Notitas para Yoongi hyung~

Alguien que me gusta

Una vez su corazón se calmó, Taehyung dio un impulso a la botella y luego levantó la vista.

Oh oh...

—... Yoongi... ¿verdad o reto? —sonrió con un leve sonrojo.

—Supongo que verdad.

—Entonces... —pasó saliva, desviando la vista pensando si era buena idea preguntar. Finalmente lo miró de nuevo. —¿Te gusta alguien, hyung?

Jimin se atragantó con una galleta y bebió jugo para reponerse rápidamente.

—T-Taehyung, no deberías preguntarle cosas tan privadas a un hyung. Puede resultarle incómodo. —sonrió nervioso. No quería que Taehyung lo supiera, y menos ahora que la estaban pasando tan bien.

—Oh, ¡l-lo siento! —agachó la cabeza para disculparse.

—No hace falta, Taehyung, no me molesta responder. —sonrió levemente despeinando el cabello castaño del menor. —La verdad es que sí. Hay alguien en quien pienso de vez en cuando.

—Oh~ —Jeon sonrió pícaro. —¿Podemos saber quién es?

—No tienes que decirlo si no quieres. —el pelirrojo intentó evitar que diera más información, aunque fue en vano. Yoongi recostó su cabeza en el borde de la cama para ver el techo, trayendo ciertos recuerdos a su mente.

—Lo conocí hace un par de años. La verdad es que interactuamos dos veces solamente... pero tenía un aura sanadora y una voz realmente acogedora y tierna. Era agradable estar cerca suyo... No sabría explicar lo bien que me hizo sentir. —sonrió cerrando los ojos, pensando en lo mucho que ese encuentro lo había animado y reconfortado, luego de que algunas cosas que prefería no recordar, sucedieran.

—Ah~ Te gustan los tiernos, ¿oíste eso, Taehyung? —sonrió molestándole, pero Jimin tocó su espalda, en señal de que dejara el tema. La cara de Taehyung decía mucho.

—Pero... si eso sucedió hace años, ¿significa que es pasado? —sonrió levemente, de manera forzada, frotando sus brazos con nerviosismo.

—No realmente. Aún tengo la esperanza de encontrarlo de nuevo. —Yoongi encogió los hombros, volviendo a ver a los demás, dando por finalizado el tema. —Jeon, tu turno.

—Claro. —sonrió levemente, intentando continuar como si nada para animar el ambiente. La botella se detuvo. —Taehyung... ¿verdad o-

—Necesito ir al baño. —sonrió y se fue corriendo a encerrarse allí, ante las miradas de extrañeza de los demás.

Llevó una mano a su pecho. Sentía... dolor. ¿Acaso Yoongi amaba a alguien más? Eso le producía sentimientos encontrados. Por un lado, no le gustaba la idea de que el chico que amaba pensara en alguien más; se sentía insuficiente, preguntándose qué sería lo que le faltaba para que Yoongi lo quisiera. Por otra parte, se sentía molesto consigo mismo por no estar feliz de que su hyung tuviera a alguien a quien amar, aunque no fuera él mismo. Amar era maravilloso, Taehyung mismo podía comprobarlo gracias a Yoongi todos los días. ¿Entonces por qué no podía estar siquiera un poco feliz?

Sobre todo, ¿qué se suponía que debía hacer ahora? No quería salir lastimado... ¿Alejarse sería correcto? No, no podía. Yoongi era de las mejores cosas que le habían pasado en la vida y no iba a alejarse de él. Tal vez... ¿olvidarlo sería lo mejor? El chico que Min había descrito parecía realmente agradable y encantador, él nunca podría competir con eso, menos si no conocía a aquel chico.

Pasó las manos por su cara, sin saber aún qué reacción tener, cuando alguien tocó la puerta.

—¿Taehyung? ¿Todo en orden? —Jimin habló con un leve tono de preocupación en la voz. Finalmente, optó por entrar. —Hey... ¿estás bien, pequeño?

—Yo... no lo sé... —murmuró con la vista baja. Luego sintió unos brazos rodearle, y entonces enterró su nariz en el pecho contrario.

—No pongas esa carita. —Jimin sonrió con ternura, acariciando su cabello.

—Yoongi nunca va a quererme...

—Hace semanas decías lo mismo, y mira cuánto has avanzado; él vino a tu pijamada, y ahora mismo está en tu habitación. Eso debe significar que te quiere, al menos un poquito, como para considerarte su amigo, ¿no? —tomó las mejillas del menor para verlo a la cara. —Estoy muy orgulloso de ti por eso. Tienes el valor de luchar por la persona que amas. Yo no podría hacerlo. —sonrió un poco, con una leve tristeza que el castaño no logró percibir.

Pensó sobre aquello por un momento. Era verdad. Taehyung antes ni siquiera era capaz de dirigirle la palabra. Y ahora, su chico especial estaba en su casa, junto a sus amigos, pasando una noche de chicos. Nunca lo habría imaginado siquiera, pero ahora era realidad. Y no lo habría logrado sin la ayuda de Jimin.

Sonrió un poco y le abrazó fuertemente.

—Gracias, Jiminie... —susurró. —No sabes lo feliz que estoy de que seas mi mejor amigo. —le dio una pequeña sonrisa cuadrada.

Ahora, no era su corazón el que dolía.

El pelirrojo soltó una pequeña risa. — También yo, TaeTae... También yo.

Últimamente, los sentimientos de Jimin estaban empezando a estrujar su pecho, causándole un dolor que creía haber dejado ya en el pasado. Tal vez, aquello era porque su pequeño Taehyung estaba logrando conquistar al rubio poco a poco. Ya no eran solo ellos dos, como siempre había sido. Y le estaba costando aceptarlo.

Quizás, no era Kim quien debía olvidar sus sentimientos después de todo.

🍬

—Al fin volvieron. —Jeon colgaba de cabeza de la cama, mientras Yoongi escuchaba música tranquilamente con su teléfono. —¡Taehyung, me debes verdad o reto! —se levantó rápidamente.

—Ah, es verdad. —rió un poco. —Elijo reto entonces.

—De acuerdo. —Jungkook le miró con malicia. —Te reto a dormir con Yoongi toda la noche. —sonrió desafiante.

Los colores subieron a sus mejillas, al igual que la mirada de Yoongi. Sus ojos se encontraron; el mayor parecía calmado, mientras que el pequeño castaño era un manojo de nervios.

—¿E-estás seguro? No sé si a él le parezca bien...

—¿Por qué me parecería mal? Adelante, te ayudaré a ganarle el reto a este mocoso arrogante. —sonrió poniéndose de pie, mientras Jungkook se quejaba de fondo.

—¿A d-dónde vas?

—A ponerme pijama al baño. No quiero que te sonrojes como la última vez que viste mi abdomen. Podrías explotar. —sonrió burlón, mientras los demás se miraban entre sí sin entender absolutamente nada.

Taehyung apenas podía procesar todo lo que estaba a punto de ocurrir.