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—¿Jane? —preguntó Gregg, asombrado—. ¿Como Miss Jane?

Las puertas se abrieron dejando ver lo que había en el interior. Armas, el lugar era idéntico al que Danica y Gregg estuvieron para elegir sus armas la primera vez.

—Sí, bueno... ¿no han notado lo parecidos que somos Miss Jane y yo? —preguntó tratando de no mostrar interés, observando armas al azar.

Y sí que se podía notar el parecido, sobre todo en la cabellera rubia y la nariz respingada.

—Esa misma cara era la de mi hermana —siguió el—. Aunque, mucho más joven, murió teniendo exactamente la edad que tengo ahora. Esta que cree, fue solo una versión adulta de lo que pudo haber sido ella. —admitió.

Creando el videojuego solo tenía en mente a su hermana, quería verla de nuevo, así fuera en otras circunstancias. Algo descabellado para todos pero con mucho anhelo para Jake.

Nadie dijo más, algo que el rubio agradeció internamente.

—¿Qué buscamos exactamente? —preguntó Gregg, sin saber exactamente qué tomar.

—Yo no se usar armas, además, no las necesito, y ustedes por más que las utilicen y desechen no se les agotarán. —comentó refiriéndose a las dagas y flechas—. Por lo que ahora necesitamos solo... —rebuscó entre una de las mesas abriendo una pequeña gaveta—. Esto.

Sacó una bolsita no muy grande, parecía ser de tela y estaba amarrada con un hilo dorado. Al abrir la bolsa dejó ver las pequeñas mentas color dorado en ella.

—¿Con el azúcar alta podremos vencerla? —preguntó Gregg, con el ceño fruncido observando el interior de la bolsa.

—Con estas mentas, Miss Jane no podrá usar su poder en nuestra contra.

—¿Y cuál es su poder?

Jake suspiró.

—Mientras que Sarco puede ver todo lo que pasa por tu mente, a dónde vas, dónde estás... básicamente puede conocerte más que tú si así lo desea, además de que puede crear ilusiones... Miss Jane tiene la capacidad de control, de cambiar tus pensamientos y obligarte a hacer algo, así tu no quieras —afirmó—. Además, puede torturarte con nada más pensarlo.

—¿No podías crear unos enemigos más simples? —se quejó Danica.

—¿Por qué dices que Sarco es más peligroso? esta mujer, con tan solo escuchar sus poderes me dio miedo. —comentó Gregg esta vez.

—Miss Jane solo controla, pero Sarco manipula, y eso es mucho peor. —admitió el rubio mientras tomaba una de las mentas y la llevaba a su boca, la tragó y los observó—. Tomen una y vámonos.

Gregg y Danica acataron ordenes y tomarnos una menta para llevarselas a la boca e inmediatamente salir del búnker.

Jake estuvo a punto de dar un paso fuera cuando notó algo brillante cerca de la puerta.

Un arma.

No sabía cómo usarlas, pero algo en él lo llevó a tomarla. Y así, salió de la sala.

El lugar estaba solitario. Jake se preguntó qué habría pasado para que no hubieran guardias en todo el camino, pero al observar a los Imantes con más detalle y notar la sangre en sus trajes, tuvo una pequeña idea.

Luego de unos segundos de caminata en completo silencio, los Imantes, guiados por Jake, llegaron al gran salón.

—Es aquí —les avisó en un susurro al llegar a una gran puerta blanca con varias franjas doradas a su alrededor.

Cuidado con caer [Libro 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora