Capítulo 32 (Final)

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Desde la mismísima boda entre Inuyasha y Kagome no se había visto semejante despliegue de exuberancia. La coronación de Setsuna fue un evento que comenzó a gestarse desde al menos dos años atrás, y duraría una semana entera. Fue hecho a propósito para que coincidiera con el cumpleaños número veinte de la princesa. Inuyasha continuaría a su lado como corregente en lugar de Emperador. Le cedería oficialmente ese título, aunque en la práctica ella aun dependiera en cierta medida de él.

Ceremonias, banquetes, presentaciones, desfiles, espectáculos. Todo planificado al detalle. Salvo uno que otro contratiempo, las festividades transcurrieron según lo esperado. Sin embargo, el evento más deseado por la nueva Emperatriz era sin lugar a duda el baile de máscaras, el cual pondría fin a una semana intensa de festejos.

Era la primera transición de poder luego de la reconquista. La demostración de grandeza era necesaria para generar tranquilidad en los súbditos. La guerra iniciada por Naraku y Bankotsu había significado un parteaguas en la historia del Continente. Un Emperador fuerte es sinónimo de un Imperio fuerte.

— ¿Cansada? —Interrogó Inuyasha a su sobrina. Ambos se hallaban sentados el uno junto al otro en la zona del trono. Un lugar diferenciado y más elevado al interior del salón de fiesta.

— En absoluto. —Su vista se concentró en las parejas que bailaban en el medio del salón. —Es cierto que fueron días ajetreados, pero los disfruté mucho. Solo...—Hizo una pausa. Se retiró el antifaz negro con apliques de plata que cubría sus ojos y continuó. —...hubiera deseado que mis padres estuvieran aquí. —Inuyasha extendió su mano hacia la de su sobrina y la sujetó con delicadeza. Sus ojos se encontraron durante unos breves segundos.

— Suna...—Ella lo interrumpió, desviando su mirada nuevamente a la pista de baile.

—Ella lo interrumpió, desviando su mirada nuevamente a la pista de baile

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— No intentes consolarme. Ya estoy un poco mayor para eso. —Una risa escapó de los labios del platinado ante la terca personalidad de su sobrina.

— No iba a hacerlo. —Mintió. Por supuesto que tenía preparadas unas cursis palabras para ella, pero prefirió guardarlas para otro momento.—Iba a invitarte a bailar. —Dijo rápidamente. Se puso de pie, y con la mano de ella aun entre la suya la llevó hasta el centro de la pista.

La música se detuvo y todos los presentes se hicieron a un lado mientras la pareja protagonista avanzaba entre la multitud. Con un rápido gesto de su mano Inuyasha le hizo saber al pianista que comenzara a tocar en solitario. La melodía fue mucho más lenta y suave que la anterior.

Setsuna sonrió ante la maniobra indudablemente preparada de su tío. Los pequeños detalles eran su especialidad. Una de sus manos sujetó la de Inuyasha y la otra descansó sobre su hombro. La de él en su cintura. Al ser una canción lenta, fue sencillo seguir el ritmo. Simplemente se dejó llevar y fue maravilloso, al menos hasta el momento en el que fueron interrumpidos por una distinguida dama de vestido blanco y antifaz verde.

Amor en Tiempos de GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora