Septiembre se fue volando.
Enseguida volví a Madrid, después de ese fin de semana en el que intenté desconectar de todo. Al contrario que hacía unas semanas, mis días eran más tranquilos y podía dedicar más tiempo a la música y a leer.
Incluso había podido comenzar a escribir una canción.
Nada importante ni que fuera a ser un hit mundial. Solamente era porque me gustaba.
A pesar de que, obviamente, todo el mundo se pensaba que estábamos saliendo, Egan y yo no mantuvimos ninguna clase de contacto fuera de la clase.
Cada uno se limitaba a interpretar su papel y luego, por las tardes, cada uno hacíamos nuestra vida y nuestras cosas.
No podía negar que estaba algo nerviosa por la noche del viernes. Nunca había dormido con un chico que no estuviera borracho.
Un pequeño cosquilleo se instalaba en mi estómago cada vez que hablábamos del tema o me venía a la mente, pero siempre acababa apartando todos esos pensamientos. No iba a estropear el presente por algo incierto del futuro.
Habíamos quedado a las ocho, después de que acabara su turno de tarde, también acordamos que se traería una mochila con algo de ropa de sobra para dejar por mi apartamento. Como si fuera mi novio de verdad.
Esa misma mañana, después de ir a clases, limpié mi cuarto a fondo e hice la compra. Puede que mi familia no fuera perfecta, pero sí me habían enseñado a ser siempre educada y atenta. No iba a dejar que un invitado viniera a un desastre, fuera quien fuera.
-¿Qué pasa hoy?
Me había preguntando mi hermana esa mañana, apoyada en el marco de la puerta de mi habitación, mientras yo barría debajo de mi largo escritorio.
Me giré para mirarla un segundo, y luego volví a mi tarea.
-Nada. – Después de unos segundos, volví a hablar. – Bueno, viene Egan a cenar a dormir, no te importa, ¿No?
Quise decirlo natural, y sin darle importancia. Como si hubiéramos dormido ya varias veces juntos.
Como si no estuviese algo nerviosa.
Sabía que no me iba a decir nada, y que aunque se opusiera él iba a venir de todas formas, así que fue más bien una pregunta por educación.
-No, no me importa. – Suspiró aliviada y yo me giré para mirarla. – Bueno, eso explica mucho.
Arrugué mi frente al fruncir el ceño y me quedé mirándola unos segundos, no llegaba a comprender lo que acababa de decir.
-¿Qué quieres decir?
Me apoyé en el palo del cepillo mientras seguíamos conversando. Olivia hizo lo contrario, dejó de apoyarse en el marco de la puerta. Deshizo el cruce que tenía con sus manos a la altura de su pecho y metió sus manos en los bolsillos.
-Pues nada. Tú no eres desordenada, pero… - Sus palabras divagaban, creo que no se atrevía a decirlo directamente. – Tampoco te había visto limpiar tanto. Este chico seguro que te gusta mucho.
Me quedé helada.
Tuve que disimular muy bien cuando escuché esa última frase que había dicho tan rápido. Ya entendía porque le había costado decirlo: Mi hermana y yo nunca hablábamos de sentimientos.
Sin embargo, en vez de transmitir pánico, me limité a sonreírle.
-Pues sí, me gusta mucho.
Mentira.
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23:22 [COMPLETA]
Romance¿Qué le puede faltar a una persona que tiene todo lo que desea casi al momento? Avery Moore lo tiene claro: Libertad. Carece de la cosa que más necesita y ansía. Ha hecho un pacto con sus padres: Estudiará este año derecho, y el siguiente podrá deja...