40

43 5 2
                                    

Después de verle sin mí, con ella y feliz, me aparto de mis amigos para acercarme a una especie de bar que habían montado en la sala donde se iban juntando los asistentes. Me apoyo en la barra y suspiro soltando todo el aire que sin darme cuenta había estado conteniendo. Pido una bebida al chico que hay al otro lado de la barra e intento controlar mi respiración mientras espero que la prepare.

- Empezamos fuertes, ¿no? - dice el chico y me giro para decirle que no es el momento cuando mi mirada se conecta con la suya y una sonrisa aparece en mi rostro dejando a un lado lo que acaba de ocurrir y el malestar que me había provocado.

- ¿Richard? - digo ilusionada por verle de nuevo. Él se ríe y asiente - ¿Cómo? ¿Qué haces aquí?

- Mis papás me consiguieron trabajo en la zona, querían que volviera a casa y como estaba un poco cansado de Londres decidí volver.

- Me parece genial, pero no me refería a que haces en Miami, sino en esta fiesta - digo aún sin entender como nuestros caminos se han vuelto a encontrar en este lugar. Se ríe ante mi respuesta.

- Trabajo en una empresa de catering y los organizadores de esta fiesta la contrato, así que estoy trabajando de camarero aquí.

- Entiendo - contesto sin realmente entender nada de lo que ha ocurrido en estos últimos minutos - De todas formas me alegro volver a verte - sonrío.

- Lo mismo digo Miller - sonríe de vuelta - sobre todo verte libre - deja sobre la barra la bebida que le había pedido.

- No sé qué decirte. Aunque no esté en un internado en la otra punta del mundo, creo que nunca me he sentido menos libre en mi vida - digo tomando un sorbo de la bebida.

- Y se acabó la felicidad del reencuentro - ríe sarcástico - Espero que la causa de tu tristeza no sea por cierto chico pelinegro que ha entrado con una chica del brazo - suspiro.

- ¿Tú también los viste? - asiente y vuelvo a suspirar acabando mi bebida de un trago - Quiero otro - él se ríe y se aleja unos segundos para coger la botella y preparar lo que le he pedido.

- No sé qué ha sucedido desde la última vez que nos vimos, pero lo que sé es que la t/n que conocí en su momento no estaría ahogando las penas en alcohol. ¿Bebería? Definitivamente, pero no por un chico - dice haciendo que suelte una pequeña risa por lo último.

- He cambiado Camacho. Si te contara de lo que es mi vida ahora, te sorprenderías.

- Cuéntame, para eso están los amigos.

Coloca el vaso de nuevo delante de mío y lo agarro para beber. Vuelvo a colocarlo en la barra y cuando estoy a punto de contarle lo que ha sido de mí en estos últimos meses noto una mano colocarse con cuidado en mi hombro. Giro mi cabeza para ver quien es mientras rezo que no sea Joel.

Para mi suerte no es él, sino Zabdiel, quien me mira con atención. Supongo que mis amigos ya le habrán puesto al día de porque la entrada de ese chico me ha afectado tanto.

- Te estuve buscando, ¿estás bien?

- He estado mejor.

- Siento mucho todo lo que ha sucedido, ya me contaron y me llego a imaginar que estás sintiendo.

- No es nada. Deja que me beba dos vasos más y verás como nada importará - miro a Richard sonriendo quien niega, riéndose.

A Zabdiel no parece hacerle la misma gracia que a nosotros, ya que sigue mirándome con la misma expresión de pena. Parece que mi pequeña interacción con Richard ha captado su atención y ha hecho que se dé cuenta de su presencia.

- ¿Se conocen? - pregunta mirándonos a ambos.

- Zabdiel, este es Richard, un viejo amigo. Rich, él es Zabdiel otro am...

- Su prometido - me interrumpe y ambos se dan la mano saludándose.

Al segundo que esas palabras salen de su boca, Richard me mira con una ceja alzada, sorprendido por lo que acaba de oír. Le respondo diciendo "larga historia" con mis labios sin emitir ningún sonido, a lo que él asiente entendiendo que esta es una de las cosas que le iba a contar antes de que Zabdiel interrumpiera nuestra conversación.

- Encantado - le contesta Richard - Si no les importa tengo que ir a revisar que nadie necesita nada - me sonríe y se aleja hacia donde están lo que supongo que son sus compañeros de trabajo.

Al minuto que Richard se retira, mis papás y los de Zabdiel se acercan a nosotros con una sonrisa en sus rostros.

- Que lindo verles juntos - dice Noemí - Los estábamos buscando para decirles que se acerca el momento de la pedida de matrimonio.

La pedida, cierto. Con todo este drama con Joel y el reencuentro con Richard se me había olvidado el porqué de este evento. No puedo creer que tengamos que hacer todo este show para que una sociedad de empresarios se entere y acepte nuestro matrimonio.

- T/N cielo - dice mi mamá sacándome de mis pensamientos - ¿Estás lista? - asiento sin muchas ganas.

Nos dirigimos a una especie de escenario y el papá de Zabdiel se acerca a la banda que hay tocando para susurrarles que vayan a hacer un descanso para así poder hacer el anuncio.

- Espero que te comportes - susurra mi mamá en mi oído - No quiero que la presencia de cierta persona haga que estropees todo esto - no hace falta que especifique a quien se refiere para entenderlo.

- No te preocupes, no me afecta como crees - miento y asiente sonriéndome satisfecha.

Noemí y Carlos suben al escenario siguiéndoles Zabdiel y yo y por último mis papás. Carlos llama la atención de los asistentes y el silencio inunda la sala, dado que todo el mundo interrumpe sus conversaciones y dirige sus miradas a nosotros.

Siento como mi pecho se contrae, intento buscar una cara conocida para tranquilizarme. Intento encontrar a Emily, Chris, Richard o incluso a Erick, pero no lo logro. Solo veo rostros de gente que desde que nos hemos presentado ya me he olvidado de sus nombres.

Mi respiración comienza a acelerarse y noto como Zabdiel agarra mi mano acariciándola y me mira preguntándome si estoy bien con su mirada, asiento. Es en el momento de volver a mirar a la audiencia cuando noto que mi respiración volvía a la normalidad.

- Queridos amigos y amigas. Tanto mi familia como la familia Miller esperamos que estén pasándola genial en esta reunión que hemos organizado - comienza a hablar Carlos - Si hemos querido que ustedes estén hoy aquí es porque tenemos algo importante que anunciarles.

Carlos le da el micrófono a su hijo y Zabdiel me mira antes de mirar a la audiencia. "Allá vamos" pienso.

- T/N y yo queremos anunciarles la mejor decisión que hemos podido tomar - me mira y yo asiento sonriendo. Hay que aparentar ¿cierto? - Hace unos meses conocí a la mujer que sin saberlo me cambiaría la vida completamente y hace una semana decidí que quería compartir el resto de mi vida con ella - miente.

Obviamente, todo esto había sido previamente ensayado con nuestras mamás, quiénes se habían asegurado de enseñarnos exactamente que decir para que la gente se creyera que era un casamiento por amor y no uno acordado anteriormente.

- T/N Miller, hoy delante de todo el mundo quiero pedirte de nuevo - otra mentira, nunca había habido una pedida - ¿Quieres hacerme el hombre más feliz casándote conmigo?

Asiento haciéndome la emocionada y fingiendo una sonrisa. Él se levanta, ya que se había arrodillado para la pedida, me coloca el anillo y me da un beso mientras oímos a la gente aplaudir. 

El beso es corto y casto, no dura más de medio minuto, pero es lo suficiente para saber que lo que Zabdiel y yo tenemos no va más allá de una amistad. No siento las mariposas que sentía cada vez que me besaba con...

Joel. Al separarnos, Zabdiel pasa su brazo por mi cintura y me acerca a su cuerpo para abrazarme. Es en ese momento cuando nuestras miradas conectan. Me mira serio, tenso y sorprendido y eso hace que mi sonrisa desaparezca y también me pongo tensa.


EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora