Capítulo 32

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No sé cuanto habíamos dormido, pero no era suficiente.

Por mucho que hubiéramos escuchado a Bianca, la tita de Egan, decirle a los pequeños que no hicieran muhco ruido, fue imposible. Apenas se les escuchaba hasta que decidieron salir al jardín a jugar.

Escuchaba a Egan quejarse y murmurar por lo bajo lo mucho que los quería asesinar. Su resaca no le dejaba pensar con claridad.

Me incorporé, quedando sentada en la cama, con la sábana tapando mi pecho desnudo. Me pasé las manos por mi pelo, me dolía un poco la cabeza.

- Tengo hambre, ¿Vienes conmigo o prefieres dormir con el circo que están montando?

Me reí por lo bajo ante su comentario. La verdad es que sí que parecía un circo.

- Voy contigo, me muero de hambre.

Mientras que él se acababa de levantar y buscar algo de ropa, yo me asomé por la ventana para ver a sus primos jugar.

Dejé de prestarles atención cuando una prenda de ropa me dio en la cara, me giré hacia él, viendo que me había tirado algo para ponerme.

- Buenos días a ti también.

Ya se había puesto el pantalón, y estaba acabando de ponerse una camiseta. Al finalizar se inclinó para dejar un beso sobre mi frente.

- Buenos días, mosca.

Me sonrió ampliamente, como si no acabara de tirarme la ropa. Yo arrugué mi nariz, estaba muy cansada para sus tonterías. Me puse la ropa.

Agradecí que me diera algo, no tenía ganas de ponerme los vaqueros ajustados de la noche anterior. El pantalon de chándal y la camiseta azul fueron mis salvadores.

Cuando acabamos de vestirnos salimos del cuarto, yendo a la cocina. Allí estaba Bianca, partiendo unas verduras sobre la encimera.

Se escuchaba a los mellizos en la despensa. Estarían haciendo alguna tarea y se les escuchaba medio pelearse por ello.

- Buenos días, chicos.

Dijo apartando un rato su tarea para dejar un beso sobre la mejilla de su sobrino, a mi me miró con una sonrisa muy amplia. Se parecía a las de Egan, en la forma de curvar los labios.

- Buenos días, tita.

- Buenos días, Bianca.

Le respondimos los dos casi al unísono.

- ¿Té?

Me dijo Egan mientras se acercaba a coger dos tazas. Sabía que él iba a tomar café, y yo le dije que quería otro. Yo soy una persona que es más de té, pero necesitaba algo para despertarme.

Aunque bebimos mucho, también lo hicimos con cabeza, y a mi al menos ya se me había ido el pequeño dolor que había notado al despertarme. Había tenido resacas mucho peores, solo necesitaba dormir.

Bianca volvió a su tarea mientras se escuchaba el estruendoso ruido de la cafetera, haciendo el café.

- Ayer vino Alba preguntando por ti.

23:22 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora