18

326 21 4
                                    

- Disculpen pareja, pero la señorita Miller tiene que cenar - me deja la bandeja en una mesa al lado de la cama y la acerca

- No somos pareja - digo y la chica se sonroja

- Lo siento. Pensaba que sí. Al verlos tan juntos y un chico tan lindo me sorprendería que no tuviera pareja - mira hacia abajo y veo como Joel se ríe, lo que hace que dirija mi mirada hacia él

- Gracias, bella - ¿pero este que se cree? La chica le mira y se acerca. Oh, no des ni un paso más por el bien de tu integridad física.

- Entonces, si no tienes a nadie no te importará darme tu número de teléfono para... bueno ya sabes, mantener el contacto - Joel me mira y yo le fulmino con la mirada, sonríe y vuelve la vista a la chica

- Claro, no me importaría - va a coger la hoja de papel que le daba la chica cuando no aguanto más y estallo

- Pensándolo mejor si somos pareja, así que no hay números que valgan. Ya has hecho tu función de traerme mi comida, así que ya te puedes ir - la chica sale y Joel comienza a reírse - No hace gracia

- Alguien se moría de celos por aquí, pero luego no está enamorada de mi

- No lo estoy - giro la cabeza y miro hacia la pared

- Entonces iré a buscar a la chica para darle el teléfono - me giro rápido y lo veo con intención de ir hacia la puerta, así que le agarro de la mano haciendo que vuelva a su lugar

- Quieto ahí Pimentel. Tú no vas a darle el teléfono a ninguna chica.

- Pues admítelo - se acerca mirándome atentamente - di que es cierto lo que he escuchado

- No quiero admitirlo - susurro y él me mira atenta - no es el lugar más romántico como para admitir que estás enamorada de alguien - él sonríe con ternura 

- Está bien, ahora a cenar - va a ayudarme, a incorporarme y se acerca a mi oreja - sin quererlo me lo acabas de admitir - susurra y un escalofrío recorre toda mi espalda. Se separa y empieza a reírse

- Idiota - murmuro

- Pero quieres a este idiota - sonrío porque sé que tiene razón. Quita la tapa del primer plato y hago una señal como de vomitar al ver que es puré

- No pienso comerme eso

- T/N, ya lo hemos hablado, tienes que comerte lo que te ponen para recuperarte cuanto antes

- Prefiero quedarme aquí antes de comerme esto - cojo la cuchara, levanto el "líquido" y veo como esa pasta cae lentamente en el plato - esto es asqueroso

- Vamos, no será para tanto

- ¿Tú lo has visto? Esto parece diarrea 

- Está bien, no me voy a pelear contigo - tapa el plato y abre el de al lado, al ver un trozo de carne sonrío

- Esto sí - escucho como se ríe y suspira

- Menos mal. La señorita acepta algo

- Cállate o te tiro la diarrea en la cabeza - amenazo poniendo la mano en la tapa del otro plato. Él levanta las manos haciéndose el inocente y empiezo a comerme la carne.

Al acabar la enfermera vuelve a entrar. Recoge todo y mira a Joel de reojo, yo le miro a él y este me mira a mí con una ceja alzada. Está esperando a que vuelva a mostrar mis celos hacia él, pero simplemente aparto la mirada y veo a la chica irse.

- Creo que es la primera vez desde que te conozco que te he visto controlarte - se ríe y su risa contagia la mía, por más que quiera decir que no, tiene la razón en eso.

Unos días después salgo del hospital, al fin me libraba de esas comidas asquerosas y aunque las del internado no eran las mejores, ya las estaba empezando a echar de menos. Voy en el coche con Joel cuando veo que coge un camino diferente al que hay para llegar al internado. Me quedo extrañada, pero supongo que se habrá equivocado. Al ver que sigue desviándose me giro a mirarle.

- ¿A dónde vamos?

- A un lugar - yo suspiro riéndome mientras me apoyo en el asiento del copiloto

- Tu inteligencia me sorprende Pimentel

- ¿Gracias? - ríe inseguro con su respuesta

Lo que queda de trayecto nos quedamos en silencio. Yo miro a la ventana y de vez en cuando le miro de reojo y sé que él también lo hace.

Al fin llegamos a ese lugar, se adentra en un aparcamiento y deja el coche allí. Salimos y nos dirigimos a un ascensor, pica al piso 7 y las puertas de este se cierran. Él mira hacia el frente y cuando las puertas se abren sale y abre la puerta de lo que parece ser un apartamento. Se hace a un lado y me deja pasar, una vez estamos ambos dentro, cierra la puerta.

- Bienvenida a mi apartamento

- ¿Qué hacemos aquí? - me giro para mirarle

- Mi madre no quería que volvieras tan pronto al internado. Las cosas con Jessica aún no están muy tranquilas y el doctor ha dicho que no hagas mucho esfuerzo. Los dos sabemos que en cuanto pongas un pie allí harás de todo menos descansar - sonrío. Me conoce bastante bien y es que estos días en el hospital me había dado tiempo a planear todo lo que sería mi venganza. - Ven conmigo - se adentra en un pasillo y camino detrás de él. Se para frente a una habitación y abre la puerta - Esta será tu habitación. Tu ropa ya está en el armario, tienes tu propio baño y si necesitas algo la mía está al lado.

- ¿Mis padres que opinan con que venga aquí contigo, a solas?

- Tus padres ya están informados y lo han aceptado

- Perfecto - sonrío

- No pienses que esto será diferente al internado. Lo único que cambia son las clases. Las normas son las mismas, no aparatos electrónicos ni nada - suspiro - y no hay quejas

- Está bien

- Ves a bañarte y ponte aún más hermosa, nos iremos a cenar fuera - su comentario me pilla de sorpresa y más cuando me agarra de la cintura me acerca a él y deja un beso en la comisura de mis labios. Me suelta y se va a su habitación con una sonrisa.

EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora