Notitas para Yoongi hyung~

Nota #4

Una nueva semana comenzaba.

Taehyung se sentía un hombre completamente renovado luego de todo lo que había sucedido y lo bien que habían acabado las cosas. Jeon Jungkook estaba haciendo todo lo que habían acordado para ayudarle y eso lo hacía feliz. Ahora conocía tantas cosas sobre Yoongi, que si ellos tuvieran su primera cita ese día, sabría perfectamente a dónde llevarlo y qué hacer para pasarla bien.

En fin, se sentía realmente conforme, incluso a pesar de que ni la mitad de sus preguntas habían tenido respuesta aún.

Su mejor amigo, por otro lado, se había aliado con Jungkook para unir a aquel par sin que lo supieran, claro, y de paso, se había enterado de una o dos cosas más acerca de Yoongi. Datos útiles para el futuro.

Las cosas para Jeon Jungkook se mantenían bien; las preguntas de Taehyung también le habían ayudado a conocer más acerca de Yoongi, y aquello tal vez hasta le había dado más vida a su pequeño e inocente corazón.

Yoongi lo veía como un verdadero pilar de apoyo. Tanto tiempo sin amigos y sin una buena familia de su lado lo habían convertido en un chico tan solitario y huraño, que se había olvidado de los placeres de convivir con personas que lo entendieran. Finalmente sentía que de algún modo... su vida se movía a algún lado.

Reflexionaba sobre esto con sus audífonos puestos mientras Jungkook jugaba videojuegos a su lado, y entonces sintió la necesidad de agradecerle por lo que estaba haciendo por él.

Apagó la pantalla del pelinegro con calma, recibiendo un ceño fruncido a cambio.

-¡Hyung! Ya iba a lograr un nuevo récord...

-Puedes hacer eso después. -Yoongi rodó los ojos, quitándose los audífonos.

-Bien... Uhm... ¿Tenías algo que decirme? -lo miró, dejando su teléfono de lado.

Sus ojos se encontraron.

-Gracias.

-De nada.

Hubo un pequeño silencio.

-Ni siquiera sabes por qué te di las gracias. -el rubio alzó una ceja.

-Creo que tenemos algo en común, hyung.

-¿Y puedo saber qué es?

Jungkook, quien se mostraba pensativo viendo el suelo, levantó la vista para mirarlo de nuevo.

-A veces no necesitamos ser comprendidos para ser felices. Solo necesitamos amor. ¿Entiendes? -le sonrió, mostrando sus dientes de conejito.

Y Yoongi solo lo observó, su corazón latiendo fuertemente ante toda la verdad contenida en aquellas palabras.

Nadie necesitó decir nada más. Yoongi se limitó a ver el cielo, y Jungkook cerró los ojos, apoyando su cabeza en el hombro de su mejor amigo.

Ambos necesitaban amor...

🍬

-¿Está lista?

Taehyung volvió a leer. Estaban en la biblioteca. La hora del almuerzo se acercaba, y eso significaba que Yoongi jugaría un partido de baloncesto con el resto del equipo. Eso le daría la oportunidad de colocar la nota en su casillero y darle ánimos antes del partido.

-Uhm... sip. También tengo el dulce. -sonrió cuadrado, sosteniendo la pequeña gomita entre sus dedos.

-Bien. Entonces es hora de ir a dejarla en su casillero al gimnasio. Vamos. -Jimin sonrió, y apenas se levantaron de sus asientos cuando una conocida voz los llamó.

-¡Chicos, al fin los encuentro! -Jungkook se acercó corriendo a ellos con una sonrisa.

-Hey, Kook. ¿Qué sucede? -le saludó Jimin, mientras el más pequeño recuperaba la respiración, y la de Taehyung se cortaba.

Yoongi caminaba hacia ellos en ese momento.

-Quería que vieran el partido con nosotros. Supuse que irían, ¿me equivoqué? -Jungkook se irguió, ya repuesto, y los miró sonriente. Ellos también eran sus amigos ahora, después de todo.

-Por supuesto que no. No nos lo perderíamos por nada; a Taehyung le encanta el baloncesto, ¿cierto, Taehyung? -el pelirrojo rodeó los hombros de su mejor amigo, que comenzaba a sudar, viendo el suelo.

-Uh... c-claro que sí...

-¿Y no has pensado en jugar también? -Jungkook preguntó. - Estoy seguro de que Yoongi hyung podría darte buenos consejos, ¿cierto, hyung? -le sonrió, recibiendo un gesto de "sí, ¿por qué no?", que su mejor amigo hizo alzando los hombros.

Jimin le codeó al castaño disimuladamente. Era su oportunidad.

Y Taehyung reaccionó, dando un pequeño brinco.

-Uhm... es... es muy amable, Y-Yoongi hyung... P-pero... lo... lo que pasa es que... -rascó su nuca, que empezaba a humedecerse, buscando las palabras.

Jimin intervino rápidamente.

-Lo que Taehyung intenta decir es que le encantaría. -sonrió, y Taehyung sintió sus piernas como gelatina al escuchar aquello.

-Bien. Los esperaremos en el gimnasio. -el pequeño Jeon tomó la mano de su amigo, despidiéndose. -¡Les guardaré asientos! -sonrió mientras ambos se alejaban.

-... ¿Qué acaba de pasar? -murmuró Taehyung, tocando su cara como intentando salir de un trance.

-Acabas de convertirte en aprendiz de Yoongi, eso acaba de pasar. -Jimin rió, palmeando su hombro.

-¿D-de verdad? ¿Dijo que sí? -el castaño le miró expectante, como si no hubiese estado presente en aquel momento. Jimin asintió.

Y Taehyung se sintió desvanecer; una sonrisa adornaba su cara, a la vez que su corazón se inundaba de miedo y nervios, y latía con rapidez, feliz.

Qué mezcla tan curiosa.

-P-pero Jimin, la nota... ya no alcancé a dejarla...

-Pero eso es lo de menos ahora. Vas a pasar tiempo con Yoongi al menos un día todas las semanas, ¿no es eso bueno?

-Supongo que lo es... -sonrió un poco, y su alegría creció de un momento a otro. -¡Claro que lo es! -rió alegre, abrazando a su mejor amigo y dando pequeños saltitos. Todo era gracias a él.

¿Por qué sus nervios tenían que arruinarlo? De ninguna manera eso iba a pasar. Sin duda, sacaría el máximo provecho de la oportunidad que Jimin le había conseguido y no se conformaría hasta que Yoongi y él fueran lo suficientemente cercanos como para revelarle sus sentimientos y su identidad como el chico que le enviaba notas anónimas y dulces.

Las cosas solo mejoraban para él estos días, tanto que le asustaba la racha de buena suerte que estaba teniendo.

De un momento a otro, sentía que el mundo entero estaba a sus pies. Que si se esforzaba y seguía así, Yoongi por fin lo notaría y sus sentimientos serían correspondidos.

Qué sensación tan maravillosa...