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Han pasado varias semanas desde nuestro primer beso y la relación entre Joel y yo mejora por momentos. Aún seguimos teniendo nuestras peleas de vez en cuando, pero no seríamos nosotros sin hacerlo.

Ahora mismo estoy escondida detrás del sofá con la esperanza de que no me encuentre, pero al notar una mano en mi brazo que me agarra y me levanta veo que todo esfuerzo no ha valido para nada.

- No pensarías que no te encontraría - dice con un tono de burla en su voz mientras me gira y coloca sus manos en mi cintura

- Vamos. Invéntate algo y nos quedamos los dos aquí - coloco mis manos en su pecho, mientras hago círculos sobre el pecho- solos - le miro a los ojos con una sonrisa perversa.

- Tentador - sonríe y se acerca a mi oreja - Pero hay que volver - susurra y sin previo aviso me alza y me coloca sobre sus hombros.

- Pimentel, bájame - grito sin ninguna respuesta más que su risa

Llegamos a su habitación o más bien a la nuestra, ya que hemos estado durmiendo juntos todos estos días. Me tira a la cama y se coloca encima de mí con cuidado de no aplastarme. Se va acercando y mis nervios comienzan a notarse.

- No te haré nada - baja para acercarse a mi oreja y susurrar - a menos que no quieras - mis mejillas cogen un color rojizo y él se separa un poco para mirarme a los ojos mientras ríe, por lo que acaba de causarme.

- Eres idiota - lo empujo y me levanto. Estoy a punto de salir por la puerta cuando me agarra del brazo y tira de este para atraerme a su cuerpo.

- Vamos T/N. No te enojes. Sabes que estaba jugando - dice con una sonrisa burlona - perdón, ¿si? - dice al ver que yo no cambio mi cara seria.

- Juegas conmigo como quieres. Sabes lo que causas en mí y te aprovechas de eso - digo apartando la mirada

- No juego con eso. Lo que causo en ti es lo mismo que causas en mí - dice obligándome a mirarle de nuevo y antes que pueda decir nada me besa. Esos labios de los que estoy segura de que no me cansaré nunca. Se separa y me mira con una sonrisa - ¿mejor?

- Con un beso no te librarás Pimentel - sonrío - voy a arreglar mis cosas ahora que hay que volver a ese infierno.

Salgo de la habitación para adentrarme al que había sido mi cuarto los primeros días para acabar de recoger mis cosas. Media hora después está todo listo. El sonido de la puerta y la voz de Joel preguntándome si estoy lista me indica que ya era hora de dejar ese lugar. Salgo del cuarto encontrándome a Joel en la puerta esperándome. Al verme sonríe y coge la bolsa que llevaba en mi mano para que con la que tiene libre agarrar la mía y salir.

Siento tristeza al dejar el departamento en el que me he sentido segura estos últimos días. Un sentimiento que no tenía desde hacía tiempo, ni siquiera en mi casa lo sentía desde que mi hermano se mudó. Al fin había encontrado a una persona que me brindaba de nuevo esa seguridad y siento que pronto algo empeorará la situación en la que nos encontramos.

Salimos del elevador y él me suelta la mano. Es obvio que lo hace porque no pueden saber lo que ha ocurrido estos dos meses, si no habría consecuencias las cuales no queríamos vivir. Nos adentramos al auto y el chófer nos da la bienvenida y ambos sonreímos. Nadie dice nada durante el rato que dura el trayecto y aunque no era muy largo se me ha hecho eterno. 

Nos estacionamos y bajamos. Miro el lugar y no encuentro ese sentimiento del que hablaba antes, sentía de todo menos seguridad. Joel se acerca y me susurra un vamos. Asiento y me dirijo a la entrada donde nos espera la directora que al vernos sonríe.

- Mamá - sonríe Joel acercándose a ella para abrazarla. Ella no abandona su sonrisa y cuando se separan me mira

- Bienvenida de nuevo T/N Miller. Espero que estos meses hayan sido buenos para su recuperación y que mi hijo haya cuidado bien de usted - no lo sabe bien. Sonrío y asiento - acompáñenme adentro, le llevaremos a su antiguo cuarto.

Una vez llegamos la directora se despide para permitirme dejar mis cosas. Joel abre la puerta y se hace a un lado para dejarme pasar, lo hago y miro los alrededores. Sigue exactamente igual.

- Dejaré que coloques todas tus cosas, ya sabes el funcionamiento de todo. Nos vemos luego. Tus compañeras están en el almuerzo, no tardarán en subir. Ahora tengo que irme - se acerca y deja un beso en mi mejilla antes de salir.

Abro mi armario en el que coloco mi ropa, aunque solo nos dejen utilizarla fines de semana, que es cuando no hay clase o cuando se tiene que salir por alguna razón y cojo uno de los uniformes y me lo coloco igual que la primera vez que entre en este lugar.

Una vez todo está listo la puerta se abre dejando ver a mis amigas que me miran con cara de asombro desde la puerta.

- ¿Se acercan a abrazarme o están esperando a que yo lo haga? - las miro con una sonrisa y al momento las tengo todas encima abrazándome.

- T/N ¿en qué momento volviste? - dice Sarah emocionada

- Nadie nos avisó de tu llegada - esta vez es Danielle la que habla

- Acabo de llegar - sonrío. Les extrañé. Aunque no lo parezca, de lo que más tenía ganas de volver era verlas a ellas.

- ¡Qué alegría! Tenemos muchas cosas que contarte - Habla Nina

- Ya tenemos la venganza perfecta para Jessica y su séquito de arpías - me comenta Hannah y la sonrisa que tenía desaparece de mi rostro. No me acordaba de que ellas estarían aquí y la idea de volver a verlas me causa náuseas - ¿sucede algo?

EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora