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Un ruido en mi puerta hace que mi mirada se dirija a esta y por un momento deje de pensar en la terrible pesadilla que acabo de tener.

- Adelante

- Señorita, sus papás me piden que le diga que se arregle. Tienen una comida bastante importante con unos invitados y quieren que esté lista - dice Daisy

- Gracias Daisy. ¿Por casualidad sabe quiénes son los invitados?

- Los señores no me quisieron decir, solo me dieron órdenes de avisarla y prepararlo todo

- Está bien. Gracias de nuevo

- De nada señorita. Los invitados llegan en una hora

Después de decir eso, se va cerrando la puerta detrás de ella. Genial, ahora tengo que asistir a una comida a la cual no me apetece para nada ir. El día mejora por momentos y eso que recién comienza.

Sin pensar mucho más ni en la pesadilla ni en la comida, me levanto y me voy a bañar. Cuando salgo lavo mis dientes y comienzo a buscar algo para ponerme. Después de mirar e intentar decidirme entre las diferentes opciones, decido ponerme un conjunto de blazer y pantalón de color rojo con un top negro de tirantes y unos zapatos de tacón negros.

Una vez vestida, pongo mis complementos y le hago ondas a mi pelo. Justo cuando he acabado de hacerme la última onda, escucho la voz de mi papá, llamarme para que baje, ya que los invitados ya han llegado a casa. Grito un voy de vuelta y me miro al espejo suspirando.  

- Vamos T/N. Cuanto antes bajes, antes acabará todo esto y podrás volver a tu cuarto - me digo a mi misma intentando darme ánimos.

- T/N, querida, te estamos esperando - esta vez es mi mamá quien grita

Vuelvo a mirarme una vez más al espejo para suspirar de nuevo y darme ánimos por última vez antes de darme la vuelta y dirigirme a la puerta de mi cuarto. Salgo y me dirijo a las escaleras para bajar al piso de abajo. En el pie de las escaleras me está esperando Daisy con una mirada preocupada.

- Señorita, sus padres se encuentran con la familia De Jesús, hablaban de un enlace

- ¿Un enlace? ¿Qué quieres decirme Daisy? - la miro confundida

- No pude escuchar bien, pero hablaban de un enlace entre dos personas. Me temo que...

- Daisy, ¿puede venir un momento? - mi mamá la interrumpe, llamándola desde el salón, donde están reunidos.

Ella me mira disculpándose con la mirada y camina rápidamente hacia el salón para atender a las peticiones de mi mamá. Yo también decido seguir mi camino hacia el salón para reunirme con ellos.

Una vez llego al salón, todos se quedan en silencio y se giran para mirarme. Están todos sentados en los sillones. Mis papás a un lado y dos señores enfrente de ellos, un chico de un año o dos más mayor que yo se sienta en el sillón que hay entre ambos. Este tiene el pelo rubio, teñido seguramente, con ojos castaños y un pendiente en la nariz y otros dos en ambas orejas.

- T/N, hija - mi papá se acerca a mí poniendo la mano en mi espalda para acompañarme con el resto de los presentes - Déjame presentarte a nuestros invitados - todos se levantan de sus asientos para darme la bienvenida - Los señores Noemí y Carlos De Jesús - les sonrío y saludo apretándoles la mano.

- Querida dejémonos de formalidades y démonos dos besos - Noemí me abraza y me da dos besos

- Él es su hijo, Zabdiel de Jesús - me acerco al chico con quien, al igual que con su madre, me doy dos besos - Ella es nuestra hija T/N Miller - mi papá acaba las presentaciones volviendo al lado de mi mamá y cogiéndola de la cintura, ambos sonriéndonos, sobre todo a mí y a Zabdiel quienes estamos uno al lado del otro.

- Encantada de conocerles familia De Jesús - digo con la sonrisa más falsa que puedo encontrar. No tenía nada en contra de esta familia, pero no llegaron en el mejor momento y no quería estar allí, solo quería estar en mi cuarto, dado que con la única persona que quisiera estar no me lo permiten.

- El gusto es nuestro - contesta Carlos

Daisy vuelve a entrar al salón para avisar que la comida está lista y que ya podemos sentarnos en la mesa. Así hacemos, mi papá se sienta a un extremo de la mesa, a su lado izquierdo el señor Carlos y al derecho yo, a mi lado Zabdiel quién se encuentra en el lado izquierdo de mi mamá, quien preside la mesa desde el extremo opuesto a mi papá y tiene a la señora Noemí a su lado derecho.

Durante la comida los papás hablan entre ellos mientras Zabdiel y yo nos mantenemos en silencio. Solo hablamos cuando nos hacen alguna pregunta o nos involucran en la conversación y yo intento contestar con las mínimas palabras posibles.

Una vez llega el postre, el dulce se convierte en algo amargo cuando escucho las palabras de la señora de Jesús.

- T/N escuchamos que fuiste a un internado en Londres y volviste antes de tiempo, ¿no pudiste soportar estar tan lejos de casa y de tus papás? - dice a lo que todos rieron. Todos excepto yo, quien miro a mi mamá que me mira con una mirada de advertencia, pero decido divertirme un poco.

- Más le gustaría a mi mamá que fuera por eso - digo mientras miro al plato delante de mí haciendo que el silencio vuelva al salón. Suelto una pequeña risa y meto un trozo de tarta en mi boca

- T/N - me advierte mi papá

- La verdad es que mis papás, me sacaron del internado antes de tiempo porque no aceptaron la relación que tenía con el hijo de los dueños - digo satisfecha al ver la cara de los señores De Jesús y ver a mi mamá al límite

- T/N, basta - dice mi mamá

- No dije nada que no fuera cierto - me hago la inocente cogiendo otro trozo de tarta. Miro a mi mamá de nuevo y veo que su cara de furia cambia por una de satisfacción

- Bueno, eso es cosa del pasado - comienza a decir antes de mirar a nuestros invitados y volver su mirada hacia mí - Hija, si la familia De Jesús está hoy aquí es para acabar de concretar como anunciaremos el matrimonio.

- ¿De qué habla? ¿Qué matrimonio? - pregunto mirando a todos y por último a mi papá quien rápidamente la mirada rápidamente

- El nuestro - escucho a Zabdiel decir desde mi lado y rápidamente dirijo la mirada hacia él

- ¿Qué? - pregunto alterada

EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora