Jake no tenía ningún plan.
Nada que pudiera ayudar.
Ni siquiera sabía cómo llegar a Miss Jane.
Se sentía igual de inútil que en toda su vida.
Habían pasado tal vez unas 4 horas desde que estaban allí, no se habían movido a ningún lugar más que al mismo árbol para tener un poco de sombra.
Cole se encontraba muy pensativo mientras que Eliza y Sharon habían estado hablando entre ellas por un rato. Por otro lado, Jake no hacía nada más que pensar en qué demonios estarían haciendo esos que le robaron su puesto y deseando que la selva se los hubiera comido.
El rubio no hablaba mucho, no tenía mucho que decir en realidad. En ese momento debería estarse dirigiendo al castillo para derrotar a Miss Jane y volverse el héroe del lugar no estar donde estaba, y pensar cada vez más en eso le revolvía el estómago.
Cole cada tanto se paseaba por donde estaba su novia para ver cómo se encontraba, y le alegraba que estuviera mucho mejor. Desde que habían caído en ese sitio ella no había dejado el pánico, pero Eliza pareció sacarla de su miedo y Cole le agradeció.
—¿Y como te llamas? —preguntó él, mientras se sentaba al lado de su novia para envolverla en sus brazos.
—Eliza —le contestó con media sonrisa—. ¿Y el novio de la increíble Sharon se llama..?
Ambos rieron un poco ante sus palabras.
—Soy Cole —se estrecharon la mano—. Parece que te olvidaste de mi, Shina. pero no me quejo, Eliza parece increíble —habló está vez para la rubia, quien acariciaba el fuerte brazo de Cole.
Ella sonrió ante el comentario.
—Sabes que nadie se podría comparar ante su encanto y entusiasmo, cariño, solo estoy tratando de hacer amigos en tiempos de crisis —se encogió de hombros.
Eliza aumento su sonrisa ante el comentario de la rubia, le encantaban las parejas cursis.
Jake se levantó de su lugar y empezó a andar por los alrededores.
—¿Creen que es fiable? —murmuró Sharon, refiriéndose a Jake.
Los tres le echaron una pequeña mirada disimulada al chico que se encontraba a unos cuantos metros de ellos.
—No lo sé —habló Cole—. Nos metió aquí y ahora nos dice que este lugar quiere matarnos.
—Exacto —dijo Sharon—. Está loco.
—Bueno, yo creo que solo quiere ayudar —objetó Eliza—. Sí, nos metió aquí, pero también nos quiere sacar.
—No veo que esté intentando nada para hacerlo.
—Dale tiempo, Cole, se le ocurrirá algo —aseguró ella—. Solo está tratando de adaptarse, al igual que todos.
Cole suspiró, él sabía que esto no sería tan fácil como aparentaban, pero no quería seguir trayendo preocupación, mucho menos para Sharon quien apenas se había recuperado de su crisis.
—Dijiste que tenías una hermana aquí, ¿verdad? —preguntó Sharon, tratando de aliviar el ambiente
Ella asintió, no muy segura
—No estoy segura de que esté aquí, pero estaba con ella cuando ocurrió todo esto y supongo debe encontrarse en algún lugar.
—Si está aquí, seguro está bien —trato de calmarla Cole al ver la preocupación en el rostro de Eliza
—No lo sé, él dijo que tal vez la tomaron como rehén y me da un poco de miedo lo que le pueda ocurrir —hizo una mueca—. Sobre todo cuando seguramente no sabe nada de lo que está pasando.
—Entiendo, y estate tranquila, seguro está bien —Sharon le tomó el brazo izquierdo y le dio un pequeño apretón.
Hubo un pequeño silencio para nada incómodo, cada uno tenía la cabeza en un lugar distinto, sus cerebros trabajaban rápidamente, perdiéndose en sus pensamientos.
—Oye —le llamó la australiana—, ¿Cómo has hecho para lograr calmarme tan rápido? —preguntó curiosa
—Oh bueno... mi hija a veces, cuando llora demasiado la calmo igual —confesó con una sonrisa mientras la recordaba.
—¿Con que lo lograste con poder maternal? —preguntó Cole divertido.
—Nunca falla.
Los tres rieron un poco, la verdad era que se llevaban de maravilla en ese poco tiempo que tenían de haberse conocido y, sobre todo, en esas circunstancias.
Por otro lado estaba Jake, decidido a salir de allí lo antes posible y arrepintiendose en lo más profundo de su ser haber creado ese estúpido juego.
Caminaba de un lado al otro, tratando de encontrar alguna forma de llegar al castillo y vencer a la reina sin la necesidad de los Imantes, odiaba tener que idear un nuevo plan en tan poco tiempo y ni siquiera pensaba en buscarlos a ellos, no podía ni imaginar tenerlos de frente.
Su respiración aceleraba con el paso del tiempo, sus pasos se volvían tontos, además que estaba empezando a sudar como loco.
En su vida se había previsto en esta situación, ni siquiera cuando empezó a crear a Wrengel, ni siquiera cuando se cuestionó si en realidad esto era lo que quería.
Tenía que buscar alguna manera de salir sin ayuda de los Imantes ahora, tenía que concentrarse, tenía que calmarse si quería hacer las cosas bien.
Además, tenía que hacer algo que no se le daba muy bien, socializar.
Tenía que conocerlos para convencerlos de que él no era el enemigo. Tenía que hacerles creer que el verdadero enemigo no era Miss Jane, no era la selva, no era el juego.
Tenía que hacerles creer que el verdadero enemigo eran los Imantes.
¿Por qué? La verdad era que ni él mismo lo sabía. Tal vez porque quería descargar su rabia y la única manera de hacerlo, por lo menos en ese momento, era que otras personas estuvieran de su parte.
¿Que si estaba mal? Eso era lo que menos le interesaba en ese momento.
¿Que lo podían descubrir? Si lo hacía bien, tal vez y lo harían finalizando todo y no tendría que verles la cara nunca más.
Pero sí estaba seguro de algo.
No dejaría que nadie muriera. Sus actos no tenían que traer esto, no tenía porque sacrificar una vida, no era ese tipo de persona.
La razón por la que hizo este juego era completamente lo contrario, no iba a dejar que por su culpa, una vida fuera quitada.
No dejaría a nadie morir, ni siquiera a los mismos Imantes, no era un asesino, y no se convertiría en uno por una estúpida decisión que tuvo sin pensar en las consecuencias.
Ni siquiera su odio hacia aquellos chicos convertidos ahora en Imantes, dejaría que se convirtiera en un cruel asesino.
Porque él no era un asesino.
Y trataría de mantener eso.
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Pequeño pero significativo capitulo.
Espero que les haya gustado :^)
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Cuidado con caer [Libro 1 y 2]
FantasyDespués de llevar años construyendo un videojuego que lograría introducir personas en él. Jake, el chico nerd, egoísta y malhumorado que nunca quiere salir y ver la luz del sol, se da cuenta del gran daño que eso causaría. Su misión ahora es tratar...