Capítulo 14

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Egan

-          Tio, que estás empanao’

No fue la voz de Mario la que me sacó de mis pensamientos, sino la colleja que me dio mientras me hablaba.

Sacudí la cabeza para después mirarlo. Íbamos caminando por el pasillo de la facultad, ya habíamos acabado las clases de segundo y nos quedaba el maldito derecho romano que habíamos suspendido.

-          ¿En qué piensas? – Movió sus cejas de arriba abajo mientras me miraba con una sonrisa muy particular suya. - ¿Cuándo lo hacéis habla en español o en inglés? – Al volver a hablar cambió su voz, la puso más fina y lo dijo como si estuviera gimiendo. – Oh, yes, Egan, keep going.

Lo quería mucho, pero no se le podía contar nada.

Esta vez fui yo el que tuvo la mano más larga y le devolví la colleja.

Sabía que Carla me iba a perdonar el no haberle contado nada de mi supuesta relación con Avery. Sin embargo, a Mario se lo tuve que contar el mismo día que empezamos a salir.

-          Cállate un mes pesado.

Intenté decirlo lo más serio posible pero una sonrisa se asomó por mi rostro. No estaba pensando en eso, pero su comentario tan poco previsible me había hecho gracia.

-          Es que no te entiendo. Vuelves con Alba, luego estás dos semanas de mal humor y ausente para ahora salir con la chica a la que más hemos criticado este último mes.

Lo cierto es que tenía razón. Lo único bueno era que con el inicio del curso no habíamos estado tan juntos como en verano. Se hubiera dado cuenta de que esas dos semanas que había estado raro no había estado teniendo citas con Avery, sino bastante tocado por lo que había pasado con Alba.

-          Es que empezamos a quedar casi de casualidad y me empezó a gustar. Surgió solo y sin esperarlo, pero es maravilloso.

Intenté sonreír y hacer un gran esfuerzo, como si estuviera recordando realmente cosas que no habían pasado. Miré hacia abajo y a un lado, casi apartando mi cara de él. Era un gesto que hacía cuando me sonrojaba lo más mínimo, entonces así Mario se pensaba que lo estaba haciendo, o que yo creía que lo iba a hacer.

¿Me sabía mal mentir a mis amigos? Pues sí. Por otra parte, yo sabía que era la única forma de que Carla no me dijera 50 veces al día que me olvidara de Alba y de que Mario no intentara sacarme de mi casa para ir a una fiesta. Era mi forma de estar tranquilo y de que me dejaran en paz.

Por lo que acababa de decir, se puso contento con mis palabras. Mario y yo no hablábamos mucho de sentimientos, pero cuando lo hacíamos sabíamos que, mientras que el fuéramos felices no había más de lo que hablar.
 
No nos dio tiempo seguir con la conversación mucho más, porque enseguida entramos en la clase. Estos últimos días habíamos estado los dos solos o con Carla, pero nada más llegar a la primera que vi fue a Avery, sentada al lado de Carla.

Me sonrió ampliamente y no pude hacer otra cosa más que corresponder.

Carla, por su parte, nos saludaba enérgicamente con sus manos. Como siempre.

Mario ya había comenzado a subir las escaleras hasta ellas y yo tardé poco en seguirlo. De nuevo, había un lado al lado de Carla y otro al lado de Avery. Estaba claro donde nos íbamos a sentar cada uno. 

Cuando ya estaba caminando entre los asientos escuché que Carla le decía a mi supuesta novia “¿Se puede saber qué has estado haciendo estos días?”. Ella se quedó en silencio, se supone que ahora le contaba lo nuestro, pero se notaba que no le salían las palabras.

23:22 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora