Máscara

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A la mañana siguiente, el grupo de amigos se reencontró de nuevo en la entrada del instituto como hacían casi todos los días. Taehyung y Yoongi se sonrieron como era ahora su costumbre, y entonces el mayor se adelantó junto a Jungkook; Jimin les había hecho una seña, porque necesitaba hablar con el castañito primero que nadie.

Así era, incluso a pesar de las palabras de aliento y la confianza que había ganado gracias a Jin. En realidad, aún temía ser dejado de lado si no hacía el primer movimiento.

—¿No vamos a ir con ellos a clases, ChimChim? —Tae sujetaba las tiras de su mochila con esa aura de inocencia que lo hacía tan puramente encantador.

—Sí, es solo que antes quería hacerte una invitación, ya que no nos reunimos ayer... —rascó su nuca mientras reía un poco.

—¿Ayer? —hizo memoria un momento y sus ojos se abrieron con sorpresa apenas lo recordó. —¡La tienda de dulces! ¡Lo olvidé por completo! Lo siento... —bajó la cabeza, verdaderamente apenado.

Ahora Jimin se sentía culpable por ese puchero que alcanzaba a ver.

—Oye, no hace falta que te pongas triste. —le tomó la carita con ambas manos y le moldeó una sonrisa al alzarle las comisuras con los pulgares, haciéndole reír. —No fuimos por dulces ayer, pero estaba pensando que podríamos ir a comer waffles con helado mañana. Hay una tienda nueva que abrirá y-

—¿Mañana? —le interrumpió.

—Sí... ¿Tenías algún plan? —le soltó las mejillas para dejarle hablar.

—Sí, es que... voy a salir con Yoongi. —dijo, dudando de si debía especificar que irían a terapia. ¿Jimin lo sabría?

—¿Otra vez con Yoongi? —ya no se esforzó en fingir alegría; su sonrisa se borró.

—Pues... sí. —se sonrojó ligeramente.

—Taehyung, últimamente casi no pasamos tiempo juntos. —frunció el ceño sin darse cuenta. —Yo te extraño mucho, y entiendo que quieras pasar tiempo con él ahora que puedes, pero... ¡p-pero me estás apartando! Y parece que ni siquiera lo notas.

—Jimin, de veras lo siento... —le tomó una mano entre las suyas, consciente de su error. —Pero... es que él me necesita...

—¡¡Yo también te necesito!! —le gritó zafándose, apretando los puños.

Ya estaba harto de oír sobre Yoongi. Yoongi esto, Yoongi aquello... Su corazón se estrujaba irreparablemente. ¿Y cómo no? Después de todo, él amaba a Taehyung, y todos los días tenía que escucharlo hablar sobre el rubio y verlo siendo feliz junto a él, mientras él tenía que tragarse sus sentimientos tras la perfecta máscara de "mejor amigo". Estaba tan cansado de fingir...

Taehyung se congeló en su lugar por un momento. Era la primera vez que su mejor amigo le gritaba de esa manera, y ahora quien se sentía culpable era él, incluso cuando ni siquiera lo había dejado de lado a propósito.

Estuvieron en silencio por un momento, en tanto el pelirrojo se sobaba el puente de la nariz mientras se arrepentía de su arrebato.

—Tae... perdón, no quise- —el timbre sonó, dejándolo con las palabras en la boca.

Era hora de que empezaran las clases.

—Hablemos después, ¿sí? —le sonrió el menor con incomodidad.

Él suspiró. —Está bien.

Y se fueron al salón.

🍬

El sol ya empezaba su descenso cuando se encontraron en la azotea del edificio. No quisieron mencionar al respecto, pero ambos sabían que se habían estado evitando, incluso durante la hora de almuerzo, en la cual Jimin desapareció y el castañito no tuvo más remedio que almorzar con los demás, siendo que ellos dos siempre almorzaban juntos.

Tampoco habían hablado en clases. Por eso, el menor no pudo evitar sonreír cuando lo vio aparecer, sabiendo que al fin conversarían y arreglarían todos los malentendidos, luego de ese incómodo día que, sin él, le había parecido eterno.

—¡Jiminnie! —se acercó a su encuentro.

—Hola... —esbozó una sonrisa un tanto avergonzada.

Había un motivo por el cual había desaparecido durante la hora del almuerzo, y es que tenía demasiados pensamientos que poner en orden. Pero al final, luego de mucho pensarlo, había llegado a la siguiente determinación: tenía que confesar sus sentimientos y ser rechazado para poder continuar adelante.

Con eso en mente, soltó un largo suspiro y lo miró, armándose de valor. —Taehyung, yo...

—Lo siento. —el menor se le adelantó. —Sé que te estuve dejando de lado desde que me volví más cercano a Yoongi. —dijo viendo el suelo. —Pero no fue mi intención, es solo que yo... estaba tan entusiasmado que no me di cuenta... —lo miró tomando una de sus manos entre las suyas, con súplica. —Prometo que no va a volver a pasar, así que ¿podrías perdonarme?

El mayor esbozó una leve sonrisa. —Taehyung, no tienes que disculparte. Yo... te entiendo. Esta es tu oportunidad, y sé que Yoongi te necesita también. —enredó sus dedos entre su cabello castaño para acariciarlo. —Yo soy quien tiene que pedir perdón. No debí gritarte de esa forma. Lo que pasa es que me sentí reemplazado porque somos amigos desde antes de que él te gustara, y ahora pasas más tiempo con él que conmigo... —le confesó enrojeciendo.

—Ah, sobre eso... —Taehyung se apartó, y el pelirrojo pudo notar que buscaba las palabras en silencio para contarle algo. —Yo nunca te lo dije, pero... Yoongi me gusta desde hace varios años, en realidad.

—¿Entonces ya lo conocías desde antes? —él se mostraba algo sorprendido. Podría jurar que Taehyung se había enamorado de él al llegar al instituto. —¿Son amigos de la infancia o algo así?

—No, para nada. Lo conocí aquí, el primer día que entré a estudiar.

—No lo entiendo bien, ¿no fue ese el día en que nos conocimos?

—Fue varios años antes de eso. —se rió bajito.

—¿Qué? Pero yo no te recuerdo... —murmuró frunciendo el ceño, intentando hacer memoria.

—Lo supuse. —sonrió con desánimo. —Yo... era muy diferente en ese tiempo. Pesaba mucho más que ahora, y usaba unos lentes enooormes. —puso sus manitos frente a sus ojos, simulando el tamaño. —Además, solo estuve un día. Probablemente no nos hayamos visto.

—Entonces, conociste a Yoongi ese día, ¿no es así? —él asintió. —¿Y dices que ese día bastó para enamorarte de él?

—Creo... creo que sí... —rascó su mejilla mientras una sonrisita aparecía en sus labios inevitablemente. —Volví a verlo poco después, y ahí fue cuando me di cuenta de lo especial que era. Estuvimos hablando mucho rato esa vez. —sonrió cuadrado.

Increíble. Para Yoongi había sido así de fácil llegar a su corazón.

Ahora ya no le cabía duda: Taehyung nunca lo amaría.

Notitas para Yoongi hyung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora