Capítulo 08 ──Primera Parte

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¡Madre mía! Ya es sábado, ¿saben que significa? ¡Si! Que en unas horas miraré a Maddy «ajá», bueno, y a los demás.

Me había levantado diez minutos tarde ya que todavía me metí a bañar y Mona ya me está esperando en la sala con mi mamá. Tomé cualquier cosa de mi armario, o sea, si, me puse a seleccionar pero rápido ya que iríamos a desayunar y el camino es un poco largo.

──¡Listo! ──aviso casi tropezando desde las escaleras.

──¡Al fin, Emma! ──me abraza ──. Creí que un alienígena te había secuestrado.

──Creí lo mismo, pero aquí estoy.

──Emma, ¿llevas lo necesario? ──pregunta mi madre.

──Si ──miro mi bolso ──. Traigo las pastillas de Diazepam y Clonazepam. También mi cartera, y yap.

Esas son pastillas para tranquilizar a tu sistema nervioso según eso nos dijo la del Simi. Y ahora que me tomo el momento de pensar esto, soy muy dramática. Aparte son recetadas para mí desde hace un año para la escuela y las tomo casi a diario dependiendo mi estado de ánimo.

──¿Los pañuelos?

──Si, esos nunca los saco del bolso ──sonrió.

Esos son por si lloro.

──De acuerdo, Momona, confío en que cuidaras a mi hija de un infarto.

──No se preocupe señora, estaré allí para llamar una ambulancia.

──Muy bien, niñas. Me saludan a Madeleine.

──Claro, mamá. Adiós ──beso su mejilla y las dos salimos.

──¿Qué te dijo Sophie? ──pregunto subiendo al auto ──. ¡Hola, mamá de Momona! ──sonrió.

──Hola, Emma.

──Nos dejara en la plaza. Y Sophie no pudo ya que está fuera de Los Ángeles ──hace una mueca.

──¿Harán alguna parada? ──nos mira.

──Sip, vamos a comprar algo para darle a Maddy ──avisa su hija.

──De acuerdo. El cinturon que no pienso pagar un hospital ──bromea.

.

.

.

Estuvimos en el tráfico por otros diez minutos, luego fuimos a desayunar las tres a un lugar de cafés como Starbucks. Ahí compré yo una dona con café, pero la mamá de mi amiga me regaño y lo cambie por solo leche. Dice que es malo ya que me pondrá de interactiva. Mona pidió unos waffles con chocolate caliente y aparte un tazón de fruta.

──Come algo ──bromeó.

──Síguele. Tu debería de comer algo aparte de una rosquilla ──toma de su vaso.

──Bueno, iré a pedir unos waffles entonces ──ella asiente.

Me levanto y voy a pedir en la barra. Después de unos minutos los traen a la mesa de donde estamos y seguimos desayunando. Estuvimos ahí media hora en aquel establecimiento. La mamá de Mona pago la cuenta ya que le dije que yo pagaría lo mío, pero se negó. Mi lado mexicano está feliz por ello, y el americano no.

──¿Ahora?

──En una florería ──pide Mona.

Su mamá hace caso y nos lleva a la que está más cercana para no hacer más paradas. Ella estacionó el auto en la banqueta frente el lugar, tardamos como veinte minutos en llegar aquí. Momona y yo nos bajamos del auto y entramos a la florería.

──Buenos días ──saluda alguien desde la caja.

──Hola ──decimos las dos.

Nos acercamos a las cajas donde están las flores, hay una gran variedad y son muy linda. Yo compraría tres y Momona dos. Tardamos al rededor de unos siete minutos decidiendo mentalmente cual elegir, pues ahí mismo hacían los ramos en tiempo real.

──Yo llevaré un ramo de Tulipanes, uno de rosas y las últimas combinadas. Por favor ──sonrió.

──Yo de Margaritas y una de girasol con blancas.

Nos atendieron dos personas; una chica y un chico de la edad como de dieciocho por ahí. Sé demoraron unos minutos en hacerlo los cinco ramos. Ellos se nos acercaron y las dejaron el la barra.

──¿Cuánto serán por estás tres? ──señaló las que pedí.

──Su total es de setenta y cinco dólares ──sonríe la chica.

──No manches, ¿se echan agua por si solas o por qué tan caras? ──saco mi cartera.

──Está bromeando ──aclara Mona sonriendo.

──Oh ──ríe.

──Toma ──le doy el dinero.

──Gracias por la compra ──mira a Mona ──. Y lo tuyo son cincuenta dólares.

──¿Por qué está más barato lo de ella? ──miro a la chica.

──Ya deja de bromear, Emma ──le extiende el dinero ──. Disculpa, y gracias.

Las dos salimos de la florería con los ramos en las manos.

──Que sentido del humor el tuyo ──ríe ──. Me agrada.

──Gracias, igual me agradas.

La mamá de Mona volvió a poner el auto en marcha.

Ya sabía para quien estaba destinados las flores; los tulipanes en envoltura rosa es para Maddy, los girasoles en papel café con blanco para Masón y las rosas con florecitas blancas para Mikey en papel negro. A los demás no les llevaría ya que no los conozco y solo les daré una pulsera personalizada de la película.

Las que compro Momona son para Masón y Maddy. No sé cuál es para cual pero bueno. Aparte de los ramos, Mona había comprado un obsequio para Maddy por su proyecto. Es una pintura del Teléfono Negro, eso es algo muy lindo de ella. No son mejores amigas, pero si se hablan por mi ya que las dos si lo son para mí.

Llegamos al lugar del evento en eso de las nueve, ya se estaba llenando el lugar. Fuera de este habían puestos, yo decidí comprar unos globos negros, son muy lindos aún que les tengo un poco de miedo y no por la película. El sonido que hacen al explotar me lastiman los oídos.

──Emma, quiero que te tomes una pastilla antes de que entremos ──me dice Mona.

──Si ──la mamá de ella me ayudó a sostener los ramos.

Con las manos temblorosas saque la caja y saque la pastilla. Me la pase con un poco de dificultad ya que no me gustan mucho. Me regresa los ramos.

──A esperar para que den las diez ──sonríe.

En lo que hacíamos fila, las adolescentes nos pedían fotos. Solo las que se percataron de nuestra presencia. El sol estaba quemando un poco más, lo bueno que me puse bloqueador. Soy de México pero tampoco se pasen.

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𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐍 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 © | Miguel Cazarez MoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora