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Una vez en el baño, escucho un suspiro de frustración por parte de Joel antes de acercarse a la puerta. Entiendo que esté molesto, interrumpieron algo que al menos yo estaba esperando por mucho tiempo. El ruido de la puerta abierta y una voz aguda la cual odio me hace salir de mis pensamientos.

- Joey que bien que me recibes así - ¿no se pudo haber puesto la camisa?

- ¿Qué quieres Jessica? - dice seco

- Verte. Estar contigo - su tono coqueto me irrita

- Que pena. No quiero ni querré más estar contigo de esa forma - me encantaría verle la cara

- Oh, vamos. Sé que te mueres por volver a tenerme sobre ti - Escucho como Joel suelta una risa sarcástica

- ¡Fuera! - alza la voz

- ¿Qué? - pregunta desconcertada - ¿me estás echando?

- Así es. Así que ahora fuera - vuelvo a escuchar pasos y supongo que la está echando

- No me puedes hacer esto. Joel recuerda que nos amamos. Recuerda nuestros planes de futuro - al escuchar eso, noto como mi corazón se encoge

- ¿Lo mucho que nos amamos? No te equivoques, yo no te amo, nunca lo hice. Sí que te quise, pero estoy harto, aquellos planes que dices ya no existen y es porque tú lo provocaste - me alegra no ser la que está delante de él, ya que el tono de dureza en sus palabras me provocan escalofríos.

- No puedes decir eso, no después de todo - está a punto de llorar

- Sí, si puedo, ¿sabes por qué? Porque estoy enamorado de otra persona y ella es muchísimo mejor que tú - dice cansado por su actitud y yo no puedo evitar sonreír ante sus palabras.

- Ahora lo entiendo. Todo esto es por culpa de T/N, ella tiene la culpa de que me rechaces

- Vete Jessica - vuelvo a escuchar los pasos

- Por la manera de echarme se confirma mi sospecha - dice ahora con hipocresía - solo te diré una cosa. Cuida a tu princesa, ya la, envíe una vez al hospital, no me importaría hacerlo de nuevo y esta vez que no saliera de allí - se escucha un ruido fuerte que hace sobresaltarme.

- Ni se te ocurra ponerle un dedo encima o yo mismo me encargaré de ti - tiene la respiración agitada y se le nota enojado.

Se vuelve a escuchar un golpe, pero esta vez es la puerta. Supongo Jessica salió dando un portazo, salgo y me encuentro a Joel sentado en la cama con sus manos en la cabeza. En cuanto escucha el ruido de la puerta y yo saliendo me mira y se acerca a mí.

- Lo siento, siento que hayas tenido que presenciar esto - dice agotado por la situación que acababa de ocurrir

- No te preocupes - digo abrazándolo, rodeando mis brazos en su cuello y él coloca las suyas en mi cintura - me gusto como me defendiste - sonrío

- No me iba a quedar parado mientras te amenazaba - suspira - juro que si te hace algo acabaré con ella con mis propias manos 

Lo acerco y le beso, el cual corresponde al momento. Empieza siendo un beso tierno, pero el coraje y estrés que sentía Joel por lo recién ocurrido hace que este sea cada vez sea más apasionado y vaya cogiendo fuerza. Me agarra como si no quisiera que no desapareciera de su lado.

Nos da la vuelta y enseguida noto como mi espalda choca con el colchón de su cama. Vuelve a bajar los besos a mi cuello por un momento para volver a besar mis labios de nuevo. Sus manos acarician mis costados y se dirigen hacia mi espalda, la cual suben hacia el broche de mi sostén y vuelvo a recuperar la cordura que había perdido. Lo detengo y empujo suavemente su pecho separándolo, haciendo que me mire con confusión.

- Deberíamos dejarlo aquí - digo

- ¿Qué? - su gesto de confusión aumenta - ¿por qué?

- Creo que es lo mejor - se quita de encima de mí y se sienta a un costado mientras yo aprovecho y me incorporo sentándome igual que él

- No entiendo, ¿fue por lo que ocurrió hace un momento? - sé que está frustrado y me da pena, pero aunque algo en mí me dice que continuemos, sé que lo mejor es que por hoy no vaya a más

-No, para nada - bajo la mirada un segundo y le vuelvo a mirar - Solo es que es tarde y mañana hay clase a primera hora - me mira no muy convencido, pero al cabo de los segundos sonríe - lo mejor será irme

- No - me para agarrándome suavemente del brazo - al menos quédate a dormir conmigo - lo miro no muy convencida - por favor - pone una cara tierna que se me hace imposible resistirme, así que asiento y me siento de nuevo a su lado - gracias - dice feliz abrazándome.

- No hay problema, pero eso si - digo una vez nos separamos señalándolo - me tienes que prometer que te controlarás

- T/N no me puedes pedir eso. Es imposible controlarme cuando estoy a tu lado - sonríe y yo estoy a punto de reírme, pero lo controlo y alzo una ceja mostrando autoridad - está bien haré un esfuerzo - alzo mi mano y él aprieta la mía con la suya como si acabáramos de cerrar un trato.

Se levanta y se dirige al armario en busca de algo, me da una de sus camisas y me mira vergonzoso.

- Ves cambiándote, yo voy un momento al baño a... bueno - baja su mirada y al momento entiendo así que comienzo a reír - no tardo - dice mientras se dirige al baño avergonzado.

Recojo mi ropa dejándola sobre una silla y me coloco la camisa que me ha prestado Joel. Me tumbo en la cama y a los minutos noto unas manos rodeando mi cintura.

- Espero al menos te las hayas lavado - río y me giro para mirarle

- T/N. Ya es suficientemente vergonzoso como para que te rías - no lo dice para nada molesto, es más, creo que esta situación también está siendo chistosa para él, pero no quiere admitirlo.

- Lo siento - digo aún riéndome y él se sube encima de mí para comenzar a hacerme cosquillas - basta por favor

- Así aprenderás a no reírte en situaciones comprometedoras - dice sonriendo y yo no puedo parar de reír

- Prometo que no lo volveré a hacer - para

- ¿lo prometes? - dice no muy convencido y yo asiento. Se baja y se coloca a mi lado para volverme a abrazar, yo me acerco a su oído - Además, no querías que alguien volviera a despertar - susurro y al separarme río por su cara

- Lo prometiste - susurra y se acerca a mis labios - ahora te castigaré de otra forma

Me besa y me acaricia la espalda por encima de la tela, pero su mano baja a mi trasero y mete la mano por debajo de la camisa para tocarlo encima de mi piel y no tener una tela en medio. Su lengua entra en mi boca y cuando el beso se intensifica más y siento que voy a volver a perder la cordura, deja un casto beso en mis labios y se separa.

- Buenas noches, hermosa - sonríe y se da la vuelta dándome la espalda

- Eso no es justo Pimentel - escucho su risa - buenas noches, idiota - me giro y le doy la espalda igual que él.

Al momento siento su brazo rodeándome la cintura, sonrío y noto como aparta con cuidado mi cabello y deja un beso en mi cuello. Suspiro y cierro los ojos para dormir. 


EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora