- ¡Cuánto tiempo!
La voz de Carla resonó en toda la habitación.
Dejé a un lado la brocha con la que me estaba terminando de hacer la sombra de ojos y me levanté corriendo. Sus brazos rodearon mi cuerpo y me abrazó como su fuera un juguete. No dolía, yo también la abrazaba con mucha fuerza.
Habíamos pasado de vernos casi a diario a dos meses completamente separadas.
Esto no era completamente cierto, llegué ayer por la mañana y pasamos todo el día juntas. Vino a mi antiguo piso con Manu y Mario; ella pasaba aquí casi todos los días con mi hermana. Pasamos un buen rato, como antes, además de ayudarme a recoger todo.
Cuando me había ido había dejado todo ahí. Algunas cosas me las había traído mi hermana, pero la mayoría seguían como antes.
Dejamos todo el cajas, listo para que en unos días se los llevara la empresa que habíamos contratado. Iban a venirse conmigo a Francia. Yo ya no vivía ahí.
Antes de que ellos llegaran me encargué de quitar todo lo relacionado con Egan, no quería conversaciones incómodas. Sabía que ellos seguían siendo su amigo, aunque Carla ya me contó que no era como antes, las cosas estaban algo tensas. Simplemente, evitaban hablar de mi y de lo ocurrido.
Lo único que dejé colgado fue la guitarra, no sabía si llevármela o dejarla. Se quedó colgada donde estaba. El resto de la habitación estaba ya en cajas.
- Te he echado mucho de menos de ayer a hoy. - Le dije casi al oído. - No te lo imaginas.
- Yo más, mucho más.
Me contestó y todavía no nos habíamos separado, hicieron falta un par más de segundos para ello.
Carla me miró de arriba a abajo, sonriéndome.
- Vas guapísima, ¿Estás nerviosa?
Me había puesto unos pantalones negros y unas botas del mismo color. Llevaba un sujetador negro y encima una camiseta celeste que se transparentaba. Mi pelo estaba suelto, pero arriba tenía dos pequeñas coletas de las que salían dos trenzas.
Estaba nerviosa, no era fácil subirse a un escenario y tocar, pero iba a hacerlo.
- Mucho, pero también tengo ganas.
- 10 minutos para las nueve. - Dijo un hombre que pasaba, le había dicho que me fuera avisando de la hora, para no salir tarde.
Tocaba a las nueve, así que tenía que acabar de prepararme.
- Te ayudo. - Me dijo Carla al ver que me entraron aún más nervios.
Ella acabó de maquillarme. Llevaba algo sencillo, simple. Lo único que destacaba algo más eran mis labios granate, porque la sobra de ojos era marrón, casi imperceptible.
La miré a través del espejo, dándome cuenta de que ella también se había arreglado. Su vestido negro era maravilloso, era de mis favoritos en su armario.
- Tú también vas genial.
Le dije cuando vi que se había dado cuenta de que la estaba mirando. Ella sonrió ampliamente, como solí hacer.
- ¿Hay mucha gente?
Le pregunté al ver que se levantaba, sabía que se iba a ir ya, yo estaba a punto de salir también.
- Has llenado el sitio, pero estamos nosotros.
Estaban ellos. Eso era más reconfortante.
- Nos vemos luego.
Le contesté antes de que se fuera, a lo que me respondió con un "¡Mucha mierda!".
Me miré al espejo una última vez. Había ensayado, lo tenía todo calculado y pensado, aunque aceptaba cierta improviación.
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23:22 [COMPLETA]
Romance¿Qué le puede faltar a una persona que tiene todo lo que desea casi al momento? Avery Moore lo tiene claro: Libertad. Carece de la cosa que más necesita y ansía. Ha hecho un pacto con sus padres: Estudiará este año derecho, y el siguiente podrá deja...