41

42 5 2
                                    

Al bajar del escenario nuestros papás se acercan a abrazarnos y mi mamá no pierde la oportunidad de susurrarme lo orgullosa que está de mí por aceptar y no crear uno de mis espectáculos.

La gente comienza a acercarse para felicitarnos, entre ellos nuestros amigos, con su familia. Chris y Emily me preguntan como estoy y o me limito a mentir diciéndoles que estoy bien. Sé que no me creen, pero no es momento de contarles todo lo que se me está pasando por la mente, entre ellas la mirada de Joel cuando se ha enterado del compromiso.

Después de alrededor de media hora recibiendo felicitaciones me agobio de la cantidad de gente desconocida alegrándose de un compromiso que además es falso y me disculpo diciendo que necesito ir al baño.

Una vez salgo del baño, mi mirada se dirige al camino de vuelta al salón. Desde donde me encuentro se oye el ruido de la gente hablando. La idea de volver a ese ambiente que lo único que me provoca es ansiedad hace que esta aumente, así que decido tomar el camino contrario.

A medida que me alejo del salón el ruido procedente de la sala va disminuyendo y con ello mi respiración se va calmando. Al final del pasillo veo la puerta que da salida al jardín, así que me dirijo hacia allí para poder tomar algo de aire y acabar de relajarme.

Después de unos minutos apoyada en la barandilla del pequeño balcón que hay antes de bajar al jardín, empiezo a notar como la calma me invade y la ansiedad desaparece. Respiro el aire fresco con los ojos cerrados, sintiendo como mi cuerpo se relaja.

Mis ojos se abren al escuchar unos pasos y alguien que se para en mi lado izquierdo. Mi mirada se dirige hacia la persona y al momento de ver quien es mi cuerpo se vuelve a tensar. Joel mira hacia el frente, su semblante es neutro, eso hace que no pueda descifrar lo que está pensando o sintiendo en este momento. Al ver que su mirada no se desvía del frente, dejo de mirarlo para mirar el mismo punto que él.

- Te casas - dice casi en un susurro después de unos minutos de silencio y hace que mi mirada vuelva a él.

- ¿Qué? - no es porque no le haya oído, sino que no esperaba que lo primero que me dijese al reencontrarnos fuera eso.

- Ya me escuchaste - Suspira y nuestras miradas se conectan. Es en ese momento cuando veo el enfado y decepción en sus ojos - No puedo creer que te cases - Me está jodiendo, ¿cierto?

- No se te veía muy preocupado cuando entraste del brazo de Jessica - digo molesta

- No sabía que estarías aquí

- Eso lo mejora todo - río sarcásticamente - Fue lindo el reencuentro, ahora puedes seguir tu vida con Jessica, mientras yo me voy con Zabdiel - me doy la vuelta para irme de vuelta al salón, pero él me coge del brazo haciendo que estemos frente a frente.

- Eso quieres, ¿no? Volver con él - dice aún más enfadado

- No hables de lo que no sabes Joel

Su comportamiento no hace más que enojarme más a cada palabra que dice. No me puede estar reclamando por algo que no tiene ni punto a comparación con lo que ha hecho él. Al menos lo mío con Zabdiel no tiene ningún sentimiento más allá de una amistad, al menos por mi parte, si estoy con él es por obligación. Seguro que él no puede decir lo mismo de lo suyo con Jessica.

- ¿Qué no sé? Un día desapareces de mi vida y meses después me entero de que te vas a casar con otro hombre.

- No desaparecí de tu vida porque quise. Te recuerdo que fue tu mamá la que quiso separarnos desde la primera vez que puse un pie en su maldito internado.

- Eso no tiene nada que ver con que te vayas a casar con otro hombre. Me traicionaste. Mientras yo lloraba porque nos habían separado, tú estabas conociendo al que pronto será tu esposo.

- ¡¿Yo te traicioné?! - digo alterada - Joel, viniste con Jessica, mucho no tuviste que llorar. Seguro que lo poco que sufriste por mi ida, ella pudo consolarlo en solo minutos.

- Como tú dijiste, no hables de lo que no sabes.

- Está bien, ¿qué te parece si ambos dejamos de hablar de lo que no sabemos?

Suspira y vuelve a apoyarse en la barandilla como estábamos anteriormente. Lentamente, me acerco colocándome a su lado. Él pasa sus manos por su rostro y vuelve a suspirar.

- No puedes casarte con él - me dice desesperado mirándome de nuevo

- Joel, no

- ¿No qué?

- No hagas esto

- ¿Que no haga qué? T/n, no mentí cuando dije que estaba enamorado de ti. Estos meses he estado pensando día y noche en la posibilidad de algún día volver a encontrarnos y ahora que lo hicimos no quiero volver a perderte.

- No puedo hacer esto - por mucho que quiera huir con él y darnos el final feliz que merecemos, no puedo hacer esto a Zabdiel, incluso a mi familia, nunca me lo perdonarían. Además, Joel está con Jessica y la imagen de ellos entrando juntos es algo que no sale de mi mente cada vez que le miro a los ojos.

- ¿Por qué no? T/n, te quiero - dice aún más desesperado.

- Yo también te quiero - admito - pero es complicado

- ¿A él lo quieres? ¿Lo amas?

Quiero contestarle que no, que él es el único que logra que tenga esos sentimientos, pero algo me impide a hablar. Hay una voz en mi cabeza que me dice que probablemente lo mejor para ambos sea esto, que cada uno vuelva a su vida como antes de conocernos. Justo cuando voy a contestarle, alguien más sale al balcón.

- ¡T/n! Te estuve buscando por todas partes. Todos... - Emily se calla cuando ve quien me está acompañando.

Una parte de mí agradece que haya sido Emily quien nos ha encontrado. No me quiero imaginar que hubiera pasado si mi mamá o incluso Zabdiel hubiera sido el que nos encontrara. La otra parte maldice que alguien me haya interrumpido cuando iba a contestarle.

- Siento interrumpir lo que sea este momento y crear una situación tan incómoda, pero necesito llevarme a T/n.

Miro a Joel quien me mira suplicándome que no me vaya con la mirada. Suspiro y le asiento a Emily.

- Como dije, fue lindo el reencuentro. Te deseo lo mejor con Jessica - le digo a Joel mientras me alejo de él para acercarme a mi mejor amiga.

- T/n...

Joel comienza a decir, pero antes de que diga algo más cojo la mano de Jessica y volvemos al pasillo para volver a la sala.

- No sé qué estaba ocurriendo antes de que llegara, pero me lo cuentas ya - dice, lo que hace que ría

- Te lo contaré en el primer momento que pueda. Te lo juro - sonríe satisfecha y al ver que mi sonrisa se ha desvanecido al pensar en la conversación que acabo de tener con Joel su sonrisa también se desvanece y me mira preocupada.

- ¿Estás bien? - pregunta.

Me limito a asentir, ya que siento que como diga algo, las lágrimas que estoy luchando tanto porque no salgan lo harán.

EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora