𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐍 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 © | Miguel Cazarez Mora

Capítulo 09

DANIEL REYES

──No manches, relájate Emma ──juro que quería reír.

──Tú no sabes... él me abrazo ──su voz se cortaba en las palabras ──. Y dijo que le gustaron las flores ──vuelve abrazar al señor galleta.

Si que las mujeres están locas, Emma lleva desde que se levantó llorando. Ya pasó como dos horas y media, ¿apoco así se ponen cuando conocen a alguien quien admiras? Bueno, la diferencia es que a ella le gusta, igual que otras miles. Ni pedo, aquí tratando de ayudarla.

──Ya, ya. ¿Luego lo volverás a ver, no? ──ella se queda callada mirándome.

──Si... ──y volvió ha sollozar, para que hable ──. Eso es lo mejor.

Ayudaaa.

Solo quedaba abrazarla, que sentimental es. Aun recuerdo que lloraba cuando no encontraba el peluche que trae ahora mismo en sus brazos. ¿Cómo se le hace para que alguien deje de llorar? Normalmente a los bebés se les da cualquier cosa para que se entretengan pero sabrá Dios que le gusta a Emma, aparte de ese tal Miguel.

──Dani...

──Mandé.

──¿Puedes traerme el pan que está en la mesa de la cocina? ──me mira desde sus cobijas.

Tiene todas las mantas encima.

──Tú te estás aprovechando de la situación ──me quejo.

──Ah, ¿entonces quieres que vuelva a llorar? Por qué si puedo.

──Hija de.... está bien, solo pa' que te calles.

──Si, si, si ──responde

Salí de su cuarto y me apresure a bajar las escaleras. Y luego el por qué no quiero tener hijos, suficiente con Emma que parece bebé, es bien torpe y dramática. Llegué a la cocina y mire la bolsa sobre la mesa, ya me acordé, mañana llega Wilson, el gato de Emma. Para que ya no esté triste le va servir esa cosa, parece... ¿Qué parece? No sé, pero dan ganas de darle una mordida al gato.

──¿Emma está llorando? ──me sobresalto del susto.

──Ay, casi me da un infarto, ma ──la miro ──. Si, me pidió pan.

Solo no me cagué porque recién fui al baño.

──Uy, no. No le lleves esos ──toma otra bolsa y me la da ──. Llévale mejor donas, dice que no le agradan esos bolillos. Se pondrá a llorar de nuevo.

──Que bueno que avisas, ya me estreso tu hija ──salgo de la cocina.

──Ahorita subo, nada más me preparo un café

──Okay ──subí las escaleras.

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EMMA REYES

Daniel entro a mi cuarto extendiendo la bolsa.

──Gracias.

──Si, dice nuestra mamá que ahorita viene. Solo se hace un café ──aprieta sus labios en una línea recta ──. Este... ¿Ya me puedo ir?

──Si, si. Ya te puedes ir ──lo miro ──. Quedará en tu consciencia si me muero ──bromeó.

──Dios, ya eres tú de nuevo ──me da una abrazo fugaz.

──¿Eh... Si? Ya lárgate ──digo confundida.

──Cuánto amor, hermanita. Que te mejores en tu estado sentimental.

──Si, igual tu. Adiós

Es que de algo sirvió mirar Harry Potter, pues ayer estaba diciendo que lloraría cuando procesará todo. Y aquí estoy, llorando por qué me acordé de lo de ayer. Les juro que la sudadera que lleve no la voy a lavar nunca más, osea tipo; No me voy a bañar, pero capaz y mi mamá traiga la manguera y no gracias

Daniel se fue ya a su trabajo que por mi culpa llegara tarde.

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Después de atragantar me con el pan que trajo Dani. Me bañe, si, mi mamá vino a decirme que me bañara o si no que le diría a mi tía que no trajera a Wiwi (así le digo a Wilson de cariño) Y no, me bañe en menos de cinco minutos. Nunca había echo un recor así.  Siempre digo que no me quiero bañar, pero cuando ya estoy en la ducha es tipo «El agüita es mi hogar» así como el meme de la rana que le cae un chorrito de agua en la cabeza.

De lo que se pierde uno por flojo, o sea, el Wiwi, no le gusta bañarse si no es con agua tibia. Todavía que le doy un techo donde vivir se pone sus moños, el cual ni pelo tiene para hacer eso.

No al bullying para Wilson.

Me disculpo, creo que le hace daño estar con mis abuelos. Pues ahí también viven mis tíos, y el hermano de mi papá esta pelón. Creo que el se lo pego ya que está mucho tiempo en México, que bueno que ya mañana viene. Es como si lo cruzara un pollo, ya que no tiene pasaporte o esas cosas para movilizarse por el país, mi tía tuvo que pagar por el gato. Algunas veces cuando lo visitaba le pegaba unas mordidas, es que como su piel es fina quien no.

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