Tras hablar con Taehyung esa noche, lo primero que hizo Yoongi fue contactar a Jimin para preguntarle si estaría libre al día siguiente. Y era domingo, así que naturalmente el chico tenía algo de tiempo durante la tarde.
Acordaron verse en aquel parque al que el pelirrojo iba siempre, así que Min se abrigó un poco, dado que al atardecer helaba, y se encaminó hasta allí con calma.
Y, una vez que llegó, la escena que encontró fue bastante peculiar.
—¡Eso, novato! ¡Así se hace!
—¡Hoseok, no te quedes atrás!
—¿Qué cara...? —el de tez pálida se mostraba sorprendido ante la destreza con que ambos bailarines se movían en el centro de un círculo de chicos que vitoreaban y animaban el duelo.
Reconoció al instante la cabellera roja de su amigo. ¿Desde cuándo se movía así? Giraba como si su cuerpo fuera igual de ligero que una pluma, y sus movimientos eran firmes y marcados. Se notaba que sabía lo que hacía. Y también, que lo disfrutaba.
No pasó mucho hasta que la canción terminó y todos estallaron en ovaciones, mientras los dos contendientes se estrechaban las manos.
—¡Eso fue increíble! ¿Cuál dijiste que era tu nombre? —el de cabellos dorados recuperaba el aliento, siempre sonriendo.
—Park... Park Jimin. —exhaló él con cansancio, apoyando sus manos en sus rodillas para respirar un momento, sin poder contener una pequeña sonrisa de satisfacción.
—¡Jimin, bienvenido al club! —el chico le palmeaba la espalda con entusiasmo. —Me sorprendiste de verdad. Cuando te vi indeciso ayer no pensé que fueras tan bueno. ¡Esa pirueta con la que entraste fue asombrosa! ¿Quieres hacer un paso combinado? Tu estilo encaja perfecto con la coreografía que estoy armando. —sus ojos no lograban apreciarse bien porque su expresión sonriente los mantenía como finas líneas todo el tiempo.
—Uh... Eso sería genial. Gracias, hyung. —hizo una pequeña reverencia con la cabeza, riendo por la vergüenza que le causaban tantos halagos.
—No seas tan formal, hombre, ¡llámame Hoseok! —él despeinó su cabello rojizo amistosamente. —Soy el capitán y la esperanza del club de baile y aquí todos somos amigos de todos. ¡Trátanos con confianza!
—De acuerdo. —una corta risa se le escapó. El ambiente era muy animado.
Dio media vuelta para ir por su botella de agua y entonces se encontró con la mirada de Yoongi.
Se encogió un poco por alguna razón, pero ignorando eso, se acercó a él.
—Hey... —le saludó.
—No tenía idea de que bailabas así. —él lo miraba y luego al grupo de baile, guardando las manos en los bolsillos.
La verdad es que le parecía que Jimin encajaba muy bien ahí.
—Bueno... Es que lo dejé cuando empecé a pasar tiempo con Taehyung. Pensé que ya no sabía cómo hacerlo. —admitió desviando la vista y dando un par de tragos más a la botella.
Hubo un pequeño silencio entre ellos, mientras la música llenaba ese rincón del parque de nuevo.
—Hablemos por allá, ¿te parece? —el chico llevó su cabello hacia atrás, antes de encaminarse ambos lejos del alboroto.
Se sentaron en una banca, bajo la luz de un farol que acababa de encenderse.
—Es sobre él... ¿cierto? —murmuró balanceando un pie.
—Hmm. —asintió el mayor. —Ya sabes cómo es Taehyung. Se está torturando mucho por lo que pasó. Piensa que ya no quieres ser su amigo.
Park rió bajito. —Él nunca cambia. Siempre se ahoga en un vaso de agua y piensa lo peor. —una sonrisa con aires de añoranza se coló en sus labios. —A decir verdad, lo extraño muchísimo... Pero necesito evitarlo por un tiempo. Estoy tratando de... volver a pensar en mí. Creo que voy por buen camino. —su vista paseaba sobre las figuras que se movían más allá.
—No deberías ignorarlo, él te extraña también.
—Tal vez. Pero tú puedes llenar ese vacío fácilmente. —encogió sus hombros. —No recordará que existo mientras esté contigo.
—No digas tonterías. —su ceño se frunció. —No puedo reemplazarte.
—¿De verdad? —le alzó una ceja. —Él prefiere salir contigo. Apenas pasé tiempo con él estas últimas semanas.
—Me ayudó a estudiar y me acompañó a terapia, es todo. Pensé que te lo había dicho.
—¿Terapia? Ah, eso... no lo sabía. —habló por lo bajo.
Obviamente acompañar a alguien a terapia era más importante que ir a comprar dulces juntos. Taehyung solo había hecho lo correcto, y eso le frustraba aún más, porque ni siquiera podía enfadarse.
—Bueno... —él se levantó. —Claramente no lo odio, y no hay nada que él tenga que decirme tampoco. Yo lo besé, pero no esperaba ninguna respuesta. Por eso me fui.
—Lo entiendo. —Yoon suspiró largamente. —Entonces, ¿quieres que le diga algo de tu parte?
—Solo que necesito tiempo. Ah, y además... que deje de acobardarse y se atreva a dar el paso también. Eso me haría sentir mejor.
—¿"Dar el paso"?
—Él lo entenderá. —se rió un poco y le hizo una seña de despedida antes de volver con sus nuevos amigos.
Jimin en serio se estaba olvidando de él. Y, conociendo el hecho de que tardaría un poquito más, quería que Taehyung hiciera buen uso de ese tiempo con el rubio para poder decirle lo que sentía por él. Eso, sin saber que él también había decidido olvidar.
Min observó al chico perderse entre los demás, y entonces se levantó del asiento y comenzó a caminar, escribiéndole un mensaje de texto a Taehyung. La respuesta inmediata a eso fue una invitación a pasar por su casa para comer la pizza que había preparado su madre, y de paso hablar, así que una pequeña sonrisa se coló en su pálido rostro sin que incluso lo notara.
Aquella invitación le hacía bastante feliz.
Y ni siquiera le gustaba tanto la pizza.
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Notitas para Yoongi hyung~
Fanfiction"Jimin dijo que si no me atrevía a hablarte, lo mejor es que te escribiera notitas. Además, dejé un osito de caramelo con esta~ Espero que disfrutes del dulce tanto como yo disfruto verte sonreír. ¡Ten un buen día, hyung!" En donde Taehyung escribe...