Cambios

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Jimin suspiró de nuevo mientras se sentaba en una banca cualquiera, en un parque cualquiera.

Otro día más sin haberse reunido con Taehyung como solía ser.

Últimamente ya no pasaban tanto tiempo juntos como antes. Supuso que eso sería normal, con Taehyung teniendo dos amigos nuevos, y más aún siendo Yoongi uno de ellos. Pero dolía un poquito. Se sentía... apartado.

Ahora mismo, él debía estar en su casa con Yoongi, enseñándole matemáticas o alguna cosa por el estilo. Parece que había olvidado por completo que hoy se reunirían...

No era la gran cosa. Después de todo, solo iban a ir a la tienda de dulces, como hacían cada semana o dos. No era realmente importante. Además, a Jimin no le importaban mucho los dulces. Ni siquiera le gustaban tanto como podía llegar a parecer. Era el hecho de acompañar a Taehyung a reabastecerse de esas empalagosas gomitas con forma de ositos, lo que le hacía realmente feliz.

Miró la hora en su teléfono. Era bastante temprano todavía, faltaban varias horas para que el cielo empezara a oscurecer, y se suponía que él no llegaría a casa hasta por lo menos las seis. ¿Qué podía hacer entonces?

—¡Jimin-ssi! —la voz de Jungkook le hizo levantar la vista, sacándolo de sus pensamientos abruptamente.

—Ah, Jungkook, hola. —esbozó una sonrisa, y entonces notó que un chico alto y apuesto venía con él. —¿Quién es este hyung que viene contigo?

—¡Ah, deja que te lo presente! —agarró al chico del brazo y lo acercó. —Este es mi Jin hyung. —mostró su alegre sonrisa de conejito mientras lo abrazaba.

—Vaya, ¿así que es Seokjin hyung? Soy Jimin. —le estrechó la mano luego de ponerse de pie. —Jungkook solo sabe hablar de dos cosas; de los videojuegos y de ti. —se rió mientras se acomodaba la mochila en la espalda.

—¿En verdad? —se le escapó una sonrisa y volteó a ver a su pelinegro.

—Jimin miente. —se sonrojó mientras miraba en otra dirección. —Oh, Jimin, ¡ven a comer con nosotros! Jin hyung salió más temprano de sus clases hoy, así que vino a recogerme y ahora vamos a ir a su casa a cocinar.

—Uh, seguro, ¿por qué no? Es decir, no tenía nada más que hacer hoy, y si a hyung le parece bien...

—Eres más que bienvenido. —dijo de inmediato el mayor. —Me encantaría que me dieras tu opinión sobre mi comida. Y puedes llamarme Jin, no hace falta que seas tan formal. —le sonrió de manera gentil. Realmente parecía un galán salido de un dorama.

—En ese caso, Jin... muchas gracias. —los acompañó, primero de compras al supermercado y luego hasta el apartamento del chico.

🍬

—Así que tú eras el famoso Jimin. —Jin servía los platos, cuando la tarde empezó a caer. —Siendo sincero, ya sabía que eras alguien agradable y de confiar desde la vez que Jungkook fue a ver Endgame e inventaste toda esa historia solo para que él no estuviera triste. Gracias por eso.

—¿Cómo? ¿No te la creíste ni por medio segundo? —el pelirrojo volteó a ver a su amigo.

—Claro que no, tontito. Stan Lee ni siquiera tuvo hijos varones. —se reía mientras condimentaba las guarniciones. —Pero fue una buena historia. —le dió una sonrisa amplia, y por un momento, Park recordó la sonrisa del chico que le gustaba.

Sin que se diera cuenta, su semblante se apagó de repente.

—Hey... ¿qué pasó? —el menor dejó la comida de lado. —¿Es por lo que dije? De verdad me gustó mucho la historia...

—No es eso, es solo que... me acordé de Taehyung por un momento. —intentó reír para quitarle el peso a sus sentimientos. —Es que hoy íbamos a salir, pero creo que se le olvidó. Me dijo que Yoongi iba a ir a su casa a estudiar.

—Oh, cierto, Yoon igual me dijo algo al respecto... —murmuró y se acercó para despeinarlo en señal de consuelo. —No te preocupes, Taehyung no te está dejando de lado. Es solo que Yoongi confía mucho en él para ayudarlo y, ya sabes, es su oportunidad. Ya sabes lo mucho que le gus-

—Lo sé. —interrumpió, soltando un suspiro. Después esbozó una sonrisa de inmediato. —Está bien, no se pudo hoy pero mañana puedo invitarlo a salir otra vez. Descubrí un lugar de waffles y helados que seguro le encantaría. Abren pasado mañana y harán descuentos de bienvenida. —comentó, animándose y mostrando el anuncio de la página en su teléfono.

—Suena genial~ —el pequeño Jeon se inclinó para curiosear en la pantalla. —Nos cuentas qué tal; a hyung le gustan los waffles también. Oh, ¡podemos ir todos juntos algún día!

—Me encantaría. Así podría saber qué es de Yoongi y conocer a ese famoso Taehyung que hace que Jimin se ponga triste. —Jin se sentó junto a ellos para comenzar a comer.

Jimin lo miró. —... ¿Tanto se me nota? —su semblante se mostraba tanto triste como avergonzado. El chico asintió con cierta ternura.

—¿Qué cosa? —Jungkook los miraba a ambos sin entender mientras masticaba.

—Nada. ¿Está bueno? Esta vez le puse algo de pimienta.

—Oh, es verdad. Uhm... en realidad es bastante. Ay, me pica. —su rostro se puso ligeramente rojizo y entonces se levantó. —Voy a ir a tomar agua. —caminó rápido y desapareció por la cocina, mientras los demás reían bajito a sus espaldas.

—Entonces, ¿te gusta? —Jin volteó a ver al de cabello colorado.

—Sí, para mi gusto está delicioso. Jungkook exageró. —contuvo la risa al masticar.

—Me refiero a Taehyung. Jungkook me habla mucho de todos ustedes. Y ahora que te veo, me parece que lo que tienes es un problema. —su voz sonaba tal vez preocupada, y tenía cierto tono maternal. Evidentemente, él era increíble cuidando de los demás, incluso si los acababa de conocer.

Las pequeñas manos de Jimin soltaron los cubiertos y bajaron hasta su regazo. —... A veces es un poco difícil. Todo cambia muy rápido. —admitió.

—Pero eso puede ser una ventaja, ¿no? Quiero decir, si las cosas suceden rápidamente, entonces no tardarás mucho en encontrar una respuesta.

Alzó la mirada. —Tiene... Tiene sentido... —murmuró mientras sus comisuras subían con timidez.

Tal vez se preocupaba demasiado. Taehyung era su mejor amigo, ¿no? Era cuestión de tiempo para que notara que lo había estado dejando de lado y las cosas volverían a la normalidad.

Justo como debían ser.

Notitas para Yoongi hyung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora