† 34. INSECTS †

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| Capítulo 34 |

Al recibir y leer el mensaje, Camelot se quedó unos momentos viéndolo para después dirigir su vista hacia el collar con el hermoso dije.

Mientras lo apreciaba, la gema preciosa resplandeció ante los finos rayos del sol, y dicho resplandor se reflejó en los ojos del chico.

Por alguna extraña razón mientras más lo veía, más se sentía hiponotizado por él. Sabía que eso no estaba bien, pero no podía despegarse del dije. Y aunque así quisiera, pareciera que el dije tuviera conciencia propia deseando tenerlo cerca, y por otra parte, Camelot cada vez estaba cediendo cada vez más ante la tentación.

† † †

Luego de escuchar como tocaron el timbre, Nick abrió la puerta y se sorprendió al ver de quién se trataba.

—Hola. —musitó Clare con una ligera sonrisa en el rostro, mientras tenía el pie en sus manos y una pequeña bolsa colgando de su brazo derecho.

—Hola. —respondió Nick serio.

—Vengo a pedirte disculpas. —admitió la joven con una sonrisa apenada.

—Pasa. —Nick ladeó su cabeza.

Luego de colocar el pie en la cocina, Clare se sentó en el sofá de la sala, diagonal al sillón de madera en el cual Nick estaba sentado tomando agua en un vaso de vidrio.

No era habitual verlo con el cabello tan desordenado y con su pijamada puesto, a pesar de que fueran las tres de la tarde. Sin mencionar que estaba usando su camisa negra del club de ciencias.

—Nick, de verdad que lamento mucho lo que pasó. Sé que actúe como una idiota y de verdad eres un gran amigo; el mejor que hay, si me lo preguntan. —Empezó a decir Clare de manera atropeyada, como si tratase de decir todo lo que sentía antes de que Nick la llegase a interrumpir— Y sé que fue egoista de mi parte actuar de esa manera, pero solo te pido que me disculpes. —Por fin finalizó, y cuando lo hizo se quedó viendo al castaño esperando de manera ansiosa su respuesta.

Nick soltó un suspiro.

—Solo si me das un trozo del pie de manzana. —dijo con una sonrisa ladeada.

—¿O sea que eso es un "sí"? —Clare no se lo podía creer. Estaba a punto de saltar de la emoción.

—Sí, weasley. —Nick soltó una pequeña risa— Te extrañé mucho. —admitió mirando a la chica.

—Yo igual. —Clare esbozó una enorme sonrisa— Y antes de que se me olvide. —Clare le tendió la pequeña bolsa.

Nick al abrirla, se le iluminaron los ojos y Clare pudo jurar que por poco casi llora de la emoción.

—¡No puede ser! —soltó Nicholas lleno de felicidad. Cuando sacó el libro de la bolsa comenzó a dar pequeños saltitos, en cambio, Clare soltó una pequeña risa.

Nicholas estrechó en un gran abrazo a Clare. Todo estaba solucionado, o eso esperaban.

Pasaron uno escasos minutos en los que estuvieron comiendo pie de manzana y poniéndose al corriente, cuando por fin Nicholas soltó aquello que tanto le rondaba por la cabeza.

—Por favor Clare, prométeme que no te vas a volver a acercar más a Camelot. —suelta Nick serio.

—¿Por qué? —Clare frunció su ceño.

—Camelot me cae muy mal. Ni siquiera lo soporto. —Nick tomó otro trozo de pie con su tenedor llevándose a la boca. Una vez que se lo tragó, volvió a hablar apuntándola con el tenedor— Yo sé por qué te lo digo.

PARASOMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora