26

233 14 1
                                    

- T/N Miller es el primer día de vuelta y ya está causando problemas. Creía que estos días con mi hijo habían sido suficiente para al menos calmar su carácter, pero veo que no. Puede marcharse hasta que piense un castigo que deberá cumplir - asiento y me levanto cuando veo que él también lo hace.

Salimos del despacho y Joel me mira, pero no como lo lleva haciendo estos dos últimos meses, sino como cuando nos conocimos. Con autoridad y enojo.

- Acompáñame - dice comenzando a caminar

- No - digo sin pensar lo que digo. Lleva todo el día evitándome y ahora quiere que lo siga, supongo que se olvidó de lo terca que soy cuando se habla de dignidad y orgullo. Para de golpe girándose y se dirige de nuevo hacía mi.

- No era una pregunta - dice con ¿odio?

- Ya dije que no voy a ninguna parte contigo - estoy dispuesta a girarme e irme por la otra dirección cuando me coge del brazo fuerte y me obliga a moverme o más bien me arrastra con él.

Llegamos al balcón donde me veníamos siempre antes de irnos durante unos meses. Al fin me suelta y se apoya en la barandilla. Suspira y se gira con furia.

- ¿Se puede saber que te sucede? - alza la voz y eso hace sobresaltarme a la vez que enojarme

- ¿A mí? ¿Qué te sucede a ti?

- ¿Yo? Yo no fui quien al primer día de volver a un internado creo con una pelea con otra compañera

- Ella no es mi compañera - interrumpo

- ¡Si! Si lo es, aunque no te guste Jessica es tu compañera y no puedes ir peleando con ella

- ¿Por qué de repente te importa tanto ella? - grito desesperada, las palabras de Jessica se repiten en mi mente una y otra vez.

- ¡Cuando te enterarás de que la única que me importa aquí eres tú! - grita igual que yo y hace paralizarme. Vuelve a suspirar, se acerca a la barandilla de nuevo y tira la bolsa del hielo al suelo - Mierda T/N- se dirige a mí - estos dos meses contigo han significado todo para mí. Al fin conseguí romper la barrera que tenías conmigo y no quiero que la vuelvas a construir - coloca las manos en mi mejilla - quiero besarte.

- Hazlo - susurro a causa de nuestra cercanía

Sin pensarlo lo hace. Sus labios se mueven al compás de los míos, algo que me alivia, ya que creía que al llegar aquí no iba a volver a probar los labios que se habían vuelto mi obsesión. Dirijo mis manos a su abdomen y las subo hasta su pecho, pero al pasar al lado de su costado hace una mueca de dolor que me hace separarme y mirar el lado con preocupación.

- No te preocupes, no es nada - alza mi cabeza para así mirarme a los ojos

- Yo te hice eso - murmuro

- Ya te dije que no es nada

- Y tú sabes lo terca que soy, así que no te creeré hasta verlo

- No necesitas una excusa para verme sin camisa - ríe provocando que yo ría

- No es por eso, tonto - hago que se siente en una de las sillas - además no sería la primera vez - volvemos a reír, pero yo esta vez con un tono rojizo en mis mejillas.

Con cuidado cojo el borde de la camiseta y la levanto un poco. Al ver un tono morado a su costado me sorprendo y con cuidado lo acaricio con mis dedos provocando que Joel gima de dolor y ponga su mano sobre la mía para que me detenga.

- Lo siento de verdad - lo miro a los ojos

- Te repito que no te preocupes - dice con dulzura

- Sí que me preocupa. Te golpeé y cause que ahora tengas eso en tu costado - señalo sin tocarlo, él tira del brazo que he estirado haciendo que me siente encima de sus piernas con las mías a un costado de cada una de las suyas.

- Está todo bien, ¿si? - pregunta acercándose y yo asiento

Vuelve a unir nuestros labios, pero esta vez de una manera más feroz, acaricia mi labio inferior con su lengua, pidiendo permiso para entrar en mi boca y no dudo en concedérselo, profundizando más el beso. Agarra mi cintura acercándome más a él provocando que roce su parte íntima y los dos soltemos gemimos bajo provocando que sonriamos en medio del beso. 

A causa de la falta de aire nos separamos con la respiración agitada. Sus pupilas están dilatadas y noto su excitación debajo de mí, pero me lo confirma cuando se acerca a mi oreja y me susurra que vayamos a su habitación. Asiento dejándome llevar por el deseo y excitación que sentía hacia él en ese momento y mis piernas se dirigen solas caminado al lado de él, quien ya lleva su camiseta puesta y agarra mi mano mientras la acaricia suavemente sin preocupación alguna, ya que a esa hora todo el mundo ya está durmiendo.

Llegamos a su habitación y cierra la puerta. Se gira y se acerca a mí para agarrarme de la cintura y atraerme hacia él. Junta sus labios de nuevo con los míos y vuelve a introducir su lengua dirigiéndome hacia su cama de espaldas. Llegamos al borde y los dos caemos en ella provocando nuestra risa. 

Nos separamos un poco y aprovecho para volver a quitarle la camisa. No tarda ni un segundo en volver a unir nuestros labios y acaricio su abdomen bien marcado, subiendo las manos, pasando por su pecho hasta llegar a sus hombros, notando como se eriza su piel bajo mi tacto. Vuelve a separarse, esta vez para quitarme a mí la camisa. Me mira fijamente mientras quita cada uno de los botones de mi camisa con lentitud, hasta que al final quita el último y acaricia mi vientre dejando besos en mi cuello. Jadeo al sentir sus labios en mi cuello y notar como lo muerde con cuidado mientras yo paso mis dedos por su cabello jugando con sus rulos. Levanta una de mis piernas aproximándose a mí y provocando que nuestras partes se rocen, haciendo que soltemos otro gemido con nuestras bocas juntas.

Dirijo mis manos al broche de su cinturón con la esperanza de desabrocharlo, pero unos golpes en la puerta hacen que nos separemos de golpe y vaya corriendo al baño a esconderme.


EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora