Me di una ducha larga, aprovechando que Lily se había llevado a Emma, luego me vestí para pasear con Eva.
Me puse unos leggins negros ajustados, una sudadera rosa que Eva me había regalado, una camiseta blanca de manga corta, por si hacía calor, y mis tenis. Me recogí el pelo en una cola de caballo.
Fui directa a la cocina para preparar una pequeña mochila con algunos suministros: agua, sándwiches y algún que otro dulce.
Cada vez que Eva y yo hacíamos el recorrido del domingo nos llevábamos comida y agua para reponer fuerzas.
Me encontré con Eva en el salón esperándome.
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Una hora después de haber emprendido el camino, nos paramos donde lo hacíamos habitualmente, en el lago que pertenecía a los Clark. Era un lugar maravilloso.
El agua del lago era azul turquesa, al lago lo rodeaban grandes montañas que para esta época ya comenzaban a tener los picos nevados. A un lado del lago había un acantilado con una cascada de gran altura, otras más pequeñas la acompañaban. El lago tenía una orilla, ahí es donde siempre nos parábamos a descansar y comer.
La suerte de que este lugar perteneciera a la familia de Eva es que no nos encontrábamos con nadie.
Cuando Emma creciera, y el tiempo lo permitiera, me encantaría traerla aquí. En coche claro.
-Me encanta este lugar.
-Sí tiene un encanto muy peculiar, además es tan tranquilo que puedes perderte en tus propios pensamientos por horas. -me contestó Eva.
- Sí. Quiero venir cuando esté todo nevado.
-Para eso tendrás que aprender a montar a caballo y el único que podría enseñarte es mi hermano. Mi padre siempre está muy ocupado y no tiene mucha paciencia para enseñar.
-Oh claro, es que Noah es el gurú de la paciencia. - Eva y yo nos miramos y rompimos en risas.
- Noah no es malo, es solo que no le gusta la gente.
- En especial mi hija de un mes y yo.
- No le caéis mal Alice. Ya te conté lo que le ocurre.
-Aun así... Siempre intento no tratar mucho con él, me incomoda cuando se queda mirándome fijamente.
-Pero eso es porque le gustas. - ahora fui yo quien comenzó a reírse ante las palabras de Alice, quien me miraba con una expresión rara. - no estoy de broma Alice, en serio, le gustas a Noah. Lo conozco demasiado, aunque el crea lo contrario.
- ¿En serio? Pues él a mí no me gusta, de hecho, me cae un poquito mal. - miré a Eva que esbozaba una sonrisa.
-Y ahora que Emma está en este mundo ¿no has pensado en volver a tener pareja? - Le conté a Alice mi historia con Frank y, creo, que si no hubiéramos estado a miles de kilómetros lo habría buscado, matado, descuartizado y echado de comer a los cerdos.
- ¿Una relación? No, estoy concentrada en sanar mi corazón y mi mente, en mi hija y su bienestar. En mi vida no cabe un hombre, además ¿quién iba a querer a una madre soltera? Dudo mucho que alguna vez vuelva a tener pareja.
- ¡Por dios Alice! Que solo tienes 23 años. Bueno casis 24, que, por cierto, tendremos que celebrar tu cumpleaños y se me había ocu...
- ¡Para el carro! sí, cumplo años en unas semanas. Pero no tenía planeado celebrar nada.
- ¿Por qué no quieres celebrar tu cumpleaños? - una voz grave sonó por detrás nuestra, Eva y yo nos giramos y ahí estaba Noah, montado en su caballo. Louise, el nieto de Maggie, lo acompañaba con otro caballo.
- ¿Noah? ¿Louise? ¿Qué hacéis aquí? - dijo Eva con sorpresa.
-Paseábamos. ¿Y vosotras? - dijo Louise.
- Lo mismo, pero sin caballos. Alice no sabe montar.
-Oh pues Noah es un excelente profesor, a mí me enseñó en poco tiempo. - dijo Louise.
Noah no dejaba de mirarme. Me incomodaba que lo hiciera porque sabía lo que pensaba de mí. Sorprendentemente mi hija le caía bien, pero suponía que era porque él ayudó a traerla al mundo.
-Puedo enseñarte cuando quieras. - dijo Noah, que seguía mirándome. Pero ahora también sonreía.
-Te lo agradezco, pero no es...
-Para vivir en un rancho sí es necesario. - me cortó Noah. - Mañana a las 7 de la mañana te espero en los establos.
-De verdad que no hace falta. - dije tensando mi mandíbula.
-No llegues tarde nena. - fue lo último que dijo Noah, antes de marcharse junto con Louise.
Genial, ahora pasaría más tiempo con el imbécil de Noah Clark. Sí, me había ayudado muchísimo en el parto y le estaría eternamente agradecida, pero me seguía cayendo mal. Algo en el hacía hervir mi sangre. Quizás aún tenía algo de rencor por lo que me dijo durante la primera cena, me hizo llorar tanto ante sus palabras que recordé todo lo que el oso me había hecho. Lo odié en ese momento y aun lo odio por ello.
Aunque su trato hacia a mí se había suavizado bastante durante los últimos meses, y eso era un alivio, no me gustaba estar cerca de él porque provocaba algo en mí que nunca había sentido. No sé si ira, dolor o que era terriblemente guapo.
Pero por muy guapo que fuera no dejaba de ser el imbécil de Noah Clark.
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N/ACapítulo veintidós. Estaré sin publicar nada durante 3 días. Mañana intentaré aunque sea volver a publicar un capítulo.
Me haríais un gran favor dando me gusta y comentando.
Gracias a todos!!
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Noah Clark [DISPONIBLE EN FÍSICO]
Romance©️Historia registrada en el Registro de la Propiedad Intelectual de España. Cualquier tipo de plagio será denunciado ante la ley. El registro protege la historia de forma internacional. ------------------------------- Todos los derechos reservados...