† 13. RADIUM †

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| Capítulo 13 |

Con paso apresurado, Clare estaba tratando de llegar a tiempo a su próxima clase. No se podía permitir llegar nuevamente tarde a la clase de Estadística.

—¡Hey! ¡Roja! —Escuchó como alguien gritó a sus espaldas y sabía perfectamente de quién se trataba. Sin duda este no era un momento oportuno.

Soltó un gran suspiro.

Clare no podía creer que fuera a hacer esto.

—Mikhail —La joven se volteo y empezó a caminar a donde estaba el chico apoyado en uno de los casilleros azules del pasillo. Pudo notar que esta vez su cabello estaba más desordenado que de costumbre—, ¿sabes en dónde está Camelot? —soltó tan pronto a penas llegó a donde él.

—¿Por qué te interesa? —El pelinegro frunció su ceño ante la pregunta de la chica.

—Solo quiero hablar con él sobre algo que sucedió. —explicó la pelirroja sin dar muchos detalles al respecto.

El pelinegro soltó un suspiro y se acomodó mejor. Se podía notar que, por un momento, estaba tratando de encontrar las palabras correctas.

—Clare, tienes que saber que Camelot no es como la mayoría de chicos de nuestra edad. —comentó Mikhail viéndola fijamente con esos ojos plata. Sin duda alguna su mirada era tan penetrante, que Clare no podía sostenerle la mirada mucho tiempo.

—¿A qué te refieres? —Clare arrugó leventemente su entrecejo.

De cierto modo le frustraba que las personas ahora le ocultaran cosas. No sabía qué clase de cosas le estaban ocultando, y tampoco sabía porqué la protegían de eso, pero necesitaba saberlo todo.

—Él puede ver y hacer cosas que la mayoría no podría. —explicó Mikhail detenidamente con una sonrisa pícara en su rostro. Estaba expectante ante la reacción de la chica.

Clare estaba ahora más confundida. Sus pensamientos formulando miles de incógnitas sin resolver, y cuando iba a seguirle preguntando al respecto a Mikhail, este la había dejado sola con sus miles de pensamientos.

Al salir de clases, y antes de que cerrara la biblioteca municipal, Clare decidió ir por unas cuantas horas a la biblioteca. Si nadie le iba a resolver sus dudas, ella misma lo haría.

—Buenas noches —murmuró al ver a una señora mayor detrás del mostrador.

Esta al verla le dedicó una mirada juzgona detrás de sus gruesas gafas que hacían juego con su bufanda, para luego regresarle el saludo.

—¿Me podría indicar en dónde puedo buscar información sobre la familia Chambers? —preguntó la joven. Rogaba porque pudiera encontrar aunque sea lo más mínimo, y que pudiera darle al menos una escasa explicación a todas sus dudas.

No sabía si podría encontrar información, pero una vez le escuchó al profesor Alberth hablar en una de sus clases sobre un hombre que se apellidaba Chambers, así que no estaba de más intentarlo.

—¿Por qué quieres investigar sobre esa familia tan rara? —masculló la biblioteca con una clara y para nada disimulada mirada de desagrado.

—Es para... —No sabía exactamente qué decir. No podía decirle que era porque estaba investigando a su compañero porque actuaba tan raro que hasta predijo su caída, y este claramente no le quería dar explicaciones. Así que Clare soltó lo primero que se le vino a la mente:— Un trabajo. —Formó una gran y fingida sonrisa inocente. Pudo notar como la bibliotecaria no le creyó mucho su mentira.

—Sígueme. —ordenó la bibliotecaria, pasándole por un lado a Clare. Dándole una clara mirada hostil.

Sin prestarle mucha atención, Clare la siguió por los pasillos repletos de enormes estanterías, llenos de libros polvorientos y suficientemente gruesos como para considerarse un arma letal en dados casos de que alguno le cayera a alguien en la cabeza.

PARASOMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora