Aviso: Este especial es casi exclusivamente para escribir el contenido +18 que tiene lugar entre el capítulo 23 y 24.
* * *
- Voy a llamar a mi tita para decirle que me quedo aquí.Asentí mientras acabábamos de quitar la mesa y llevar las cosas a la cocina.
Coloqué todo en el lavavajillas mientras que lo escuchaba marcar el teléfono, y luego hablar con su familia.
Me gustaba mucho la familiaridad y alegría con la que se hablaban entre ellos.
Por pura coincidencia, mi teléfono también sonó, y supe que era mi hermano pequeño. Aunque no tenía móvil, siempre me llamaba desde ese número.
No quise interrumpir a Egan, así que con señas le indiqué que me iba yo al cuarto a hablar también. Ya de paso me cambiaría de ropa.
La voz enérgica de mi hermano me sorprendió, últimamente estaba algo apagado, pero me gustó escucharlo.
Entré con el pijama en mi baño y me cambié mientras mi hermano me contaba como le había ido la semana. Estaba tan contento porque esa mañana en su clase de terapia de recuperación había podido mantenerse de pie con muy poca ayuda, y dar un paso.
Los médicos esperan que vuelva a andar y ahora él también.
Me alegró muchísimo escucharlo, y no pude contenerme las ganas de llorar al escucharlo contármelo con tanta alegría.
Después de meses de operaciones, después de todo.
- No llores, Av.
- No estoy llorando, listillo.
Contesté mintiendo, pasando mi mano por mi rostro y recomponiéndome.
Acabó cambiando el tema y me preguntó por mi semana, le conté casi todo lo que había hecho, incluida nuestra visita al museo de hoy.
No sé cuanto tiempo estuve hablando con él, sentada sobre el filo de la bañera, pero perdí la noción del tiempo.
Me acabó colgando el teléfono porque tenía que irse a clase.
Salí del baño sonriendo ampliamente y al ver una figura en la oscuridad de mi cuarto, sobre la cama, sentí mi corazón pararse y mi cuerpo sacudirse.
Contuve la respiración y me quedé helada.
Fueron solo unos segundos, hasta que me acordé de que estaba Egan y de que no era un asesino o ladrón.
Su risa llegó hasta a mi, aunque yo no me reí porque seguía con el susto en el cuerpo.
- Casi me da un infarto.
Él también se había puesto el pijama, estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero.
Acababa de apagar su móvil al verme entrar en la habitación.
No estaba todo del todo oscuro, por lo que podía ver su sonrisa de medio lado. La luz anaranjada de las farolas de la calle inundaban la habitación.
- Eso te pasa por hablar tanto.
Solté un ruido parecido a un gruñido, a mi no me había hecho tanta gracia.
Fui hasta el lado de la cama en el que solía dormir y me senté como él, a su lado.
Enfrente nuestra estaba un marco grande que había colgado recientemente. Lo había llenado de fotos con gente de aquí, paisajes, alguna que otra foto mía.
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23:22 [COMPLETA]
Romans¿Qué le puede faltar a una persona que tiene todo lo que desea casi al momento? Avery Moore lo tiene claro: Libertad. Carece de la cosa que más necesita y ansía. Ha hecho un pacto con sus padres: Estudiará este año derecho, y el siguiente podrá deja...