Ivon
Quiero y a la vez no quiero reservarme los comentarios al respecto. Lo que Malec y Mila hicieron se llama profanar, incluso sin son demonios, en mi mundo también son hermanos y eso es algo aborrecedor.
Me preocupa que conociendo la vulnerabilidad de Mila en este estado físico las consecuencias sean extremas. En este momento hay límites a los que tenemos que aferrarnos puesto que Malec y yo no podemos cuidarla en ciertos planos.
De alguna manera el tiempo transcurrió demasiado rápido y estuvieron sumidos en un sueño cerca de cuatro horas en la tierra, para cuando regresé a revisar las heridas de Mila, el maldito ya había desaparecido y ella estaba en otra parálisis de sueño que no creí que pudiese controlar.
No sé cómo controlar este tipo de cosas y tengo cero intenciones de hacerme cargo de sus estupideces, pero, Mila es mi responsabilidad y eso es algo que no puedo negar o hacerme la vista gorda.
El cuerpo que Mila posee actualmente era virgen en todos los sentidos a diferencia del anterior, este cuerpo no fue bautizado por la iglesia al nacer y tampoco había pecado, no sé qué consecuencias traerá esto, pero hay que estar preparados para un cambio de cuerpo radical, casi tan abrupto como la vez pasada.
—¿No piensas hablarme? —La voz de la mujer que ya conozco más que a mí mismo atrapa mi atención haciéndome girar la cara en su dirección. Está sentada en el marco de la ventana con una rodilla pegada el pecho; me preocupa su mirada, la siento sin energía, demacrada, el cabello sin brillo y los labios resecos. Temo que su cuerpo no esté aguantando las energías que carga. —Esto es absurdo ¿Hasta cuándo estaremos así? —Su voz se quiebra pero le veo tragar con fuerza y respirar profundo para no quebrarse.
Entro en su mente y me consigo con un montón de pensamientos que engloban a Malec ¿Por qué no me sorprende? Desde el día en que lo vio por primera vez hasta el día en lo que sucedió en la iglesia.
Suspiro con pesadez al ser consciente de que Mila nunca había experimentado sentimientos tan fuertes y eso es algo que psicológicamente la va a afectar demasiado.
En todo este tiempo mientras Mila reencarnaba intenté ser un buen guardián y mantener mi distancia de ella, pero su necesidad de destruir cosas cada que entra en crisis fue un problema que me llevó a involucrarme más de lo que tenía pensado.
Por mucho tiempo escuché sus pensamientos e inquietudes, la miré llorar en el suelo de su habitación por impotencia y culpabilidad en la última vida que tuvo que creí que podía perderla por una simple depresión. Es un hecho, emocionalmente es alguien muy débil, es algo contradictorio pero todos tenemos ese punto de quiebre que la naturaleza nos impide controlar.
Nunca pude evitar sus robos, ni de cosas materiales sin valor o sus almas, Malec era quien solía intervenir en esos momentos y siempre había un choque entre luz y oscuridad dentro de ella; Era como tener a Mila en un cuarto totalmente oscuro y ponerle dos puertas a cada lado, cualquier persona elegiría una puerta y entraría, pero no, ella abría una puerta se giraba y abría la otra, dejando ambas puertas abiertas y volviendo al centro de la habitación.
—¿Por qué ya no gritas? —Pregunto al recordar que ella mordía una toalla y gritaba para drenarse cuando no podía controlar lo que sentía.
Los gritos de Mila funcionan de dos maneras: como una melodía que acciona las almas, las llama, las hipnotiza pero también es la única manera en la que todas las almas que habitan dentro de su cuerpo se drenen y ella pueda respirar, es un frenesí constante de sensaciones que ella no puede entender y yo menos, pero es un hecho.

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Neophyte
ParanormalCreer en la delgada línea que separa el mundo humano del incorpóreo resultaba algo imposible para Mila Crain, y aún más llegar a pensar que ese nombre y ese cuerpo pudieran en algún momento no pertenecerle. Luego de una serie de sucesos fuera de cu...