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Karol Sevilla.

Definamos felicidad.

La felicidad y todos los sentimientos son cuestión de percepción y completamente subjetivos. Es más que obvio.

Pero, creo que no hay estímulo que cause más felicidad que ver a las personas que amas alcanzar sus metas.

Y aquí estoy...

Valentina Zenere, mi mejor amiga, fue admitida en la compañía de sus sueños para el puesto de sus sueños. O eso es lo que ella dice.

Solo sé que ahora mismo está teniendo una crisis por lo feliz que se encuentra y el miedo que siente a la vez.

Me río cuando deja de saltar en la cama para volver a leer la carta de aceptación, y de nuevo grita emocionada llevándola a su pecho.

Si, así se siente el éxito...

—¡Vamos a ser millonarias, bebé!

—No es que quiera arruinar tu felicidad, cariño... —mi mamá se asoma por la puerta.— Pero Karol ya lo es.

—Ay, eso de ser ricos en sentimientos y valores está muy sobrevalorado, yo quiero dinero.

—Y yo. —musito enterrando mi rostro en la almohada.— Arriba el dinero. Soy team dinero.

Eso hace reír a mi mamá que comienza a darnos un largo discurso de lo bonito que es ser ricos en los sentimientos y el amor.

Que feo.

Igual planeo casarme y ser una esposa mantenida después. Con título, pero mantenida al final.

Desde niña me dijeron que cumpliera todos mis sueños y es lo que intento hacer.

Barbie me enseñó que puedo ser lo que quiera ser. Y mi sueño por supuesto es ser una esposa mantenida.

No encuentro fallas en mi lógica.

Estoy tan sumida en mis pensamientos que termino perdiéndome la pelea de esos dos seres.

Y cuando soy consciente de que me he perdido del show, ellas ya están hablando ahora de las compras que Valentina tendría que hacer y no sé qué.

Esto de ser nueva en un trabajo de prestigio debe tener su toque.

Yo soy feliz siendo lo que soy... Dueña de mi propia cafetería.

Si, se me da del asco la cocina, pero a mi mamá no. Así que a esto le llamo... Se run haz de los negocios.

Yo administro, ella prepara pastelitos.

Aquí todos ganamos.

Y hablando de eso...

—Tenemos un pedido grande, así que será mejor que regreses rápido y no le hagas caso a Valentina en las locuras que se le ocurren.

—¿Eso debería ofenderme?

Miro a mi amiga negando, ella sonríe.

Almas Que No Son Gemelas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora