25 de noviembre de 2021
San Francisco, California, EE.UU
9:11 pm. hora localLa mesa se encontraba llena de armonía y diversión, las risas no faltaban y la comida abundaba.
Era la primera cena de acción de gracias de aquella familia inglesa que no tenía más de tres años de haberse mudado a aquel país.
La verdad era que la familia O'donnell jamás había querido adoctar esta costumbre como suya, a pesar que en su lugar natal, Inglaterra, habían quienes la tenían. Sin embargo, ese año querían experimentar algo nuevo, y, ¿que mejor que probar una tan famosa costumbre como lo era el día de gracias?
—No veía por dónde caminaba y le grite "¡cuidado!" Pero eso solo provoco que cayera más rápido —rió recordando el momento—. Jenna quedó con todo su cuerpo cubierto de barro, pero se seguía viendo adorable.
Todos en la mesa rieron mientras observaban a la chica quien, abochornada, se cubría la cara con las manos.
—¡Papá, tenía ocho años! —exclamó con los ojos aún cubiertos.
—A esa edad eras muy torpe —asegura su hermano mayor—, fue lo menos vergonzoso que te pasó.
Jenna no dudo en sacar la lengua en dirección a su hermano quien la veía con mucho humor, a lo que esté le devolvió el gesto. Como si se tratara de niños de cinco años.
La chica suspiró con resignación.
Aquella chica se encontraba roja como un tomate por los cuentos que su padre había comenzado a contar a la familia de ella y su hermano mayor. Aunque claro, era Jenna la que siempre resaltaba por sus seguidas torpezas.
—Salud por esta primera e increíble cena de acción de gracias —comentó su tía, Martha, mientras ponía la copa al aire—. ¡Y que sean muchas más!
—¡Salud! —contestaron al unison.
Todos tomaron de su copa de alcohol a excepción de Jenna, quien en su copa había ponche de frutas naturales, totalmente libre de aquellas sustancias.
—Si aún viviéramos en Londres ya pudiera tomar alcohol —le susurró a su hermano, Gregg, quién estaba sentado a su lado tomando de su copa tranquilamente.
Jenna había cumplido dieciocho ese año, la edad suficiente para ingerir alcohol legalmente en su país natal, pero no en Estados Unidos.
Gregg rió silenciosamente, agarró su copa y tomo un trago con las cejas alzadas, con su semblante reflejando burla.
—Es una pena, me siento mal por ti —le dijo mientras contenía una sonrisa divertida.
—Oh claro, cómo cumpliste veintiuno hace un mes crees que ahora puedes hacer lo que sea, ¿no?
—No dije eso —aclaró en un susurro. Sin quitar su semblante divertido.
—Y sé que no es por eso que no puedo tomar, porque he visto muchos chicos menores que yo que se la pasan de fiesta en fiesta atragantandose con alcohol.
—Ya sabes cómo es papá con las leyes.
—Lo sé —bufó.
Su hermano le dio una última y arrogante sonrisa para luego volver a prestar atención a lo que su familia charlaba.
Jenna entrecerró los ojos mientras se enderezaba en su puesto, su hermano podía hacerla molestar con facilidad con cualquier cosa que hiciera, pero aun así lo adoraba.
—Pronto llegaré a ti, alcohol —suspiró.
Jhon O'donnell era un hombre con gran poder, tenían demasiado dinero, su riqueza era impresionante. Sin embargo desde el nacimiento de Gregg, se dedicó a inculcar valores en ambos para que crecieran como "niños de bien". Algo que había funcionado.
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Cuidado con caer [Libro 1 y 2]
FantasyDespués de llevar años construyendo un videojuego que lograría introducir personas en él. Jake, el chico nerd, egoísta y malhumorado que nunca quiere salir y ver la luz del sol, se da cuenta del gran daño que eso causaría. Su misión ahora es tratar...