"¡Hola, Yoongi hyung!
De seguro te preguntas porqué te escribo.
Bueno, Jimin dijo que si no me atrevía a hablarte, lo mejor es que te escribiera notitas.
Además, dejé un osito de caramelo con esta~
Espero que disfrutes del dulce tanto como yo disfruto verte sonreír.
¡Ten un buen día, hyung!"Jimin recibió la nota en sus manos, y soltó una corta carcajada. Su amigo era realmente creativo: había pegado el osito de dulce en la parte trasera del mensajito, de manera que no estorbara los dobleces, claro.
—Bien. ¿No quieres arreglarle nada? Luego no quiero oír tus berrinches si te das cuenta de que pusiste algo mal. —el pelirrojo advirtió, viendo al castaño negar con seguridad.
—La leí muchas veces. No tiene errores. —le dio una sonrisa segura. Le gustaba la idea de que alguien más entregara la nota.
—Entonces, ¿puedo ir a dársela?
—Por supuesto. Yo me adelantaré hasta el salón, ¿sí? —Jimin asintió y entonces cada uno tomó su camino.
Pero por supuesto no entregaría la nota él mismo, personalmente. Era el mejor amigo de Taehyung; sería sospechoso de todas formas. Por ello, en vez de buscar a Yoongi, salió al patio y miró por todos los rincones hasta que vio a un pequeño pelinegro bebiendo una cajita de jugo de manzana bajo un árbol.
—¡Jungkook! —sonrió aproximándose, llamando la atención de aquel adorable niño que se ponía de pie observándole.
—Jimin-ssi... ¿puedo hacer algo por ti? —sonrió con amabilidad.
Aquel pelinegro con sonrisa de conejito era bastante conocido entre los cursos medios por su increíble destreza en los videojuegos. Nadie le había ganado aún una partida de Free Fire, ni aunque tuviera el apoyo de otros dentro de la partida. Jeon Jungkook siempre sabía usar la estrategia para ganarles a todos.
—En realidad sí, venía a pedirte un favor. —sonrió un poco viendo la nota que tenía en sus manos. —¿Podrías darle esto a Min Yoongi?
—¿A Yoongi hyung? —el pelinegro se sonrojó, sobresaltándose por un momento. La sola idea de acercarse a Yoongi le provocaba nervios; él no hablaba con nadie además de sus compañeros de básquet, y se comportaba tan frío que incluso corrían rumores de que tenía una especie de pacto o contrato que lo obligaba a guardar alguna misteriosa verdad.
Jimin asintió dándole el papel.
—Solo acércate y dáselo por mí antes de que toque el timbre, ¿sí? Puedo hacer algo por ti a cambio. —ofreció. Sabía que tal vez su petición era mucho.
—Algo como... ¿acompañarme a ver Endgame? —sonrió entusiasmado. El pelirrojo asintió conforme. —Entonces está bien. Iré a buscarlo. —sonrió y dio media vuelta, tirando su cajita de jugo vacía en un basurero antes de apresurar el paso.
Tenía una idea de dónde podía estar Min Yoongi.
Y justo como lo imaginó, al subir las escaleras hasta la azotea, hasta donde los alumnos más tranquilos iban a leer o a conversar, encontró al rubio sentado en un rincón, con sus audífonos puestos y mirando un pequeño partido de voley que se desarrollaba entre un grupo de alumnos mayores.
Se acercó a pasos temblorosos e inseguros, y supo que estaba lo suficientemente cerca cuando Yoongi pausó su música, volteando a verlo expectante.
—Uhm, hyung... Jimin dijo que te lo entregue. —sonrió tímido, con un leve sonrojo por hablarle a quien había sido su crush por tanto tiempo.
El más pálido asintió silencioso y tomó la nota entre sus largos dedos de pianista, dándole un vistazo curioso. Jungkook aprovechó aquel momento en que el mayor no le prestaba atención y se alejó, soltando un suspiro que dejaba salir todo el aire retenido.
Buscó entonces a Jimin de nuevo para informarle del éxito de su misión. Acordaron la fecha para ir al cine, y entonces, cuando el timbre tocó, el pelirrojo corrió para contarle a Taehyung de la entrega de su mensaje, siendo recibido con un gran abrazo de parte del castaño.
—Me alegra que hayas tenido esa idea, Jiminnie. —le sonrió cuadrado, antes de entrar ambos al salón.
Después de todo, las cosas iban bastante bien.
🍬
Día viernes al fin. Taehyung y Jimin se encontraron en la entrada como siempre, y entraron juntos al instituto, para comenzar a caminar por los pasillos, hablando y riendo, felices por el fin de semana que tenían por delante.
El ambiente de los viernes siempre era más animado, a pesar de ser el último día de trabajo, en el cual ya todos estaban cansados, y por supuesto se notaba. Habían más murmullos que de costumbre, y más movimiento en aquel pasillo.
O... ¿había un motivo especial para eso?
Solo pudieron comprobar aquello en el momento en que vieron lo que todos los demás veían, algunos con menos disimulo que otros; Min Yoongi estaba apoyado junto a la ventana. No estaba usando audífonos, por el contrario, estaba atento escuchando a alguien.
Y ese alguien era el pequeño Jeon Jungkook, su nuevo amigo.
Era la primera vez en que muchos de los alumnos allí presentes veían a Min Yoongi socializando. Los que estaban más cerca, incluso pudieron escuchar su voz por primera vez.
Era todo un acontecimiento.
A Taehyung nada de esto le hacía sentido. ¿Por qué de repente ellos estaban juntos, conversando, si nunca antes se habían dirigido la palabra? Y más importante aún, ¿por qué Jungkook y no él, que le enviaba mensajitos lindos y dulces?
Rápidamente su sonrisa desapareció, algo que no pasó desapercibido por Jimin.
—TaeTae... Hey, no pongas esa carita... —le sonrió un poco, acariciando una de sus mejillas.
—Pero Jiminnie... Yo soy el que está esforzándose por ser su amigo... —murmuró haciendo un leve puchero. —¿Por qué para Jungkook fue tan fácil? ¿Qué hice mal yo?
—No hiciste nada mal, Taehyung. Tal vez fue solo cosa de suerte y ya. —sonrió un poco, y en ese momento el profesor llegó, por lo que tuvieron que entrar al salón, el castaño aún con desánimo en sus facciones.
Pero Jimin sabía que no había sido solo casualidad.
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Notitas para Yoongi hyung~
Fanfiction"Jimin dijo que si no me atrevía a hablarte, lo mejor es que te escribiera notitas. Además, dejé un osito de caramelo con esta~ Espero que disfrutes del dulce tanto como yo disfruto verte sonreír. ¡Ten un buen día, hyung!" En donde Taehyung escribe...