¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝓐𝓫𝓻𝓲𝓵 𝟤𝟢𝟤𝟢
Los padres de Frank me habían contado cómo habían hecho grande la empresa que Zachary había heredado de su padre, cómo conoció a Pam en la universidad, lo que habían estudiado, Zachary obviamente había estudiado empresariales y Pam historia del arte, me habló de que le encantaba Van Gogh. Yo no entendía mucho de arte, para mí solo eran cuadros, pero a Pam le brillaban los ojos cada vez que hablaba de cualquier cuadro.
-Y tú Alice ¿qué carrera has estudiado? -Me preguntó Zachary.
-Oh...umm... Yo no he podido ir a la universidad. - Pam y Zachary se miraron.
- ¡Oh! ¿Y eso querida? - preguntó Pam expectante.
-Bueno... mi familia es humilde y tuve que comenzar a trabajar después de graduarme en la escuela secundaria.
Observé a Frank que miraba hacia abajo, tenía la mirada perdida en el plato aun vacío. No comprendía por qué hacía aquello, pero al parecer notó que yo lo observaba y levantó la mirada hacia su padre quien ya lo estaba viendo con una mirada dura. Ambos parecían entenderse con una sola mirada. Frank soltó mi mano, la que llevaba agarrando desde que entramos por la puerta del restaurante.
- ¿Ocurre algo? - pregunté confundida.
-Verás Alice...- comenzó Zachary. Y no se si fue su tono, su voz grave y ronca o como seguía mirando a Frank mientras me hablaba, pero mis manos comenzaron a temblar, así que las escondí bajo el mantel encima de mis muslos. -Mi esposa y yo tenemos una idea muy clara de la gente como tú. - ¿La gente como yo? - digamos que... humilde...
-No entiendo a qué se refiere Zach...-me cortó carraspeando.
-Preferiría que me llamaras Sr. Hamilton y a mi esposa Sra. Hamilton, si no te importa. - de pronto pasaron de ser Zachary y Pam a los Señores Hamilton.
-Claro. -dije con una voz apagada.
El silencio reinó durante la próxima hora que duró la comida. Yo miraba a Frank, pero él no me devolvía la mirada. Y desde ese momento supe que jamás podría tener una relación con los padres de Frank.
Después de terminar de almorzar, el Sr. Hamilton pidió la cuenta y, según él solo era una broma, dijo que si yo podía pagar mi plato. Frank le dedicó una mirada, pero nada más. No habló en todo el almuerzo.
Salíamos del restaurante cuando una imponente rubia, con vestido ajustado color celeste con escote en pico y tirantes y unos tacones que quitaban el aliento de lo altos que eran, apareció por la puerta.
-¡¡Zach, Pam! - dijo la rubia con total confianza, saludándolos con dos besos en las mejillas.
- ¡Cameron querida! -Vaya al Señor Hamilton le había vuelto a crecer el corazón en el pecho.
-Cameron estás tan guapa como siempre. - le dijo la Señora Hamilton a la rubia que inmediatamente dirigió la mirada hacia Frank.
-Frank, amor. -le dio un beso en la comisura de los labios. Nunca había sido una chica celosa, pero aquello me parecía de lo más impropio.
-Cameron... Tan explosiva como siempre. - Miré a Frank incrédula de lo que acababa de oír.
Pero tenía algo de razón y es que Cameron eran impresionante. No solo era su vestimenta o las curvas que escondía bajo la ropa, era el conjunto de mujer fuerte, una mujer que sabía lo que quería y que por supuesto obtendría costara lo que costara. Su larga melena rubia acabadas en ondas naturales ayudaban a que su belleza natural resaltara. Sus ojos color azul intenso, aquella nariz respingona y esos labios carnosos hacían que su cara pareciera tallada por los ángeles.
-Vaya. - dijo observándome de arriba a abajo- veo que sigues perdiendo el tiempo jugando con baratijas.
¿Perdona? ¿He oído bien? ¿Me acaba de llamar baratija?
-Soy Alice, la novia de Frank. - volvió a dirigir su mirada a Frank, quien ni siquiera me había defendido de aquel ataque tan gratuito.
-Como sea, recuerda amor que mañana me tienes que dedicar el día entero para... firmar esos documentos. - le guiñó el ojo. Es como si yo no existiera.
-Tranquila, tengo la pluma preparada para firmar todos los documentos que requieras. - creo que estaba alucinando, pero aquello parecía una proposición indecente, pero Frank jamás sería capaz de engañarme ¿no?
Los Hamilton se despidieron de la rubia. Yo intenté despedirme de los padres de Frank, pero al parecer en los últimos quince minutos me había vuelto invisible. Entré en el coche. Estaba enfadada, molesta, humillada, mi interior era un torbellino y aun no entendía por qué Frank no me había defendido ni una sola vez. Frank subió al coche y me miró, él sabía lo que estaba pasando por mi mente, me conocía.
-Oye muñe...
- ¡No! ¡Nada de muñeca Frank! ¿Qué ha sido todo eso?
-No es nada, mis padres son especiales. Creen que la gente humilde se acerca a los ricos por dinero.
-Siempre has sabido que tu dinero no me importa, me da igual si eres rico como si no.
-Yo lo sé, pero ellos no. Tranquila muñeca. - me dijo cogiendo mi mano y dándome un cálido beso. - Se lo vamos a demostrar.
- ¿Y la tal Cameron? ¿De qué va ella? Coquetea contigo delante mío como si yo no existiera y lo peor es que tú le respondes a sus coqueteos Frank. - para ese momento una lágrima comenzó a correr por mi mejilla.
-Eh... muñeca. Olvida a Cameron, es solo una amiga de la infancia y siempre ha sido así, pero ella no me interesa porque estoy enamorado de ti ¿entiendes? Me tienes jodidamente loco Alice. Se que te dije que iba a esperar a que estuvieras lista pero no aguanto más, quiero tenerte en mis brazos, hacerte gozar y que tú hagas lo mismo conmigo, quiero que grites mi nombre mientras de hago tener todos los orgasmos posibles.
-Frank yo... no sé si aún estoy lista.
-Solo déjame intentarlo ¿sí? He reservado una habitación de hotel para esta noche, para nuestro primer aniversario. Será algo especial para los dos.
-Está bien. - ni siquiera sé cómo salieron esas palabras de mí.
Pero ahí estábamos horas después, en esa impresionante suite del hotel más lujoso de la ciudad. Esa noche fue mi primera vez y no solo con Frank, sino mi primera vez con el sexo "normal".
*********** N/A
Tercer capítulo del libro, después de este volvemos a la actualidad!!
Me haríais un gran favor dando me gusta y comentando.
