𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 🏵 𝓿𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓼𝓮𝓲𝓼

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Me acerqué a donde estaba Emma. Ella sonrió al verme y, efectivamente, estiró los brazos hacia mí para que la cogiera en brazos.

-Parece que estás en la prisión. - alargué los brazos hacia ella y la cogí por primera vez desde que nació.

Me sentía raro y tenía miedo. Comencé a temblar un poco, acerqué a Emma más a mí y una dulce fragancia me llegó a la nariz. Olía como a galleta recién hecha, mezclado con un olor a jazmín que reconocí al instante. Emma tenía su propio olor corporal, pero también olía a su madre. Esa mezcla de olores hizo que mi temblor cesara y mi miedo desapareciera.

Y como si lo supiera, Emma me miró a los ojos y sonrió.
Esos ojos tenían la forma almendrada y redonda de los de Alice, pero el color era azul como el del cielo. Su nariz era pequeñita y respingona. Su boca era como la de su madre, aunque con babas. Su pelo era castaño, más claro que el de Alice. Emma era la viva imagen de su madre. Pero a diferencia de Alice, Emma se alegraba de verme.

Dejé a la niña en el suelo y me senté junto a ella. Pancake se echó cerca de nosotros. Solté algunos juguetes y comencé a jugar con ella.

-A ver ternerita, este animal de aquí. - cogí uno de sus tantos juguetes para bebés. - esto es una vaca y hace ¡muuuu! - suerte que no había nadie viéndome, no podía creer que estuviera haciendo esto. - este de aquí es un perro y hace...

- ¡Guau guau! - ladró Pancake.

-Genial Pan, pero la has asustado.

Emma empezó a llorar, la cogí en brazos e intenté calmarla. Pegó su cara a mi pecho y dejó de llorar. Ese gesto hizo que mi corazón se derritiera. La abracé instintivamente.

Miré el reloj que mis padres tenían en el salón y vi que ya había pasado una hora. Me dirigí a la cocina con Emma para mirar la hoja, era la hora de darle un biberón. Memoricé las instrucciones de mi madre y preparé el biberón con Emma aun en mis brazos. No sabía que tenía esta habilidad. Pero supongo que tampoco difiere mucho de alimentar a un cordero o ternero.

En cuanto Emma vio el biberón preparado comenzó a gritar y apretar la boca. Sí, definitivamente tenía hambre.
Comprobé que la leche no estuviera muy caliente, cuando estuvo al punto ideal, se la acerqué y le di el biberón.

Después de que se lo acabara, hice que echara el aire. Como se lo vi hacer a Alice, no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, pero creo que hice bien cuando Emma eructó. La recosté un poco en mis brazos y volvió a mirarme fijamente y sonreír. No pude evitar sonreírle de vuelta.
Volví a soltarla en la alfombra para seguir jugando con ella.

Un rato después un olor desagradable me vino. Miré hacia Pancake que me devolvió la mirada y lloriqueó. Se puso una pata en el hocico. Creo que a él también le llegó el olor. Ese olor que provenía de Emma.

Dios no. El pañal. La cogí en brazos nuevamente y fui directo a la hoja, mi madre había previsto que tendría que cambiarle el pañal. Me lo dejó todo preparado en el sofá.
La recosté y le bajé el pantaloncito que llevaba.
Quité una pegatina del pañal y luego la otra. Levanté el pañal y el olor se hizo más fuerte.

-Peque ¿tú has hecho esto? - Emma soltó una carcajada, parecía que entendía lo que le decía. - bueno vamos a limpiarte.

Como veterinario había visto infinidad de cosas, algunas serían catalogadas como asquerosas por otros.

Pero jamás cambié un pañal. Los animales no necesitaban este tipo de cosas. Pero por mucho que llamara a Emma ternerita, ella no era un animal. Era un bebé.

Un bebé, estaba cuidando a un bebé. No parecía irme mal. Quizás todo ese trauma solo estuviera en mi cabeza. O quizás es que Emma era especial, como su madre.

¿Qué pensaría Alice si me viera haciendo esto?

Terminé de limpiar a Emma y le puse el nuevo pañal. Mi madre había dejado unas imágenes impresas muy específicas sobre el cambio de pañal.

Por fin acabé de limpiarla. Emma bostezó y supe que era hora de que durmiera. Hice lo que mi madre me indicó. La recosté en mis brazos y la mecí suavemente, pero no parecía surtir efecto. Entonces recordé que mi padre le cantaba una canción a Eva cuando era pequeña para dormirla, mientras yo me quedaba escuchando detrás de la puerta.

Comencé a cantarle Hush Little Baby y Emma empezó a cerrar los ojos.

Cuando iba por la mitad de la canción Emma ya estaba dormida. Me quedé mirándola durante un rato mientras pensaba que era la niña más bonita que había visto nunca. Que no es que hubiera visto muchos, pero los pocos que vi no podían compararse a ella.

Oí como la puerta principal se abría, pero no presté atención a quién entraba, estaba demasiado centrado en Emma y en sus pequeños ronquidos.

Seguramente era mi madreque volvía de la compra con Eva.

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N/A

Capítulo veintiséis. Emma y Noah pasan unas horas juntos 😍

Me haríais un gran favor dando me gusta y comentando.

Gracias a todos!!

Noah Clark (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora