Capítulo 26

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El despertador sonó, creo que extrañaría el raro audio que Daniel puso en mi alarma. En el internado son normales. Suspiré y quedé mirando el techo, creo que no estoy lista para un nuevo año en el internado pero al parecer mamá no lo entiende y nunca lo hará.

──Emma ──miro la puerta ──. Buenos días ──sonrie Daniel.

──Buenos días, Ñañi ──sonrió.

──Voy extrañar ese apodo cuando te vayas. Pero puedo aguantar, creo que tres meses contigo fue mucho ──se sienta en mi cama.

──Obvio, no aguantas ni una. ──me siento en la cama.

El ambiente es melancólico.

──Mi mamá está preparando el desayuno, date un baño que apestas a tristeza ──ríe ──. Luego te ayudaré a bajar nuestras cosas.

Él sale de mi habitación.

Daniel tiene su vuelo para una hora después que el mío, la diferencia es que mi internado tiene avión reservado solo para estudiantes y Daniel se irá junto sus amigos en otro público ya que el jet solo es para la familia o una emergencia familiar.

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Terminé de bañarme y me puse un pantalón holgado con la sudadera verde un poco claro y unos Jordan. Aparte está lloviendo leve así que supongo que así estará Los Angeles.

Yo entro hasta septiembre, pero durante agosto estaremos en talleres y cursos del como se trabajará este año y nos asignarán un dormitorio diferente para que podamos socializar con otras personas, las niñas no comparten edificio con los del otro sexo por seguridad.

──Buenos dias, cariño ──mamá besa mi cabeza y se sienta ──. ¿Han dormido bien?

──Si, pude dormir poco ──me siento junto a Daniel.

──Igual, aún que me caí de la cama ──reímos.

──Tú siempre, desde niño.

──Por algo eres tan tonto.

──Tú no te caes y eres más pendeja que yo. ──me mira con gracia.

──No se ofendan, niños. ──regaña mi mamá.

──Lo lamento.

Durante el desayuno Daniel y yo estuvimos jugando con la comida y mamá nos regañaba, papá solo reía.

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──¡Apúrate!

Es más lento que un caracol.

──Quitate a la verg*a me empuja ──. Ni que estuvieras subiendo el equipaje tu.

──Que delicado, Ñañi.

──Cállate y sube ya. ¿O piensas quedarte aquí?

──Si, pero no me dejan. ¡Pido el lado derecho!

──¡No, ese es mío! ──cierra la cajuela y corre al lado izquierdo.

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Estaba lloviendo de nuevo y miraba por la ventana al igual que Daniel, el auto paro frente al aeropuerto. Mi vuelo sale en veinte minutos así que tengo que estar cinco antes de los veinte para pasar lista y toda esa mierda.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐍 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 © | Miguel Cazarez MoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora