| Capítulo 31 |
—¡Anabelle! —gritó Catherine viendo a su hija en tal estado. Corrió sin pensarlo hasta llegar a su lado.Acunó el rostro de su hija entre sus manos, pero a pesar de aquel dulce gesto, su hija no respondió. Estaba en un limbo de inconsciencia. Y al darse cuenta de ello, Catherine soltó unos cuantos sollozos acompañados de varias lagrimas.
—Mi amor, ¿qué te pasó? —murmuró Hiram, sentándose al otro lado de la cama. Acariciándole la rubia cabellera ondulada de su hija.
Su ojos podían expresar claramente una mezcla de angustia, confusión, desesperación y venganza.
—¡Por Dios, Anabelle! Mi princesa. —Catherine soltó un gemido de dolor, justo antes de abrazar con todas sus fuerzas a su hija y dejar que su llanto se hiciera cada vez más fuerte y desgarrador.
—Cálmate, corazón —Hiram le colocó una mano en su hombro.
Catherine se separó de su hija para mirarlo a los ojos. En ese momento vio como los ojos de su esposa ya estaban hinchados, rojos y con su maquillaje corrido por tanto llorar. Se veía desgarrada. Pero aún así, ante los ojos de él, seguía luciendo igual de hermosa.
Hiram le dedicó una gentil sonrisa.
—Tenemos que hacer algo al respecto. —Le dijo con un tono serio, viendo atento a Catherine. Ella no sabía qué plan le estaba rondando en la cabeza a su esposo, y se pudo notar en la mirada de confusión que le dedicó, pero confiaba plenamente en él.
Esa misma noche, el alcalde canceló su ida al congreso y, en cambio, al día siguiente emitió un anunció del que todos los habitantes de Hunllef Town pudieron escuchar. Qué importaba si estaban en el trabajo, viendo televisión, conduciendo o cocinando para sus familias. El anuncio fue transmitido por todas las emisoras de radio y de televisión posibles. Nadie se privó de escucharlo.
—Sé que no soy mucho de dar esta clase de anuncios, pero les tengo que informar que esta noche, mi hija, Anabelle Eastwood, fue una víctima más de las sombras. Estoy sumamente desgarrado, pero eso me hizo pensar que nadie está a salvo en Hunllef Town, así que por favor resguarden bien, tengan muchas previsiones de luz —Hubo un breve silencio en donde se escuchó el suspiro de Hiram— Y que Dios nos ampare a todos.
Clare estando en su trabajo con la radio encendida quedó en shock por unos momentos al escuchar la noticia del alcalde.
«¿Su hija fue una víctima? ¿Quién lo diría? Tal vez ahora se preocupe un poco más en abastecer al pueblo de suministros contra las sombras.»
—Buenos días, roja. —Apenas escucho aquellas voz decir su apodo, no había necesidad de voltearse para saber de quién se trataba.
—Buenos días, Víctor. —Le respondió con una ligera sonrisa.
Por más que le alegraba verlo de nuevo, cuando se volteó para mirarlo a la cara, el flashback de chico con aquel aterrador brillo lila en sus ojos la vez de la feria hizo que se le erizara la piel y que su expresión cambiara drásticamente a una un poco más alarmada, y esperaba que Víctor no se hubiera percatado de aquel cambio tan brusco en su actitud.
—Te quería pedir disculpas por lo de la otra vez. Me comporté como un idiota contigo —confiesa el rubio rascándose la nuca con la mirada baja. Se veía que de verdad estaba avergonzado— Así que te traje algo a manera de disculpas —En ese momento, con aquella mano que estaba detrás de su espalda escondiendo algo, sacó a la vista un pequeño oso de peluche con una cajita de bombones.
—Ay, Víctor. No te hubieras molestado. —comenta Clare tomando el esponjoso peluche entre sus manos mientras lo apreciaba por unos segundos.
Al escuchar la voz del chico, volvió su mirada hacia él.
ESTÁS LEYENDO
PARASOMNIA
Kinh dịTodos alguna vez en la vida hemos experimentado de una pesadilla; de esa horrible sensación de miedo, pánico, angustia y desesperación por lo que nuestros sueños nos muestran. Pero ¿me crees si te digo que las pesadillas pueden hacerse realidad? Que...