El viaje la había tomado por sorpresa, no solían aventurarse por fuera de las fronteras de su reino. Los nuevos paisajes la mantenían intrigada a cada kilómetro del camino. Luego de días arribaron por fin en las tierras del Oeste. Una caravana enviada por el rey Inu no Taisho los acompañó desde el puerto hasta el castillo. Fueron necesarios solo segundos para confirmar la fuerza militar de la que el reino era poseedor, digno de admirar, aunque inútil en tiempos de paz, pensó la joven. Era la única heredera del Este, su padre la había instruido en maniobras bélicas, a corta edad demostró ser una mujer muy inteligente y perspicaz. Ella sabía que la guerra era un camino arriesgado que dejaba más desgracias que soluciones.Estaban a pocos metros de llegar a su destino, se sentía extrañamente calmada. Había escuchado los rumores sobre el hijo del rey del Oeste, siempre halagando su gran nobleza y belleza, ella dudaba que una persona con tantas virtudes existiera realmente. Aunque nunca le anunciaron el motivo del viaje, le sobraba intuición para saber las intenciones de su padre. Tenía 16 años, edad más que suficiente para desposar a un hombre. Su padre había sido indulgente hasta el momento, la había consentido y permitido rechazar a todos los pretendientes que llegaron al Reino, sin embargo, dudaba que pudiera darse ese lujo esta vez. Sabía que Inu no Taisho era un buen amigo de su padre y que una alianza entre ambos reinos fortalecería sus posiciones frente al resto. Su destino se había sellado desde mucho antes de llegar al Oeste.
La carreta se detuvo, miró a su madre, ésta le devolvió una dulce sonrisa. Su padre descendió y extendió su mano para ayudar a su madre a bajar, Kagome pensó que haría lo mismo con ella, pero se sorprendió al ver a otra persona sujetar la suya. Las miradas se encontraron de golpe, y por un segundo, juraría haber perdido el aliento. El cabello blanco y la mirada dorada imponente, rasgos distintivos de la familia Taisho.
-Bienvenidos al Oeste, sus Majestades. Espero que el viaje no haya sido muy extenuante. Permítanme escoltarlos hasta las puertas del castillo.
-Gracias, muchacho. Tu padre me ha hablado mucho de ti. -Dijo el rey del Este y acto seguido le dio dos firmes palmadas en la espalda. -Es un placer al fin conocerte, eres su viva imagen.
-Estoy segura de que Irasue no debe ser tan elocuente como tú, cariño. - Le susurró su esposa por lo bajo con evidente sarcasmo. Era se público conocimiento la mala relación entre la Reina del Oeste y el hijo bastardo del Rey.
Kagome se mantuvo en silencio mientras se adentraban a la sala principal del castillo, donde se hallaba el trono del rey. Siguió con la mirada al que consideró su futuro esposo. Era un chico apuesto, aunque solo un par de centímetros más alto que ella. Había estado tan absorta observando los rasgos del joven que apenas se dio cuenta de que ya estaban frente al rey, su esposa y... «¿quién era ese otro?» La mirada chocolate se deslizó de un lado a otro del salón. Junto a Ranma se hallaba quien había creído era el hombre que desposaría, pero a la derecha del rey del Oeste se encontraba otra persona de rasgo similares a él. «¿Será un hermano menor del rey Inu no Taisho?» Se preguntó Kagome. Se equivocaba.
El Rey descendió del podio de su trono, se acercó a Ranma y lo abrazó con fuerza, luego presentó a su esposa, la reina Irasue, y finalmente a su hijo, Sesshomaru. Kagome giró la cabeza hacia el joven que le había extendido la mano al llegar y que ahora se alejaba poco a poco adentrándose en un largo pasillo del castillo, lejos de las presentaciones y sonrisas.
POV Inuyasha.
Su padre le había ordenado recibir y escoltar a la familia real del Este. No solía participar de los protocolos y eventos reales, debido a que su madrastra enloquecía cada vez que veía que un simple bastardo como él era tratado como un miembro de la realeza. Sin embargo, pese al berrinche de la señora, su padre se lo había pedido y así lo haría.
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Amor en Tiempos de Guerra
Fiksi PenggemarAl cumplir 16 años Kagome fue prometida en matrimonio al hijo mayor del Reino del Oeste, Sesshomaru. Sin embargo, su indiferencia la empuja a los brazos de su hermano bastardo, quien goza de un talento singular en las artes del placer. Ahora la jove...