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- ¿A qué hora llega el abogado? - le pregunté a Alice mientras terminábamos de desayunar.
-Mmm...- miró el reloj de su muñeca. - en dos horas debería aterrizar su avión. Así que debemos darnos prisa, tenemos que ir a recogerlo.
-Bien, ve a la ducha nena. Yo termino de darle el desayuno a Emma.- Alice asintió y subió las escaleras.
Mientras Emma terminaba de jugar con lo que le quedaba de desayuno, recogí la mesa y puse en marcha el lavavajillas. Limpié la zona de Emma y la cogí en brazos para ir a bañarla.
-Vamos peque, tenemos que bañarte o el abogado va a pensar que no te cuidamos. - me miró y sonrió.
Amaba a esa niña.
Alice terminó de ducharse y se vistió. Yo bañé a Emma y mientras Alice la vestía fue mi turno de darme una ducha.
Bajamos al salón y vi a Pancake acostado en la alfombra.
-Pórtate bien chico. - lloriqueó. - volveremos pronto. - le acaricié la cabeza y me fui.
Me subí al coche, donde Alice ya me esperaba con Emma en su asiento trasero. Conduje hacia el aeropuerto de Kalispell.
- ¿Estás nerviosa? - le pregunté a Alice.
-Un poco, sé que todo saldrá bien pero no puedo evitarlo. - cogí su mano con la mía.
-Nosotros podemos con esto.
Alice asintió y se puso a mirar por la ventanilla. Miré por el retrovisor a Emma, se había quedado dormida.
Llegamos al aeropuerto y aparqué el coche en el parking. Bajamos a Emma, con cuidado de no despertarla, y la pusimos en su carrito. Nos dirigimos al interior del aeropuerto, cerca de donde saldría Jackson Gates. Aún quedaba media hora para que su avión aterrizara, le ofrecí a Alice ir a la cafetería, pero se negó.
-Alguien se ha despertado. - alargué los brazos hacia Emma que ya me estaba sonriendo. - ven con papá peque.
La abracé y la besé por toda la cara. Le hice pedorretas en el cuello y Emma comenzó a reírse a carcajadas. Vi a Alice sonriendo. Jugué con Emma durante el tiempo de espera.
-Cariño vamos, Jackson debe salir en algún momento. - me dijo Alice.
Me levanté y llevé a Emma en mis brazos. Llegamos a las puertas de salida y varias personas salieron de ahí. Al poco tiempo un hombre alto, algo más que yo, rubio y bien afeitado, salió. Era Jackson Gates. A simple vista parecía tener unos 37 años. Iba vestido con unos vaqueros, un jersey azul oscuro de lana, unos mocasines informales. Traía una bolsa de viaje colgada en su hombro. Venía sonriendo mirando a Alice.
-Buenos días, soy Jackson Gates. - extendió su mano hacia ella para estrecharla. - encantado de conocerte Alice. - luego hizo lo mismo conmigo. - tú debes de ser Noah.
-Sí, el padre de Emma.- dije estrechándole la mano.
-Eso está claro. - dijo mirando a Emma que estaba gritando y sonriendo en mis brazos.
-Llámame Jackson por favor, lo de Señor Gates se lo dejo a mi padre. - Alice rió. - Sí, ha sido un vuelo bastante tranquilo para lo que estoy acostumbrado.
- ¿De qué conoces a mi tío?
- ¡Oh! Erik es un buen amigo, nos conocimos en un bar.
- ¿Mi tío va a bares? No lo sabía.
-No suele ir, siempre está trabajando. Pero ese día ambos coincidimos y cuando hablamos nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común, desde ese momento nos hicimos amigos.
Asentí. No dije nada más durante todo el camino de regreso a casa. Alice se encargó de hablar con él. Jackson se quedaría en el hotel del pueblo. Mi madre le pidió en repetidas ocasiones que se quedara en su casa, pero Jackson se negó. Llegamos al hotel y Jackson se bajó, iba a descansar unas horas y luego Alice lo recogería para ir a nuestra casa para ensayar para la reunión con Frank y su abogado. Habían aceptado reunirse. Jackson les pidió que fuera en terreno neutral, la reunión sucedería en la zona reservada de un restaurante en Kalispell.
Llegamos a casa, bajé a Emma en silencio. Entramos y dejé a Emma en la alfombra con sus juguetes. Alice llevó el carrito a su sitio. Cuando volvió vino a la cocina para ayudarme a preparar el almuerzo.
- ¿Me vas a decir qué te pasa? - dijo Alice rompiendo el silencio.
-No me pasa nada.
-Noah llevas callado desde que nos montamos en el coche en el aeropuerto.
-Porque no tengo nada que decir - Alice soltó el cuchillo con un fuerte golpe y se giró para mirarme.
-Noah no me tomes por tonta. Sé que te pasa algo, pero si no quieres contármelo no insistiré.
Resoplé y no dije nada más. Terminamos de preparar el almuerzo y nos sentamos a la mesa, dejamos a Emma en su trona con su comida.
-Es guapo. - dije.
- ¿Qué?
-Jackson, el dichoso abogado, es guapo.
- ¿De eso se trataba? ¿Estás celoso? - Alice empezó reírse. - Noah, Jackson es gay.
Fruncí el ceño.
-De hecho, creo que tiene una relación con tu tío. Habla de él como si lo conociera íntimamente. - Alice negó con la cabeza riéndose.
- ¿Mi tío gay? Nunca nos ha presentado ninguna novia, pero de ahí a que sea gay.
-Cariño, el bar en el que se conocieron se llama "The Gayman Bar".
- ¿Cómo lo sabes?
-Jackson lo nombró en el coche, pero ibas a tan metido en tus pensamientos que ni lo escuchaste.
Abrí la boca. Mi tío era gay. No me importaba, pero no entendía por qué no nos lo había contado. Seguí comiendo.
- ¿Tienes pensado estar celoso de cualquier hombre que se me acerque? - me preguntó Alice.
-Sí. - dije sonriendo. - ¿Tú te has visto Alice? Estás buenísima, habría que ser ciego para no querer fo...- miré hacia Emma.- tú me entiendes. - terminé diciendo.
Alice sonrió y siguió comiendo. Pude ver sus mejillas sonrojadas. Me encantaba hacerla sonrojar.
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Capítulo cuarentaitrés.
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