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Semanas después todo sigue bien. Por suerte y sorpresa, Jessica no nos ha vuelto a molestar, ya que Joel fue a hablar con ella aquel mismo día y la convenció para que deje de molestarnos. De momento se limita a matarme con la mirada, cosa que no me molesta siempre y cuando se quede en eso.

Con Joel las cosas van mejor que nunca. Al fin le confesé que estoy enamorada de él, igual que lo había hecho él aquella vez en su habitación. Desde entonces, cada noche nos vemos después de la cena en el balcón y luego dormíamos en su habitación para por la mañana temprano yo salir a escondidas e ir a la mía para que nadie notara nada.

Hoy me ha dicho que tenía una sorpresa para mí y eso me hace sentirme nerviosa porque aunque estemos en nuestro mejor momento aún no hemos hecho nada oficial y en esta sorpresa podría llegar a declararse de nuevo y comenzar una relación más oficial.

Durante el día me limito a ir a mis clases esperando con ansias la hora en la que nos veríamos. Por fin llega el momento. Después de cenar mis amigas empiezan a mirarme de la misma manera en la que me miraban últimamente, esa cara típica que ponen las amigas cuando sucede algo con el chico que te gusta o con el que estás saliendo.

- Romeo reclama a su Julieta - dice Danielle mirando hacia un lado.

Giro la cabeza hacia donde tiene puesta su mirada y veo a Joel quien me mira y me hace una señal con la cabeza para que nos marchemos ya. Asiento y él le dice algo al oído a su mamá, a lo que ella asiente, se levanta y comienza a ir hacia la salida.

- Nos vemos en el cuarto, chicas. No me siento muy bien. - les digo levantándome para disimular, por si alguien nos oía.

- Usen protección - susurra Sarah a lo que yo la miro con las mejillas rojas, ya que sabía si había un tema que me incomodaba era mi virginidad - es broma amiga - sonríe y yo igual para girarme e irme.

Llego al balcón y lo veo de espaldas. Coloco mis manos sobre sus ojos, lo que hace que al principio se sobresalte y que coloque las suyas sobre las mías, pero al final nota que soy yo y se tranquiliza.

- ¿Sabes quien soy? - digo aguantando mi risa

- La chica más hermosa que vi nunca - dice riendo

- Oh, vamos, que típico. Eso seguro que se lo dijiste a todas - quito las manos de sus ojos, se gira para mirarme mientras sonríe y me acerca colocando sus manos en mi cintura

- ¿En serio crees que eso se lo dije a todas? - asiento sonriendo - Puede... pero al menos contigo soy sincero

- Hasta que aparezca una más hermosa que yo. Aunque déjame decirte que te costaría mucho encontrarla - él ríe y asiente

- Créeme que lo sé - sonrío por lo tierno es y lo abrazo

- ¿Dónde me ibas a llevar? - le digo una vez nos separamos

- Cierto, casi se me olvida. Saldremos

- ¿Dónde saldremos genio? Te recuerdo que no se puede salir. Hay guardias y entre ellos estás tú

- Tal vez no me expliqué bien - agarra mi mano y comienza a caminar - ahora lo descubrirás

Volvemos a los pasillos y agradecemos que las internas ya están en sus cuartos y se ha hecho el control del cual cada noche se encargan mis amigas para hacer ver que estoy con ellas.

Llegamos al piso de abajo y nos escondemos al escuchar unos pasos seguidos de la voz de la directora, la cual parece que está hablando con el guardia que comprueba que estén todas las internas. Nos escondemos detrás de una de las columnas. Por inercia, ambos ponemos las manos en la boca del otro para no se nos escape ningún sonido y sonreímos ante nuestro acto. Los pasos se alejan igual que las voces de ambos y bajamos nuestras manos para reír levemente y que vuelva a coger mi mano para salir al jardín.

- Ves, salimos

- Me apasiona tu sarcasmo - ambos reímos 

- Ven, lista- sonríe y me guía unos metros más allá del internado, donde hay una mesa con decoraciones

- ¿De dónde sacaste las cosas para preparar esto? - digo sorprendida

- Linda, recuerda que yo si puedo salir

- Eso, presume de tu libertad - ríe

Nos acercamos a la mesa para sentarnos. Estamos bastante escondidos como para que no nos vean, pero de pronto cuando estamos a punto de sentarnos se escuchan varias voces a lo lejos. Joel comienza a mirar en dirección al internado con una expresión entre asustado y sorprendido, yo le miro igual, ya que verle así hace que sienta lo mismo.

- ¿Qué sucede?

- Creo que nos descubrieron

- ¿Cómo que nos descubrieron?

- Justo eso. Vamos escondámonos detrás de los árboles

Como era un terreno bastante grande, había varios árboles al final del jardín como si fuera un bosque. Corrimos en dirección a ellos y nos escondimos cada uno en uno. Me mira intentando tranquilizarme, pero por la inquietud que muestran sus ojos no consigue transmitírmelo. Mi respiración se corta al escuchar unos pasos cerca de nosotros y voces de varios hombres.

- Mira la mesa. No deben estar lejos

Parecíamos fugitivos de unos asesinos o algo parecido y que nuestras vidas corrían peligro. Mi mirada muestra terror más que nunca. Joel corre hasta quedar delante de mí.

- T/N, mírame - le hago caso - escóndete allá, y créeme nada malo sucederá - se escuchan las voces, más fuerte aún - por si nos separan... - empieza a hablar

- ¿No es que nada malo iba a suceder? - le interrumpo

- Espero que no. Pero por si acaso, recuerda que te quiero - asiento y se acerca a mí para besarme

- Yo también te quiero - sonríe ante mis palabras

- Lo sé hermosa. Nos vemos en un rato - vuelve a besar mis labios y corre hacia el lado derecho mientras yo lo veo como desaparece

Comienzo a correr, pero paro al escuchar una voz masculina gritar

- ¡Alto! Joel, te hemos visto

Me giro y veo como le cogen del brazo para salir hacia el internado de nuevo. Estoy tan concentrada en verle que me asusto al notar una mano en mi hombro.

- Miller - otra voz masculina - acompáñenos. La directora los está buscando

Y es en ese momento cuando me doy cuenta de que todo está perdido.

EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora