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Cuando le dije a Agustín que aceptaba tomar algo para celebrar que según ellos la grabación fue perfecta, no me refería esto.

No quería tener a un cantante preguntándome si estoy soltera justo delante de mi ex que no se puede considerar ex, ni tampoco esperaba que Agustín trajera a todos sus amigos porque eso por supuesto significa caos y drama.

Son apenas las diez y yo ya puedo decir muchas cosas...

Estoy en el lugar en el que conocí a Emily, me la encontré y por supuesto estaba sola. Pero lo gracioso e irónico de todo es que como estaba feliz bebiendo de espaldas, no me reconoció y se acercó intentando coquetear como usualmente lo hace.

Así que sí, la manera en la que n os conocimos no es más que una táctica que usa siempre y yo como estúpida pensé que sería especial. Y da igual la verdad.

Porque solo diez minutos después, James se me acercó y me dijo directamente;

Me encantas, lo de hoy fue sensacional y me pregunto si estás soltera porque la verdad es que me encantaría conocerte.

Y bueno, como me lo preguntó delante de Emily, tuve que decir que no estoy soltera porque no puedo olvidar que Emily cree que Ruggero y yo somos novios... 

Así que James se disculpó, se marchó y ahora estoy sentada en el privado, sola. Porque definitivamente no quiero más drama.

Pero por lo poco que vi antes de venir a encerrarme, es que Valentina anda un poco borracha bailando hasta cansarse con Maxi... Sí, Maxi.

Y Michael y Agustín no pueden quitarle los ojos de encima por más que lo intenten.

¿Será que mi mejor amiga va a lograr que los amigos se peleen por ella?

Quiero ver eso.

Me siento derecha cuando la puerta se abre.

Y mi mente deja de divagar en el instante en el que veo a Ruggero entrar. Trago saliva evadiendo la mirada de él. 

Ninguno dice nada, solo le veo recoger sus cosas y responder un mensaje de texto.

No sé a quién se lo mande, pero supongo que es una de sus conquistas de una noche. 

Él ya hasta tiene planeado el cierre de su noche y yo estoy aquí... Queriendo decirle una y mil cosas pero sin atreverme.

Bloquea su teléfono, lo guarde de regreso en su bolsillo y camina hacia la puerta.

Bufo dejándome caer de nuevo en el sillón.

Me quiero ir.

De inmediato me levanto de nuevo sintiendo la incomodidad en mi pecho, me ignoró y eso se sintió como... 

No, mejor ni le doy tantas vueltas a lo que estoy sintiendo ahora mismo.

Bajo las escaleras prácticamente corriendo, sí, mi intención es rebasar a Ruggero y lo logro. Como también logo encontrar a mi amiga de inmediato y sujeto su brazo para decirle;

—Me quiero ir.

—Yo no. —se suelta de mi agarre.— Son apenas las diez, déjame.

—Valentina, ya me quiero ir y no puedo irme si estás aquí y así. Eres mi responsabilidad. —insisto.

—Karol, no soy una niña.

—Pero venimos juntas y nos vamos juntas.

—Cálmate, la estoy cuidando yo. —me dice un sobrio Maxi.— No he bebido nada por eso mismo.

Miro a mi amiga que junta sus manos haciendo pucheros.

Y entonces lo noto...

La maldita no está borracha.

Almas Que No Son Gemelas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora