Capítulo 9

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MoonBin fue el primero en abrir los ojos. Se sentía pesado y muy cansado a pesar de haber dormido. Se dió cuenta de que aún no amanecía en su totalidad, el cielo aún seguía un poco oscuro.

La respiración de DongMin estaba muy cerca de su cuello, y no pudo evitar sentir todo su cuerpo estremecer. Recordó lo que había sucedido hace unas horas y su corazón ardió. Colocó una pequeña sonrisa complacido y le dió un pequeño beso en la frente. El Omega estaba profundamente dormido en sus brazos. Con su boquita entreabierta dejando salir inaudibles ronquidos, su piel cálida y suave, sus hermosas pestañitas que adornaban sus ojitos, y su esponjosa maraña de cabello castaño. Nunca se había dando cuenta de lo bonito que era DongMin de cerca.

El Omega se removió un poco, soltando tiernos quejidos mientas arrugaba los párpados. Al parecer estaba algo incómodo. Y no era para mal, el sofá solía ser bastante duro.

DongMin pegó más su cabeza a su pecho y pasó una pierna por encima de él, rozando y entrepierna medio despierta.

Apretó lo dientes y siseo en voz baja, sintiendo el deseo atravesarlo como misil a su objetivo. Pero debía controlarse por más ganas que tuviera de hacerlo suyo. Los besos ya habían sido mucho recorrido a una zona minada de bombas.

DongMin elevó el rostro adormilado. Observó un poco todo y se frotó los ojos antes de dar un largo bostezo.

— Buenos días, enano — Sonrió con ternura mientras acariciaba su cabeza.

El Omega estaba apunto de sonreírle también cuando se fijo dónde estaba acostado, con quién y el beso que se dió play como una película. Su cuerpo se tensó y sus ojos se abrieron. Se alarmó. Se había dejado llevar por su instinto y corazón.

Había besando a MoonBin. Había besado a su hermano.

Tuvo un contacto prohibido y íntimo con alguien con quién compartía lazos de sangre.

Se reincorporó agobiado, quitando la sábana de golpe de su cuerpo y tal vez, con suerte, irse corriendo.

No podía, no podía seguir más ahí.

MoonBin Frunció el ceño ante su actitud y se levantó, mirandolo extrañado.

—¿Qué pasa? ¿Estas bien? — Preguntó el alfa con la voz ronca y rasposa.

— S-sí, es sólo que me iré a mi habitación — Dijo Intentando sonar normal, intentando que él no se de cuenta de el rubor de sus mejillas.

—¿Por qué? Mamá y papá no se levantan hasta las siete. Podemos quedarnos tú y yo un rato más ¿No? Apenas son la cinco y media — Le avisó en un intento de que se quedara con él, cruzándose de brazos.

Sus mejillas ardieron. Pero debía mantenerse firme, eso no podía seguir así, en algún momento podía llegar a más.

Y ahí estaba seguro que no podía detenerse

— No MoonBin, no podemos — Lo encaró el Omega.

—¿Por qué? — Preguntó decepcionado. El Omega retuvo las ganas de querer consolarlo por su tono de voz.

— Porque y-yo no debí quedarme aquí. Esto estuvo mal — Dijo, contrayendo la expresión en una mueca dolorosa.

Todo dolía, y no sólo el sentirse enfermo por querer contacto con él, si no hasta la manera en que sabía que podía acabar las cosas si decía lo que tenía en mente.

Algo que su corazón rechazaba.

—¿Qué? ¿Te arrepientes? — Cuestionó molesto está vez.

— Es que... Es que piensa un poco MoonBin. ¡Esto está mal! — Dijo de una manera que no sonara tan alto, sus padres estaban en la habitación en el fondo.

MY BROTHER ALFA. [𝙊𝙈𝙀𝙂𝘼𝙑𝙀𝙍𝙎𝙀]𝙱𝚒𝚗𝚠𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora