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Noah había tocado una fibra muy sensible de mi pasado. Yo no había tenido una buena infancia y no quería recordarla. Quería que mi infancia, niñez y adolescencia se quedaran a donde pertenecían, en el pasado. Había recorrido más de 2000km para comenzar una nueva vida y no iba a dejar que nadie estropeara mis planes.
-Todo el mundo tiene historias de su infancia. Pero si no quieres contar nada estás en tu derecho. - prosiguió Noah.
-No todo el mundo ha tenido una buena infancia. - dije muy molesta. - algunos solo queremos olvidar y seguir adelante. - me levanté de la silla con Emma en mis brazos. - dar por hecho que todo el mundo ha sido feliz en sus otras etapas de la vida y preguntar sin tener conocimiento es de ser un completo imbécil. - Con eso puse rumbo a la habitación para dejar a Emma en su cuna. Ya estaba dormida y yo estaba muy enfadada. Noah Clark me enfadaba.
Entré por la puerta y dejé a Emma dormir en su cuna, intenté calmarme. Dios. Había llamado imbécil a Noah delante de sus padres. Ahora estaba enfadada y muerta de la vergüenza. Noté como la puerta de mi habitación se abrió. Noah entró y me agarró del brazo para sacarme de la habitación y meterme en otra.
-Lo siento. Tienes razón, no conozco tu historia. Pero tampoco me dejas Alice. Cada vez que intento acercarme a ti pones un muro entre los dos. Me odias ¿no? - las palabras de Noah hicieron un click en mí. ¿Lo odiaba? No creo ¿Me caía mal a veces? Seguramente.
-No te odio. Es solo que tu actitud me molesta.
- ¿Mi actitud? Se que al principio no me comporté bien contigo. Y de verdad que lo siento nena. Pero intento cambiar. Lo intento cada día...
- ¿Cambiar? ¿Por qué lo haces?
-Por ti.
Abrí la boca. Noah quería cambiar por mí. Eso... ¿Eso quería decir que yo le gusto o algo así? No, eso era una estupidez.
-No tienes que cambiar por mí. Tú y yo no somos nada.
-Ese es el problema. Que no somos nada y quiero que seamos todo el uno para el otro.
Noah puso sus manos a ambos lados de mi cara y me besó.
Recibí su beso con sorpresa, aunque me gustaba. Pero esto no podía pasar. Él era el hijo de mis jefes y no le gustaban los niños. Aunque parecía tolerar a Emma. Quizás solo porque me había ayudado a traerla al mundo.
Aparté a Noah de mí y le di una bofetada.
-No vuelvas a hacer eso. - salí de la habitación lo más rápido que pude y entré en la mía.
No volví a salir en toda la noche. Me quedé en la cama pensando en lo que había pasado. ¿Y si todo ese rechazo que Noah me provoca es porque me gusta? No, no, no, no, no. Noah me caía mal, ¿no?
Tenía la cabeza hecha un lío. Yo no había venido a Montana para tener novio o un lío. Debía enfocarme en mi hija. Ella me necesitaba y eso era lo más importante para mí.
Me pase los dedos por laboca, aun podía notar los labios de Noah sobre los míos.
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Capítulo veinticuatro. El primer beso de Noah y Alice no ha salido muy bien :S.
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