Este es un capítulo que llevo queriendo escribir y subir meses, os aconsejo que, al acabar de leerlo, no olvideis leer también la nota de autora del final, ¡Disfrutadlo!
* * *
Ninguno de los dos nos pusimos alarma.
Yo pensaba dormir horas y horas y luego estar todo el día de resaca, tranquilamente, no tenía prisa. Total, si de todas formas suspendía los exámenes.
Mi plan se vio interrumpido cuando a las once de la mañana, después de haber dormido menos de cinco horas, no me desperté de forma natural.
Un estruendo sonó por toda la habitación.
Una vez que me desperté un poco más, supe que estaban tocando a la puerta de mi cuarto, pero parecía que iban a echar abajo la puerta.
Me incorporé y me quedé sentada sobre la cama, con las sábanas tapándome de cintura para abajo.
No entendía nada.
- ¡Avery dile a tu novio que se vista! ¡Voy a entrar!
De acuerdo, ya entendía.
Era Riley.
No sabía qué hacía aquí, pero sí que iba a entrar.
Automáticamente me activé y miré a Egan, que también se había levantado por el ruido, pero intentaba taparse la cara con sus brazos.
Empezó a soltar unos gruñidos y ninguna palabra entendible, a mi me dio la sensación de que quería asesinarnos a todos en ese momento. No era el único con ese sentimiento.
Me quedé mirándolo algo divertida.
Su pierna sobresalía por la parte inferior de la cama. Las sábanas tapaban su pecho, pero se le veían los hombros desnudos. Sus brazos flexionados sobre su cabeza, y su expresión de estar harto de los golpes.
No me dio tiempo de mirar mucho más, conforme escuché que los golpes cesaron y que iba a abrir la puerta, lancé la almohada que nos separaba al suelo. Se supone que era mi novio, esa almohada ahí no tenía explicación razonable.
Solamente vi la silueta de Riley caminar por el cuarto hasta llegar a la ventana y levantar la persiana del todo.
La luz llegó a mis ojos y tuve que cubrirlos, haciendo una mueca y un ruido de molestia.
- Eres la persona a la que más odio ahora mismo.
- Hazme sitio, yo también me alegro de verte.
Fue lo único que dijo mientras intentaba hacerse un hueco en la cama. Tuve que echarme para el lado y ocupar el espacio en el que antes estaba la amohada, para que ella se quedara sentada en mi lado.
Inmediatamente, me abrazó, y me puse de buen humor como por arte de magia.
- Hemos venido de sorpresa, nos iremos el martes.
Me alegré mucho de tenerla aquí en Madrid unos días, pero no pude evitar cuestinar ese verbo en plural por lo que me separé de ella para mirarla confundida.
- ¿Habéis? ¿Quienes?
Ella me sonrió ampliamente, y supuse que la respuesta iba a involucrar a mi hermano. Efectivamente, así fue.
- Tu madre y tu hermano, están en el salón con Olivia. - Se alejó un poco para ver a la persona que había detrrás mía. - Creo que tu novio se ha muerto.
Como estaba dándole la espalda, me separé de ellos y andé a gatas por la cama hasta llegar a donde estaban sus pies, para quedarme allí sentada. Ahora podía verlos a los dos.
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23:22 [COMPLETA]
Romance¿Qué le puede faltar a una persona que tiene todo lo que desea casi al momento? Avery Moore lo tiene claro: Libertad. Carece de la cosa que más necesita y ansía. Ha hecho un pacto con sus padres: Estudiará este año derecho, y el siguiente podrá deja...