•Epílogo•

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Hogar

Por momentos te puedes olvidar lo importante que es un hogar hasta que te alejas de él, hasta que no puedes regresar.

Aquellos cuatro sobrevivientes, llamándolos de ahora en adelante así, pudieron respirar con alivio al llegar a casa, o por lo menos...

—¡Mamá!

La mujer dio un respingo al sentir unos brazos rodeandole la espalda, al voltear, se sorprendió mucho más al verla.

—¿Ocurre algo Danica? estás demasiado feliz.

—¿Para ser yo? —preguntó ella mientras asomaba una pequeña sonrisita en su rostro.

En el momento en que la mujer se movió un poco, la pelinegra pudo notar que justo en frente tenía la cuna de la bebé, de Lia.

Sintió un fuerte dolor en el pecho al recordar a su hermana, a que ya no está...

—En serio, hija, ¿te pasa algo? —su madre la observó con preocupación al notar como no despegaba la vista de la niña—. ¿Es muy linda verdad? tuviste una buena idea al querer adoptarla, esa familia la trataba horrible.

Danica levantó la vista de golpe hasta su madre.

¿Entonces era verdad?

La mujer frunció el ceño y abrió su boca para hablar pero fue interrumpida.

—Sí mamá es... muy linda. —trató de no mostrarse débil, pero le era imposible, odiaba ser la única que pudiera recordar a Eliza.

—Se llama Lia, mañana estará todo listo y será nuestra completamente. —sonrió—. Vamos a poder ayudar a esa bebé, ¿no estas feliz?

—Sí, lo estoy. —pronunció pasados unos segundos

⚔️

Sharon de pronto despertó en su cama, su cabeza palpitaba de dolor y su boca rogaba por un poco de agua. Pero no, no quería moverse de ahí.

Había estado llorando desde el momento en el que tocó el suelo de el apartamento donde se suponía que vivía con Cole. Todo estaba justo igual, excepto que, por más que buscaras, no había rastro de que en algún momento hubiera vivido un hombre junto a ella.

Todo era una mierda. Se sentía cansada y ni siquiera se había levantado de la cama.

Necesitaba alguna forma de ir a casa de la madre de Cole, necesitaba ver como vivían sin su hijo con sus propios ojos. Para torturarse aún más.

No estaba preparada para vivir una vida sin él

🏹🪓

La computadora apagada estaba frente a él. Su respiración subía y bajaba con velocidad, sus manos sudaban y estaba seguro de que había palidecido un poco.

Pero estaba ahí, en la habitación de su hermana, justo igual a como la había dejado hace dos días.

—Gregg, ¿te pasa algo? parece que viste un fantasma. —se burló su hermana, Jenna, al entrar y quedarse parada junto a la puerta observando al castaño.

Gregg no pronunció palabra alguna, solo corrió hasta la salida, lugar en donde su hermana aún se encontraba, y la abrazó.

—¿Tanto miedo te dio quedarte cinco minutos solo en mi habitación? —preguntó incómoda, mientras de deshacía del abrazo.

Caminó hasta su cama y observó la computadora apagada a lo que chilló y observó a Gregg.

—¿Qué le hiciste al juego? ¡Iba ganando, estúpido!

Pero el chico no le prestó atención, es más, formuló una enorme sonrisa mientras caminaba afuera.

Al fin en casa.

¡Estaba en casa!

Y no solo eso, Danica le había dado la dirección para encontrarlas a ella y a... su hija. ¡Tenía una hija! y estaba a nada de conocerla.

Estaba feliz, pero nervioso al mismo tiempo, no lo podía negar.

🎮


La oscuridad de la habitación fue interrumpida al abrir aquella puerta de madera que tan familiar se le hacía.

Jake caminó a paso apresurado y, sin pensarlo, entró a la habitación de aquellos a los que tanto amor les tenía.

—¡Mamá! ¡Papá!

Estaban dormidos por lo que parecía, pero al escuchar el grito del rubio despertaron dando un respingo.

—¿Ocurrió algo? —Preguntó su madre con miedo.

Iba a sentarse pero el abrazo repentino de Jake la detuvo.

—¿Qué ocurre? —preguntó esta vez el padre.

—Yo... me di cuenta de lo importantes que son para mí. —corrió al otro lado de la cama y abrazo a su padre—. Tan importantes.

—¿Qué es todo este escándalo? —la voz soñolienta de su hermano se escuchó lejana, hasta que llegó a la habitación con los ojos entrecerrados.

—¿Y no podías darte cuenta de eso mañana? ¿En el día? —preguntó su padre ignorando la presencia de Lucas.

—Mañana... mañana iremos a comer o a pasear, no me importa, quiero salir... en familia.

—¿Te golpeaste la cabeza? —preguntó su hermano, mientras se acercaba a Jake con cuidado.

—No, de hecho —se dirigió esta vez al chico somnoliento que tenía atrás—. ¿Recuerdas lo del psicólogo? creo que es una buena idea.

—Sí que te golpeaste la cabeza. —negó.

—Mañana será un gran día. ¡Un grandioso día! Ya lo verán —y así, salió de la habitación de sus padres y se dirigió a la suya.

Las ganas de destruir el juego pasaron por su mente, pero...

No podía hacerlo, necesitaba hallar la forma de devolver a Cole y Eliza, porque tenía que haber alguna forma.

Este no podía ser el final para ellos.

Hora de empezar a trabajar.

_________

No puedo creer que por fin haya terminado una historia.
*Grita emocionada*
Jsjjs.

Este es mi primer libro terminando por completo y prácticamente, el que ha recibido más apoyo. Así que quiero decir, muchas gracias.

Gracias por leer y por votar, gracias por quedarse y experimentar junto a mis 6 jugadores estrellas.

Gracias por todo y a todos.

Nota: Habrá un segundo libro, eso es más que seguro, solo tengo que ordenar por completo las ideas para comenzar a escribir, y sí, tomará un tiempito, pero les avisaré, lo prometo ✨.

Cuidado con caer [Libro 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora