Cada segundo de espera se me hacia una eternidad.
El reloj daba las 16:50.
10 minutos para nuestra cita.
La última vez que nos vimos fue el día que fui a su casa.
Tenía intenciones de seguir con lo que empezó, pero su familia vino pronto.
No podía parar de pensar en sus manos y labios.
Me estaba volviendo loca.
Miraba a la hora fijamente, así que cuando el móvil puso la pantalla en negro y comenzó a vibrar me asusté. Casi tiro mi teléfono al suelo.
“Egan”
Cogí la llamada y aun sin acercarme el teléfono a la oreja lo escuché, tenia el volumen al máximo.
- ¿Estás lista? Estoy en tu portal.
- Voy.
Contesté antes de que colgáramos la llamada, acabé de coger mi bolso y salí del piso.
Todo el nerviosismo que se había instaurado en mi desapareció al verlo a través del cristal del portal.
Vestía con unos vaqueros normales y una chaqueta gruesa, la cual tapaba gran parte de la sudadera celeste que tenia debajo. Solamente se dejaba ver un poco por la parte baja de la chaqueta.
Al salir me alegré de haberme puesto un jersey y una chaqueta abrigada, hacía mucho frío.
- Entonces, ¿Ya eres hombre libre?
Comenté al cerrar la puerta tras de mi. Ya no trabajaba y todavía faltaba tiempo hasta que comenzara las prácticas.
Lo cierto es que enero y febrero habían sido muy ajetreados.
Se acercó para dejar un corto beso sobre mi frente y comenzó a caminar, conmigo a su lado.
- Sí, pero vamos, que quiero que nos de tiempo.
Me había dicho de tener la cita hoy, pero no sabía a donde íbamos. Confiaba en él, pero tenía cierta curiosidad.
- ¿A dónde vamos?
- Ya lo verás, no seas impaciente.
Suspiré antes de inclinar mi cabeza hacia abajo, protegiendo mi cuello del frío con la chaqueta. Fui a meter mis manos en los bolsillos de la chaqueta, pero me di cuenta de que había cogido una que no tenía.
Mierda.
Él se dio cuenta de lo que me pasaba, porque me había visto tratar de buscar los inexistentes bolsillos.
- Me vas a poner muy fácil la excusa para cogerte la mano.
Dijo divertido, alargando su mano para coger la mía.
Mis manos estaban heladas, pero cuando entraron en contacto con las suyas sentí el calor inmediatamente.
Entrelacé mis dedos con los suyos.
Meses de relación falsa y nunca habíamos hecho eso.
Iba mirando al frente, pendiente de las personas con las que nos cruzábamos, tratando de pensar hacia a donde íbamos por ese camino.
Había comenzado yo a hablar sobre como pensaba que el frío era mejor que el calor, pero que prefería que hiciera frío desde la comodidad de mi casa. Él me escuchó atento.
Hoy solo pedía una calefacción.
Fui a preguntarle a Egan si había calefacción allí, cambiando de tema, pero al girarme vi que me estaba mirando.
ESTÁS LEYENDO
23:22 [COMPLETA]
Romance¿Qué le puede faltar a una persona que tiene todo lo que desea casi al momento? Avery Moore lo tiene claro: Libertad. Carece de la cosa que más necesita y ansía. Ha hecho un pacto con sus padres: Estudiará este año derecho, y el siguiente podrá deja...