PARASOMNIA

† 24. MENDACIUM ET SECRETA †

| Capítulo 24 |

Clare caminaba a paso rápido con su linterna en mano y su mochila en su espalda. No sabía si sus latidos empezaron a acelerarse debido a la velocidad en la que iba o debido a que no sabía si lo que estaba por hacer se convertiría en realidad en un suicidio.

Cuando llegó por fin al límite entre Wolfgrove; la zona pobre de Hunllef Town, y el bosque Hastur, pudo sentir una sensación oscilante al ver como el imponente y brutal bosque estaba a unos cuantos pasos de ella, lucía como un monstruo con un hambre voraz, que se extendía por todos los alrededores del pueblo y que, curiosamente, dentro de él no paraba de haber siempre neblina. Sin duda alguna aquel bosque inspiraba terror con tan solo verlo.

Clare ojeo por última vez el reloj en su muñeca, ya era media noche y había faltado a las primeras horas de clase. Si recordaba bien, en estos momentos estaría viendo clases de Historia, era un pena, era una de sus clases favoritas.

No se distrajo más y sin dudarlo dos veces, se adentró en el bosque. Si recordaba bien lo que había leído en el libro de Camelot, él método más efectivo es contactar a las sombras en el hogar de ellas.

—¡Sombras! ¡Estoy buscando una respuestas a algo que ustedes deben de conocer! ¡Por favor, aclaren mis dudas! —Clare empezó a gritar fuerte, sin saber muy bien en qué momento se aparecerían... O si por el contrario, iba a atraer algo más.

Pasaron unos minutos, y cuando Clare ya se iba a dar por vencida, apareció de la nada una mujer vestida con un largo vestido de seda negro y con una gran corona de roja. Clare no sabía exactamente qué clase de criatura era, pero tenía un aspecto algo tétrico.

—¿Quién eres? —soltó Clare algo cortante y a la defensiva, apretando su agarre en la linterna por si en algún momento tendría que usarla.

—Tranquila, no te voy a lastimar. Tengo prohibido hacerlo. —aclaró la mujer con una leve sonrisa en su rostro.

—¿Por qué? —Clare frunció su ceño. No se fiaba de aquellas palabras, sabiendo perfectamente que principalmente estaba en el bosque más peligroso del mundo y lo que estaba intentando hacer sin duda alguna no era un juego de niños.

—Porque me invocaste y por ende no puedo herirte. —explicó la mujer sin mucha importancia. Aunque la realidad era que no podía herirla por ordenes del Rey Sombra— Bien. Te explicaré todo, pero a un precio. —indicó la mujer viendo a Clare fijamente con sus inquietantes ojos amarillos dándole una sombría mirada.

De inmediato Clare buscó apresuradamente en sus bolsillos algunos centavos, pero al escuchar como la mujer empezó a soltar una fuerte carcajada, la chica se detuvo y vio a la mujer con el ceño fruncido.

—El precio es un pacto de sangre. —aclaró la mujer con una gran sonrisa maquiavélica— Nada de lo que te diga tiene que salir de aquí, así que no puedes contárselo a nadie ajeno al tema. ¿Entendido? —dictaminó con un tono tan autoritario que Clare, al ver que el rostro de la mujer adquirió un aspecto más amenazador, tragó sonoramente.

—Está bien. —Clare extendió su mano, y sin necesidad de acercarse o de tan siquiera usar un cuchillo, la mujer estando todavía a un metro de la joven, hizo un gesto con su dedo y de la nada Clare sintió como de repente su mano empezó a chorrear sangre. Al verse la mano, sea lo que hubiera hecho la mujer, ahora en su palma había una fina línea sangrante.

—Primero que nada, todas las sombras tenemos a una persona a quien atormentar y el hecho de que tú aparentemente no sepas cuál es tu miedo, no significa que no tengas uno. Solo es que aún no has conocido a tu sombra... O bueno, tal vez sí. —Comenzó a explicar la mujer, acercándose a paso lento. Al decir eso último, le dedicó una mirada suspicaz a la joven. ¿A caso era lo que estaba pensando?— Y segundo, el hecho de que no tengas miedo se remonta a muchos años atrás, y es por el simple hecho de que eres una descendiente de los fundadores del pueblo. —Hizo un mohín con su mano, restándole importancia.