25

237 15 0
                                    

- Nada simplemente volví a recordar su existencia - ríen mientras que yo me mantengo sería.

- ¿Algo te preocupa? -pregunta Sarah al ver que he sido la única que no se ha reído - Sabes que puedes confiar en nosotras - pone su mano sobre la mía y todas lo hacen sonriéndome provocando que yo también sonría.

- Es solo que con Pimentel han pasado cosas - bajo la mirada avergonzada y al volver a mirarlas están todas como petrificadas - ¿dirán algo? - al momento comienzan a gritar emocionadas y yo me tiro encima de ellas haciendo que caigan en la cama para callarlas - cállense no quiero que nadie nos escuche - decimos entre risas

- Ahora cuéntanos bien, ¿qué clase de cosas pasaron? - pregunta Hannah

- ¿Te lo cogiste? - pregunta Danielle

- ¡No! Dios no - río - nada de eso. Solo fueron besos

- Te tengo envidia amiga. Besaste esos labios - habla Nina y ambas reímos - Es como besar a un dios, ¿cierto?

- Nina stop - me sonrojo 

- Uy, alguien está enamorada - canturrea Hannah y todas ríen mientras yo bajo mi mirada

- Yo ya les dije que era así - Dice Sarah segura y yo le tiro una almohada que hace que casi se caiga - ay - me lo vuelve a tirar

-¿Entonces son novios? - Pregunta Danielle y yo niego

- Tampoco estoy segura de querer serlo, no creo estar preparada para una relación -confieso y todas asienten comprendiéndome- ahora, por favor, vamos a alguna parte. Hace dos meses que no estoy acá y aunque la idea no me apasione quiero ver como sigue este lugar.

Nos levantamos y salimos del cuarto para comenzar a caminar por los pasillos hasta que comenzara la primera clase. La hora llega y la verdad se me hace muy difícil seguir el ritmo. En este tiempo Joel había tenido que seguir con mis clases, pero cada vez que lo intentábamos acabábamos cambiando de tema o besándonos, así que lo dejábamos de lado. Recordarlo me causa una sonrisa tonta que intento disimular, ya que no quiero que nadie se dé cuenta de que no estoy prestando atención.

Pasan las demás clases y llega la hora de cenar. Nos dirigimos al comedor, cogemos las bandejas con comida que tengo que confesar que eché muy poco de menos y por fin nos sentamos tranquilas. Esa tranquilidad no dura mucho tiempo porque la voz que menos quería escuchar resuena en mi espalda.

- Chicas, miren quien volvió a mis dominios - dice con un tono de superioridad Jessica

- Yo ya pensaba que no íbamos a volver a verla - sigue Anaís

- Después de la lección que le dimos a quien se le ocurre venir de nuevo - concluye Emilia burlándose. Me giro aún sin levantarme y las miro.

- Yo también me alegro de verlas - sonrío sarcástica y ellas sueltan una risa de la misma forma

- Podrías haberte vuelto a tu país - Jessica sigue con la misma actitud de siempre, mirándome por encima del hombro creyendo que es superior a todo el mundo - La buena noticia de tu llegada es que Joel también volvió - dice mirando a mis espaldas, yo me giro y lo veo que entra con Clara, la profesora que le coqueteó el primer día. Van sonriendo y eso me hace enfurecer de celos, pero no puedo reclamar. No somos nada como para hacerlo.

Me mira un segundo y al notar que yo le estaba mirando la aparta para seguir hablando con ella. ¿Ahora que le pasa? Mi ira comienza a apoderarse de mi cuerpo al escuchar a Jessica y sus amigas reírse, pero exploto al escuchar lo que me dice.

- Que pena, creíste que de verdad te quería. Seguro te pasaste este tiempo con él rogándole por siquiera un beso - ríen y yo la miro

- Jessica - iba a reclamar Sarah, pero la paro levantando mi mano

- No tienes ni idea de lo que dices

- Claro que lo sé. Él mismo me lo dijo hace un rato- No puede ser, él no diría algo así, no es de esa clase de chicos, ¿o si?

La ira me absorbe y hace que no pueda pensar con la cabeza, es por eso que me abalanzo sobre ella. Al momento se escucha la bulla de las demás internas alrededor nuestro y a mis amigas gritándome cosas para animarme, mientras que las de Jessica hacen lo mismo con ella.

- ¡Alto! - Grita con autoridad una voz masculina a la que ninguna de las dos hacemos caso y seguimos peleando - les dije que alto - Vuelve a hablar la misma voz y noto que alguien intenta cogerme para separarme, pero accidentalmente doy un golpe a lo que creo que es el costado de la persona que nos intenta separar. No le tomo importancia y sigo peleando con ella.

La voz de la directora nos hace pararnos y dos guardias nos cogen para separarnos para dirigirnos al despacho. Nos sueltan y la directora hace que nos sentemos.

- Estoy decepcionada con ustedes dos. Pensaba que ambas habían aprendido la lección, pero se juntan de nuevo y hacen un alboroto - suspira - ya no sé qué hacer con ustedes.

Va a volver a hablar, pero la puerta suena. Da permiso a quien sea para que entre y el que entra es su hijo, Joel, con una bolsa de hielo en su costado. Mi mirada se dirige hacia la bolsa. Era él. Yo le he golpeado y me siento horrible, más cuando mi mirada sube y busca su mirada, pero no la encuentra, no se digna a mirarme y eso duele, como nunca habría imaginado que me dolería.

Vuelvo a la realidad cuando Jessica se levanta y se va dando un portazo a la puerta y ahora es Joel quien ocupa su lugar en el sillón de al lado mío. Continuo mirándolo, pero la voz de la directora diciendo mi nombre me obliga a apartar la mirada de él y mirarla centrando toda mi atención en ella.

EL GUARDIA | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora