incluso se había molestado muchísimo con Ergy, cuando siguió hablando como si nada y, después de haberse acabado su taza de té, les había pedido disculpas y casi la había llevado a rastras hacia la salida.

-¡Se que a ustedes no les preocupa porque no han tenido que pasar por eso, pero el puede morir!

Sus peticiones pasaron desapercibidas por Ergy. No había dicho nada, pero su semblante reflejaba la lastima hacia aquel hombre y, para que negarlo, incluso una mirada de lástima profunda hacia ella.

Después de subir al carruaje en contra de su voluntad, Rashta no quiso hablar más con el hombre, quien se dio cuenta de la molestia de la chica y de igual manera prefirió no hablarle para evitar que la ira de la albina creciera.
El mentiría si dijera que le producía sentimiento alguno el haber visto a aquel hombre en esas condiciones; normalmente desde pequeño ya había tenido la oportunidad de ver a esclavos y en muy peores condiciones de las que se encontraba el anciano que Rashta apreciaba, pero decírselo sería bastante cruel y, por alguna razón, le entristecia que ella fuera un ser tan insignificante para poder hacer algo en esos casos.

Durante el trayecto, fue completamente silencioso a comparación de como había sido durante la tarde. Ergy había planeado salir a almorzar, pero el que el Vizconde hubiera planeado llevar al hombre frente a ellos solo había sido una treta para que Rashta cayera bajo sus peores impulsos y el hacerle pasar un mal rato. Sobraba decir que era evidente que ella no tendría deseos de compartir ninguna comida con el, al menos por ese día.

Al llegar, ella abrió rápidamente la puerta que estaba a su lado y, prácticamente salió huyendo de su presencia. El no se molestó en seguirla, solo agradeció a los cocheros y luego se retiró hacia el interior del palacio.
Cuando estaba caminando, pudo divisar la figura de Heinley, quien se encontraba leyendo en el interior del jardín.
Se aproximó hacia el, pero Heinley ya se había dado cuenta de su presencia desde que había llegado al palacio. Parecía que ninguno de los dos individuos tenía muchas ganas de verlo.

Heinley estaba justo cerca del columpio de la emperatriz echo delicadamente con ramitas y un pequeño cojín que hacía más cómodo el tacto al momento de sentarse.
Cuando el castaño divisó hacia el, Heinley dejó su libro de lado y lo miro con la misma sonrisa con la que el lo miraba.

-¿Que haces aquí? No creo que Rashta te visite por esta noche amigo. -le dio un suave golpe al hombro de Heinley, al cual este respondió con el ceño fruncido y un ligero gruñido de molestia. -Vamos, puedes irte a descansar.

-¿A donde fueron?

-¿Que? ¿Sientes celos de que me robe a tu prometida? -Ergy río, pero esto último lo puso aún más furioso y levanto sus largas piernas para ponerse poner de pie.
Quito algunas ramas que se habían incrustado en la tela de la parte de su trasero y piernas, para luego tomar el libro al que había llenado con un poco de pasto y posteriormente quitarle estos mismos.
Sus piernas apenas dieron algunos pasos, cuando la voz de Ergy volvió a razonar en sus oídos.

La nueva Rashta (la emperatriz divorciada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora